latecleadera

miércoles, 14 de mayo de 2014

En la orilla del oceano cosmico




A mediados de los ochentas, no recuerdo los días ni la hora, encendía el televisor Toshiba a blanco y negro y me dejaba llevar por las imágenes y las historias que narraba un hombre de aspecto flemático, de cabello oscuro y lacio revuelto por la brisa del mar.  Era la serie COSMOS, y aquel hombre de semblante sereno era Carl Sagan.  Cursaba por esos días algún grado entre 1° y 5° de primaria, y a pesar del esfuerzo de mis profesoras, nunca llegarían a mi ideas tales que abarcaran galaxias, supernovas, secuencias evolutivas desde una simple protocelula hasta un simio, ni viajes de gemelos en el tiempo.   Sin que  contáramos  con los conocimientos básicos para entenderlo, Sagan, de una forma amena, ágil y casi poética,  presento ante nosotros  un universo complejo, vasto, lleno de misterios y cosas extraordinarias, y lo mejor de todo, entendible, aun para un niño de escuela.  Sin quitar mérito al plan de estudios vigente en aquel entonces, COSMOS, junto al TESORO DEL SABER y NATURALIA  se convirtieron en  “maestros virtuales” que inclinaron mi mente y la de muchos otros al mundo de la ciencia y sus maravillas.

Años después revisando los estantes de una librería,  tamaña sorpresa me lleve al ver allí en compañía de ejemplares de pablo Coelho y Deepak Chopra la edición de COSMOS, para ser más exactos la 21° edición, de editorial planeta, y dos o tres estantes después, su segunda parte UN PUNTO AZUL PALIDO (no necesariamente segunda parte).  No tenía ni idea que aquella serie de televisión que había llamado tanto mi atención como mazinger z o los Transformers, estaba a mi disposición en papel.  Nuevamente rememore las peripecias del Voyager, seguí la secuencia que llevo a Miller a recrear el caldo primigenio, especule sobre qué tan habitable seria titán, y nombre dos o tres galaxias cuyos nombres ya había olvidado.


Actualmente se emite una nueva serie, un remake de la serie de  los ochentas, en esta ocasión presentada por Neil Degrase Tyson (alumno de Sagan), en ocasiones tratando de imitar  la original no sé si buscando capturar audiencia o simplemente como tributo al fallecido Carl.   De lo único que si se puede estar seguro, es que el COSMOS original difícilmente podrá ser reemplazado,  con todo y sus limitaciones visuales y técnicas, y con las dudas que hace treinta años se tenían, no deja de ser un documental de culto para muchos, y para los más frikis, también están los libros.  

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