Fueron varias las tardes que dedique en mis años mozos en la biblioteca del pueblo, solitario como una lombriz ya que ni la
bibliotecaria estaba presente (probablemente coqueteando con los policías de la
estación cercana, digamos que por
cuestiones de vecindad ellos protegían aquel templo de lectura) a leer y releer unos delgados libros amarillos con aroma a
papel nuevo. Era una colección incompleta
de las historietas de tintín, de editorial juventud y en pasta dura. Desde el primer momento que las tuve en mis
manos ejercieron sobre mí un hechizo particular, mi contacto con el mundo del comic se limitaba
a los ocasionales complementos dominicales de el espectador- los monos- que llegaban por casualidad y a alguna
revista de Kaliman o Arandu de fecha indeterminada.
Para la mente de un niño podían ser historias densas, la mayoría
de ellas de 62 páginas subdivididas en rectangulares y homogéneas viñetas, en
donde la mitad eran ocupadas por los globos de dialogo, pero en
ocasiones, saltándome las letras, solo
me dejaba llevar por la fluidez de los dibujos, por lo realista de sus escenarios y por aquellas situaciones en momentos inverosímiles, otras de
suspenso y otras de franca comicidad; más de una vez ahogaba una risotada al ver las
expresiones estrafalarias y grotescas de algunos personajes, y en una única ocasión fui expulsado de aquel
sitio cuando junto a algunos compañeros de escuela soltamos carcajadas
descaradas al ver las jugarretas de milu y un chivo malgeniado. Como todo lector medio, siempre pasó por mi
mente la idea de robarme alguno de aquellos ejemplares, pero los editores,
todos ellos sabios, previendo esto, crearon las historietas en un formato extra
grande que no pasaría desapercibido en
cualquier morral escolar. Años después,
y gracias al internet, tuve la oportunidad de tener a mi alcance la colección completa
de Herge, desde tintín en el país de los soviets, hasta tintín y el
arte-alfa. Luego me aventuré por las aventura
de Jo, zette y jocko, quike y flupi; Y por
último versiones piratas y apócrifas como tintín vs Batman (donde muere milu) o
la vida sexual de tintín o tintín en Tailandia. Cayendo de esta manera en el maravilloso mundo
de la tintinologia (a la fecha ya tengo cuatro álbumes amarillos y con olor a nuevo, como los de la
biblioteca) Luego vino la película de Peter
Jackson, acorde a las historietas y con una estética y efectos notables. Pero luego de verla, sentía que algo no
cuadraba, que a pesar de todo, nunca lograba esa relación íntima que se daba entre
el libro y el lector. Días después conocí
la causa (una de tantas). La línea clara;
aquella escuela belga de dibujo cuyo
fiel representante era el propio Herge. Los
dibujos de líneas continuas y precisas, con ganancias lineales que solo aparecían
muy de vez en cuando, su grosor estándar tanto en primeros como en segundos
planos, la ausencia de sombras y difuminados,
la inexistencia del enfoque en primer plano, los colores básicos,
fuertes para los personajes principales que resaltaban su ser en cada viñeta,
aquella minuciosidad en los detalles y formas, y el obligado movimiento de los
dibujos en dirección izquierda derecha siguiendo el patrón de lectura, me
dieron a entender el porqué de aquel mágico primer impacto. Tintín había sido hecho para el disfrute
visual, atraía la mirada del niño cual
sonajero musical, tan solo era dejarse
llevar por un hilar de colores, escenas jocosas, gags e historias de no querer
acabar….. En fin, cosas de aficionados, y como diría Serafín latón “tiene gracia”…..el
que entendió, entendió….
A Tintín también lo conocí gracias a la biblioteca del colegio, me la pasaba muchas veces todo el tiempo del recreo, una vez había desayunado, allá metido en la biblioteca leyendo todo lo que más podía.
ResponderEliminarTodo un maestro el Hergé. He leído también al respecto de la clase de dibujo que él hacía, de líneas precisas y uniformes. También he leído que lo critican por racismo, ya que era frecuente ver que los personajes de raza negra eran mostrados como casi unos simios de enormes labios y no menos grandes ojos. Al igual que los indígenas u otros aborígenes de distintas partes del mundo eran también caricaturizados.
Uno de los personajes que más recuerdo es al Capitán Haddock y también a los gemelos detectives. También recuerdo mucho a una cantante de ópera narizona y toda emperifollada que solía romper todos la cristalería y las ventanas de sus inmediaciones.
No olvidar mencionar lo fantástica y fiel que fue la serie animada de mediados de los 90. Muy buen trabajo el que se mandaron.
PD: ¿Milú muere peleando contra Batman?
y gano batman.... pobre milu.
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