latecleadera

jueves, 22 de abril de 2021

La madredeagua

 


Así como existen seres fantásticos que custodian las selvas y los bosques, también existen seres increíbles que cuidan los ríos y lagunas,  son las madredeagua.

Ellas reposan en lo profundo de las grandes lagunas,  sobre sus cuerpos caen las ofrendas que en los tiempos remotos los indígenas  lanzaban a las aguas en señal de respeto y gratitud.

Tienen forma de serpiente; son gigantescas, más grandes que cualquier otra serpiente que se haya visto.  Cuando mueven su cuerpo se forma un oleaje en la superficie que obliga a que las aves que descansan en las orillas levanten  vuelo llenas de temor.

Raras veces salen a la superficie,  no necesitan respirar,  tampoco necesitan comer, pues no son simples animales,   son espíritus primigenios con envoltura material,  simplemente reposan, duermen un sueño sagrado del cual  se desprenden conjuros que mantienen el equilibrio de las grandes masas líquidas.

Mientras la madredeagua permanezca en el fondo de un lago o laguna, está nunca se secará y ningún artificio humano logrará vencer su poder,  en ocasiones, penetran en lo profundo de la tierra y duermen su sueño mágico en los grandes yacimientos de fuentes subterráneas, a la espera del paso de los años y a que una nueva humanidad renazca en la superficie.

Cuando por misteriosas razones  abandonan sus dominios,  lo hacen bajando por las quebradas y  ríos en forma de estruendosa y mortífera creciente.  Cuentan los campesinos más viejos que solo dejan ver sus ojos de  esmeraldas y su nariz resoplando un viento huracanado.

Según los conocedores en  asuntos del pasado, la serpiente madredeagua es una emanación de la diosa Bachue, quien luego de poblar el mundo, regresó a la laguna de la cual había  emergido,  convirtiéndose en serpiente.

Como dato curioso algunos de los poblados más antiguos del Huila cuentan con leyendas que narran cómo  estos  fueron erigidos sobre lagunas subterráneas en las cuales reposa una madredeagua;   temen que el día en que ella abandone aquel lugar la  fuente se seque y el poblado  colapse siendo tragado por la tierra,  por eso en municipios como Iquira, la gente mira con desconfianza las petroleras,  les preocupa que el ruido de los taladros y las maquinas  despierte a  la serpiente sagrada y la obliguen a abandonar la región,   trayendo con ello el fin de la placentera tranquilidad de estos lugares.   


miércoles, 21 de abril de 2021

La madremonte



La madremonte es una deidad de los bosques y las selvas.  Rige estos lugares desde tiempos remotos,  mucho antes que el primer hombre viera la luz de las estrellas y construyera su primera casa.  Ella controla los vientos y las lluvias, deambula por sus dominios  en compañía de animales salvajes,  cuidando las crías de las bestias,  extendiendo las enredaderas de flores y espinas por todos lados, vigilando el caudal de los ríos y  cerciorándose que los arboles siempre cuenten con ramas frondosas de hojas bailarinas.

Quienes la han visto la describen como una mujer corpulenta, inmensa,  imponente,   con cabellos de salvajinas y vestido de musgos y enredaderas;  su cabeza está cubierta por un sombrero de hojas de palma de las cuales brotan retoños desconocidos,   y sobre los cuales las aves  se posan para descansar.

En ocasiones, cuando visita los nacimientos de agua en las altas montañas, se viste de lodo y hojas secas,  allí se baña para luego desencadenar crecientes que barren los escombros de los ríos y fertilizan sus orillas.

La madremonte no ve con buenos ojos a los humanos, los considera su peor enemigo, pues por su avaricia han invadido y saqueado sus dominios, asesinando a sus criaturas y arrasando sus bosques.  Cuando ve un leñador o un cazador, con furia se abalanza sobre ellos y con su mirada espectral hace que pierdan la conciencia, luego los toma con sus manos como garras y los abandona en lo más profundo de la selva, a la espera de que la misma naturaleza haga justicia.

Son muy pocos los que pueden encontrar el camino de regreso, muchos mueren en el intento o se convierten en fieras salvajes que finalmente custodiaran lo que antes pretendían destruir.

Cuentan quienes viven al lado de las selvas y los bosques que en ocasiones se pueden escuchar sus gritos o bramidos, y que cuando esto ocurre es señal de que una fuerte tormenta estará por llegar.

Dicen los campesinos que lo mejor para espantarla es ir fumando un enorme tabaco, tal vez le molesta el humo y el olor a hoja seca quemada, pero lo mejor es, ante todo, tratar de no molestarla.

martes, 20 de abril de 2021

La patasola.

 


En lo profundo de las montañas, donde los espesos bosques aún no han sido profanados por las manos del hombre, habita un misterioso endriago, un ser con forma de mujer, cabellera larga y desaliñada semejante a una extensa enredadera, boca con filudos colmillos de felino, ojos de un rojo encendido, y algo que la distingue de cualquier ser fantástico; una sola pierna que bien puede parecer una enorme garra de oso.  Es la patasola, un espectro protector de las selvas:  peligrosa, agresiva, celosa ante la intromisión de extraños en sus dominios.  Acecha a los colonos, cazadores o leñadores que se atreven buscar algún provecho de los bosques vírgenes.  En ocasiones los atrae metamorfoseándose en una hermosa mujer, que con sus encantos los va llevando a lo más profundo de la manigua. En otras ocasiones lanza lamentos que se escuchan en las orillas del camino, los cuales son seguidos por curiosos y despistados hombres que finalmente terminan perdidos entre los árboles.  De ellos nunca más se vuelve a tener noticia, este ser, agresivo por naturaleza, tiene cierta semejanza con los vampiros, todas sus víctimas inevitablemente son devoradas, dejando solo el terror y el vacío de su desaparición en sus compañeros de aventura.   Por ello los cazadores suelen ir acompañados de varios perros, al parecer el único animal que logra ahuyentarla.

Algunos campesinos cuentan que este espectro tuvo su origen hace mucho mucho tiempo en el trágico fin de una mujer que le era infiel a su marido con el señor de aquellas remotas tierras.  El esposo de la joven, ciego por los celos, vengó la afrenta a su honor quitando la vida a los dos amantes y desapareciendo el cuerpo de la mujer en lo profundo de los bosques que rodeaban su parcela.  Al parecer, las fuerzas mágicas que murmuran los árboles cuando el viento frio de la noche recorre sus ramas, confluyeron frente al inerte cuerpo y antes que el alma de la desdichada mujer tomara su último rumbo, la transformaron en una amalgama de ímpetu de bestias, exuberancia de plantas y deseos y temores de humano.    Un fiero guardián de las montañas, uno al cual todos los hombres le temerían.

viernes, 16 de abril de 2021

La leyenda del duende

 


Cuando visitas a tus abuelos en las viejas casonas del campo o en las vetustas casas de los pueblos, ¿alguna vez has escuchado a altas horas de la noche, golpes de pequeñas piedras en el techo?

Si te ha ocurrido probablemente es porque en algún momento fuiste de interés para el duende.

Cuenta la leyenda que este ser es de los más antiguos sobre la tierra, al parecer pertenecía a las huestes angelicales que se rebelaron contra Dios en el principio de los tiempos, pero a diferencia de sus otros alados compañeros no se transformó en demonio sino en un curioso ser con una extraña predilección por los bosques, principalmente los de guadua, por los árboles con grandes raíces o los caminos solitarios.

Se le describe como un hombre que no supera el medio metro de estatura, de nariz larga, orejas puntiagudas y cabello escaso y desordenado, con una gran cabeza sobre la cual gusta lucir un enorme sombrero de palmicha que parece cubrir todo su cuerpo, tiene manos largas y huesudas y aquellos que han alcanzado a verlo refieren que sus pies están torcidos o completamente al revés.

Tiene el poder de la invisibilidad, de la metamorfosis,  de volar, del dominio de los elementos naturales y muchos otros que harían palidecer a un superhéroe,  pero la mayoría de las veces solo los utiliza para hacer travesuras porque  esencialmente es un espíritu burlón;  se divierte enredando la crin de los caballos o el cabello largo y dorado de las mujeres jóvenes,  disfruta escondiendo cosas en los hogares que visita, y si esta de malas pulgas, formando desorden por donde pasa. En ocasiones cuando siente que sus dominios han sido profanados hace que los caminantes se desorienten y se pierdan en lo más profundo de las selvas o los bosques.

Pero hay algo que enloquece a este personaje: las mujeres jóvenes y hermosas próximas a casarse; cuando una de ellas llega a una zona donde este ser tiene presencia, empieza a asediarla; la roza con sus manos invisibles, se le aparece en los sueños y no pierde momento para susurrarle cosas malas al oído, todo con el fin de que abandone a su prometido y se escape con él a las profundidades del bosque. Si no es correspondido, en las noches lanza multitud de piedras al techo de la casa donde se encuentre la señorita, rompe vidrios y tumba los enseres, y algunos dicen que cuando se pone agresivo puede llegar a morder a la asustada jovenzuela.    En ocasiones también lanza piedras a las casas desde los árboles cercanos cuando quiere asustar algún niño travieso o simplemente cuando quiere que un niño salga a jugar con él.

Cuentan los abuelos que la mejor forma de deshacerse de su presencia  es tocando un tiple en tonos muy altos, o teniendo cerca un cerdito,  al parecer estos animales no son del agrado del duende,  y si  esto no funciona, lo mejor es abandonar el lugar  y viajar a la ciudad,    detesta  las grandes urbes con sus edificios enormes, el ruido de los carros y las gentes caminando a prisa en todo momento y en todo lugar.


jueves, 15 de abril de 2021

La leyenda del pollo malo


Hace ya varios años,  cuando niños y jóvenes (y algunos adultos)  no tenían a su mano  aparatos electrónicos y el internet aun no existía,  utilizaban su tiempo libre en actividades que a los ojos de los padres de familia de aquel entonces no  eran muy bien vistas, tales como pasar horas sentados jugando naipes,  haciendo apuestas clandestinas,  tomando licor  o deambulando a altas horas de la noche por las calles y caminos de los pueblos  buscando lo que no se les había perdido.

Por eso estas personas  si corrían con mala suerte podían recibir la desagradable visita del pollo malo.

Algunos abuelos cuentan que el pollo malo es el mismísimo diablo convertido en esta ave,  otros dicen  que es  otro de los tantos espectros salidos del inframundo  que gustan deambular por los parajes solitarios;  pues parece que el infierno  no solo está  lleno de almas en pena sino también de animales  siniestros, plantas siniestras y quien sabe que otras cosas siniestras.

El canto de este espanto es similar al de un pollo pequeño solo que mucho más agudo  y en ocasiones da tonos que se confunden con el silbido de un humano. Nunca se le puede ver,   siempre aparece con el viento frio que arrastra el polvo en las noches solitarias y oscuras.    Se escucha detrás de las piedras, en las esquinas de las casas,   al lado  de los caminos,   tras los arbustos secos o en las ramas de los árboles cercanos.  Cuando escoge su víctima la acecha con su canto triste por todos lados, busca confundirla y esperar que el pánico le haga perder el rumbo,  en ocasiones se enreda en los pies del perseguido haciéndole caer, o desde la oscuridad con sus alas invisibles le golpea en la nuca o en la cara en un aleteo insoportable.   Por suerte no causa más daño,  que se sepa, nadie ha muerto por su culpa o ha desaparecido por sus jugarretas.

Dicen los viejos que si se escucha al pollo malo lo mejor es alejarse de ese lugar,  en ocasiones puede ser mensajero de malas noticias y gusta merodear los velorios y  cementerios. 

Aconsejaba mi abuela que si ese espanto se vuelve muy molesto, lo mejor es rezarle la novena de san miguel arcángel y asunto resuelto,  desaparece llevado por el mismo viento frío que lo trajo.