Como ahora ando trabajando en mis ratos libres en un
proyecto que nunca pensé saliera a flote
y en el cual siempre había querido participar,
retomé una antigua afición de
preadolescente y rememorando los días de invierno, encerrado en mi habitación en
la casa vieja del pueblo, apoyado sobre la mesa de madera repleta de papeles,
libros, lápices y juguetes, un día cualquiera
a las 10 de la mañana, rayando con prisa y cautela cada hoja de un “cuaderno de
artista” mientras el tiempo de vacaciones transcurría; dejándome llevar por mis fantasías, dibujando personajes que saltaban entre dimensiones y tiempos de
leyendas o recreando la historia de un prófugo
del espacio con apariencia de oso de peluche o en el peor de los casos tratando
de emular burdamente alguna aventura de Kaliman con un superhéroe de porte
noventero. Decidí nuevamente adentrarme
en el mundo de la historieta y el comic, mundo que nunca he abandonado, pero ahora
no como critico sino como creador, y ya que por fin le he dado forma y sentido a
un personaje, de esos que con frecuencia
se le clavan a uno en el cerebro, y
siguiendo el verso de Ricardo Arjona, “papel
y lápiz en mano apunto la canción” lanzo
los primeros trazos y encierro las ideas en viñetas… que dios me ampare y me
favorezca, rezaba mi tía… aquí dejo la
primera, (de ojala muchas más) aventuras de “Federico el aventurero” (el nombre
lo puso mi esposa porque yo soy una pelota para colocarle nombres y títulos a las cosas)
martes, 18 de diciembre de 2018
jueves, 22 de noviembre de 2018
Silencio
foto: Fidel lasso polo |
"Todos están inmersos en sus pensamientos, construyendo murallas de
mente, ideas, miedos y piedad. Todos quieren gobernar su reino, ciegamente,
cotidianamente…tal vez anárquicamente.
Silencio callado y joven que caminas sobre las cabezas empedradas de las
bestias estatuarias y andantes, conjurando palabras de miedo en rincones verdes
y mohosos, donde los niños mezclan la saliva con el canto rutilante del grillo;
respirando el verbo inmoral, que preña la mente de aquel con ojos rasgados y
piel tierra que hoy, mas que nunca, desea ser polvo, abono de caracoles pálidos
por no querer traer a la memoria los gusanos.
Foto: Fidel Lasso Polo |
Silencio de vida en barrito de muchacha en cara joven y sonrisa de niño
- dios sabrá el porque – que retumba entre los saltos escasos y piedras
redondeadas de la quebrada asustadora de simples y casa de cangrejos oscuros, y
según cuentan los abuelos, comedores de mierda.
Silencio de ideas.
Silencio de pasión.
Silencio de no vida porque la muerte es otra cosa.
Silencio callado, sentado en el andén de mi casa pálida ¿qué me quieres decir?"
sin titulo: reverso de cuaderno de álgebra 1997 |
jueves, 15 de noviembre de 2018
10 pm
Es la noche,
Ya son las 10.
La ciudad se derrumba en sus anhelos de caserío
Camino con paso rápido pero sin temor
Un hombre besa con pasión a una mujer que besa con pasión a un
hombre
Tras de mí, de reojo puedo ver como las nubes conspiran para
formar tormentas.
Las cucarachas profetas de lluvia, delirantes corren al frente, suicidas y obnubiladas por el preámbulo de la lluvia.
No hay música, no hay sonido, no hay ritmo,
Solo el repiquetear de los cabellos de una mujer en eterna caída
sobre un pantano.
Un vagabundo camina al frente recogiendo pensamientos desechables para
venderlos como nuevas ideas, mientras yo, luego de pasar al lado de una mujer
silvestre de tetas pequeñas, barriga flácida y nalgas firmes, descubro que la mortalidad gratuita no existe,
que el temor al no ser se opaca cuando nos entendemos en tiempos antes de
nacer, y comprendo que solo se es eterno si el recuerdo trasciende a las
caricias de la muerte.
Una luna efímera, casi onírica, se mece como una barca en un
océano de cúmulos tormentosos al amparo de una estrella que bien podría ser un
planeta anónimo y vacío.
Las calles son silencio,
Cómo me gusta el silencio cuando es exquisitamente provocado.
Cómo me gusta el vacío que deja la gente cuando recoge sus
vidas en camas de pocos centímetros de diámetro.
Me gusta sentirme libre de los deseos del que sueña
Me gusta verme como sombra que recorre los andenes oscuros
bajo los edificios, entonando las melodías de los grillos de verano
Como si fuera un blues anónimo
Como la gravedad nasal y gutural de un ebrio que canta sin
desentonar.
Las calles son silencio luminoso
cubren las sombras de los que anhelan ser seres
nocturnos,
Seres alados sobrevolando las copas de los árboles en los
bordes de los burdeles sagrados.
Ahora
Cuando la media noche me abandona
degusto el sabor etéreo de los truenos en las orillas de la
ciudad
me zoomorfizo y vuelo a la ventana de quien se prepara a
soñar.
lunes, 5 de noviembre de 2018
Día veinticuatro: Diseño vs azar.
En menos de un mes nuevamente soy etiquetado en una
publicación religiosa, para ser exactos en un video de proselitismo evangélico.
Me imagino que el amigo que me etiquetó lo hizo buscando ver cómo diablos haría
para liberarme del entuerto dialectico en el cual supondría, me sumergiría.
Antes de todo, debo decir que no me molesta que me etiqueten en esos temas cuando
abren el espacio al debate, es más, me
gusta cuando hacen esto, y aprovechando
que la universidad está en paro y vaya Dios a saber cuándo se levante
(güino-güiño) me tomo un respiro y me
dispongo a
desenredar el video. (corresponde a una parte del documental "la ilusión atea" de Ray Confort, no pongo el link, primero porque no encontré la parte exacta en youtube y segundo para no darle publicidad al negocio de este proselitista evangélico, de todas maneras esta disponible por todos lados para los interesados)
El tema es el eterno dilema de la nada y la creación. Una de
las características del dios cristiano es que a él se le da la cualidad de ser la causa incausada, esto para
no entrar en conflicto con otra de sus cualidades: la omnipotencia, pues esta
divinidad es la omni de omni, el todo de todo de todo.
Hasta hace no más de un siglo estas cualidades no entraban en conflictos con
los fenómenos observados en la naturaleza,
a lo mucho creaban paradojas filosóficas que no muy fácilmente podían
resolverse con otros entramados argumentativos metafísicos.
El problema surgió cuando la cosmología fue adquiriendo
fuerza y dando respuestas a muchas preguntas,
con cada respuesta se desplazaba
al dios bíblico a regiones más distales del universo, mas incompatible lo hacía con la realidad y más
lo forzaba a entrar a realidades imposibles de explorar, a este dios aturdido por la ciencia se le
llamó finalmente el “dios de los huecos”
Como en el conocimiento de las leyes y fenómenos de la
naturaleza nadie tiene la última palabra y aún falta mucho por descubrir, esos
espacios de dudas y vacíos que quedan han querido ser llenados por muchos
creyentes con su dios, y en cierta
forma, no hay falla en ello, pero por
desgracia hoy por hoy y gracias a la
crisis espiritual que aqueja la civilización y de la salida fácil que brindan
las religiones, el literalismo bíblico está tomando cada día más fuerza y a
aquel ente abstracto y casi tan enigmático como los mismos fenómenos físicos
que se desconocen le ajustaron el primitivo, infantil y patético dios de la
biblia: Yahvé, el dios de Israel o en el peor de los casos, Jesús su hijo
encarnado.
Y de esto trata el susodicho video
La ciencia nos ha dicho que el universo nació de una
singularidad hace cerca de 13.800 millones de años, y cuando se habla de singularidad se refiere
a algo que no se sabe que era,
hiperdenso, subatómico (no existían los átomos), sin ocupar un lugar en
el espacio, pues este todavía no existía, y sin tener un lugar en el tiempo
pues este tampoco existía, simplemente una cosa, un algo que estaba y no estaba
a la vez que de un momento a otro (sin existir momento pues este depende del
tiempo que aún no existía) cambio su “estructura” lo que llevó a que se
generaran campos, de ellos partículas, de estas partículas movimiento, de este
movimiento tiempo y ¡bingo! Se originó el cosmos; no hubo explosión pues no
existía un lugar en el cual explotar y no existía un antes de esta, pues no
había tiempo antes de aquello, solo una
expansión de su contenido, una reestructuración de sus partículas que llevarían
a la generación de energía para luego dar
lugar a la masa, luego a la gravedad y por ultimo átomos, para luego de
unos cuantos miles de años dar origen a la luz producto de la primera
estrella. Y estos no son cuentos de
hadas, no son desvaríos de científicos
drogadictos ni suposiciones de señoras tomando el sol, eso es lo que se ha concluido luego de
décadas de observación, análisis, cálculos y experimentación; acá la fábula de la creación en 6 días y del
dios judío flotando en un mar de tinieblas pasa a ser lo que es, simple
mitología.
Como en la cosmología aún quedan muchas
preguntas por resolver, (algunas
posiblemente se queden así dadas las
características de inobservabilidad del universo primigenio) es en estos lugares donde como último recurso
se ha puesto la mano del dios todo poderoso.
Ante la inexplicabilidad de la singularidad a la cual y sin
miedo a equivocarse se le puede llamar la nada, y ante la necesidad de
explicarlo todo partiendo de las normas y leyes que rigen el universo actual,
se considera necesario buscar una causa primigenia, un motor básico que
desencadenara todo el proceso que finalmente llevara a la creación del
cosmos. - De la nada nada sale- y tiene
sentido, y en este escenario, una causa
incausada (Dios) parece más que necesaria, de lo contrario todo sería un absurdo.
Pero es aquí donde la cura resulta peor que la enfermedad,
si el universo tuvo que necesitar una causa para ser y esta es Dios, ¿Por qué
razón no tuvo Dios que tener la misma necesidad de ser causado? Llevando esto a
una infinita y paradójica secuencia de creación y creadores. Muchos creyentes para resolver esto
simplemente resuelven con una afirmación
gratuita de: “no puede existir un creador del creador porque de lo contrario no sería
creador, por tanto siempre es necesaria una causa primera” y ya. Un argumento que solo es útil para resolver
un problema creado por ellos mismos y que se acomoda a sus necesidades, pero
que no da solución a ninguna pregunta en realidad. Y si esto fuese así, porque simplemente no
quitamos a la deidad de la ecuación y todos los problemas físicos y filosóficos
que ella implica y simplemente dejamos
al cosmos tal cual caótico es como causa inicial incausada (aunque esta exista
querámoslo o no) en este punto Dios es
irrelevante para la creación, y más que
irrelevante es incompatible con la misma.
En primer lugar la nada tomada en su forma más pura y literal no existe,
simplemente es una figura retórica, filosófica y metafísica que cumplía muy
bien su función antes de que se descubriera la física cuántica y los fenómenos
de campos. Antes, si se tomaba una habitación,
se la cerraba herméticamente, se le sacaba todo el aire, todo hasta el último átomo,
bien podría yo decir que ahí dentro no había nada, que eso podría servir de
modelo para algo llamado nada; ahora sabemos que dentro de ese espacio ya hay
algo, el mismo espacio vacío es algo, el
mismo tiempo que pasa por aquel espacio vacío es algo y aquello que sustenta
esa “habitación llena de nada” en el engranaje del universo es algo. La nada como tal no existe, es irreal, imposible, solo es una figura mental
que desarrollamos para llamar a ese vacío que formamos. El vacío en su forma más pura, que en
términos clásicos sería bien llamado “nada” si genera cosas: partículas subatómicas nacen de donde no hay
nada (por no saber que otra palabra utilizar) y casi al instante desaparecen; es en este tipo de fenómenos que los físicos de partículas pasan todo el día
quemando neuronas. En resumen la nada
si fuese real, sería superior al cosmos, sería superior al Dios
todopotenciario, sería superior a todo, curiosamente
la forma más extrema de entender a Dios es entenderlo como la nada absoluta.
Dejando claro esto regresamos al video, allí se justifica el
hecho de que nada puede venir de la nada y que en reemplazo de la nada se
necesita de un diseñador inteligente, y para ello utiliza ejemplos tan absurdos
como el de un libro y otros más elaborados como el ADN. Hacen una errónea y
falsa comparación entre lo que es un libro y lo que es el ADN
siendo los dos, cosas completamente distintas, toda su prédica se fundamenta en la
complejidad del ADN y según su opinión, de su imprescindibilidad para que la vida exista, olvida nuestro moderno misionero que la vida
puede buscar mil formas para expresarse, el ADN es solo una de una maquinaria aún
más compleja que se utiliza para que ella emerja, el ADN no es imprescindible, una vida ajena al carbono no necesitaría de él, hasta los mismos priones nos dan un ejemplo
de ello, y este supuesto predicador o lo que sea, en el colmo de su testarudez
afirma que no es importante saber el origen del ADN para entender la
importancia del mismo, de ahí parte el absurdo
de muchos creyentes de encontrar solo
dos formas de entender la realidad: o Dios o el azar. Si no entiende el origen
del ADN fácilmente puede argumentar que este no puede salir por azar, lo cual
es cierto, fueron necesarios millones de
intentos durante millones de años en un
juego químico para que una cadena proteica desencadenara en un proceso que
diera como resultado una cosa llamada ADN,
nuevamente Dios es innecesario en esto,
y si en el colmo de la tozudez pensáramos que él estuvo inmerso en su
labor, solo podríamos decir que Dios hace sus trabajos de manera increíblemente
lenta y torpe.
El problema con el video es que el autor extrapola su forma
de entender la realidad, su concepción mágica de las cosas a hechos concretos,
crea un falso dilema, y lo que es peor,
ante la poca seguridad del entrevistado da como solución una respuesta
completamente ridícula y hasta cierto punto hilarante: suelta su verborrea evangélica, mesiánica y
salvadora (y claro... culposa) y pone a su
dios tribal, su dios infantil, en el lugar que dejan los vacíos de la ciencia:
en las primeras interacciones moleculares de la sopa primigenia terrícola y en
la insondable oscuridad de los primeros milenios de existencia del cosmos. Sitios estos que son completamente
incompatibles con el dios bíblico, se
puede aceptar como una de muchas posibilidades que en estos puntos un ente
pudiese haber actuado generando estos procesos, es
una hipótesis que general muchos más problemas que otras para explicar
estos fenómenos, pero igual, no deja de ser una posibilidad, lo que sí es completamente incompatible,
imposible, absurdo y ridículo, es poner al dios bíblico, a Yahvé, a Jehová, al
Elohim, a Alá, a Shiva, a Jesús o a cualquiera de esos personajes en estos
puntos de generación de vida y existencia,
son completamente innecesarios, inútiles, incompatibles e incongruentes
con los fenómenos expuestos, es más, en el caso del universo primigenio, son
fácilmente absorbidos por el mismo fenómeno y posteriormente destruidos por el
mismo, ninguno de ellos, en ninguna de sus formas y acepciones soporta la
complejidad del fenómeno, sencillamente se disuelven por su primitiva
naturaleza en paradojas físicas que son realidad en un mundo lejos de nuestra
percepción y ajeno a nuestro orden.
Finalmente y como muchos, el video termina en un discurso
antropocentrista barato, el mismo que ha justificado la explotación de los
recursos naturales (y la explotación del mismo humano) durante siglos y que hoy
pone en la cuerda floja la subsistencia de la humanidad.
Sin miedo a equivocarme, este video es uno de los más
simplistas, tontos y patéticos que he visto, parece que los fervientes
religiosos en su delirio bíblico y místico, cada día van dejando más a un
lado el razonamiento científico para
caer en un pensamiento pueril, en una concepción de la realidad muy parecida a
la que veo en los programas de tv para niños tipo el mundo de Barbie o los
monchhichis.
Pdta.: en respuesta a que pienso sobre eso, y luego de lo expuesto….si, la nada produce
cosas y el azar si genera vida.
lunes, 29 de octubre de 2018
Día veintitrés. Sinuhé el poeta.
En cierta forma todos deseamos hacer de nuestra vida una
obra de arte, bien puede ser una arrítmica melodía, una galimatías de palabras
o los destellos cromáticos que pueda dejar la huella de un pincel.
En cierta medida todos anhelados vestirnos de dioses y darle
orden a la sucesión de días pasados y futuros con tal de burlar el vacío que
deja una efímera existencia humana, escapar del olvido y dejando a un lado
todas aquellas esperanzadoras mentiras de fe, comprar un boleto para la esquiva
inmortalidad.
En cierto sentido todos queremos despersonalizarnos y no ser
lo que a la fuerza del azar nos tocó ser sino aquello
que a pulso logramos levantar.
Sinuhe fue el personaje de un cuento del remoto Egipto,
quien armó su vida luego de ser marioneta de los juegos del destino… pero Sinuhe
también es el personaje de uno de los tantos plagios literarios de J.J Benítez. Creo que fue de este de donde tomó su seudónimo, pues recuerdo haberlo visto
leyendo “la rebelión de lucifer” un día cualquiera hace ya muchos años en la
cafetería de la facultad.
Son seis libros que abarcan poemas desde 1998 hasta 2007,
casi 10 años en donde al autor decostruyó su vida para armarla nuevamente en
versos y estrofas.
Poesía…nuevamente la poesía… ¿por qué siempre caemos en ella?
A pesar de ser tan detestable de una u otra forma uno termina desahogándose en
ella. Tal vez sea porque en ella
logramos dar figura a todos esos destellos de genialidad que todos los días vienen
y van y que sin el menor de los pudores desaparecen para siempre, tal vez la poesía sea esa red que se lanza
desde la balsa del presente para rescatar los infinitos universos que nacen y
se colapsan en un efímero momento.
Cuando tuve los libros en las manos me sentí sumergido en un
ambiente algo kafkiano, pero no desde la perspectiva del insecto sino desde el ángulo
de aquel que escribió la historia.
En mis manos quedaron unos manuscritos que reposaban en el
silencio de una caja, en espera del
olvido o la rabia, como suicidas postergando la fecha de caducidad.
También me habló de un séptimo, de aquel inconcluso que
todos guardamos con recelo, aquel que
solo nace cuando la vida se torna complicada, porque para qué las letras cuando
la mente este absorta en las ilusiones de lo que llamamos cotidiano.
Son seis libros…
El primero propio de la mente juvenil, pulcramente empalagoso, propio de los que se
dedican a las musas (que como cosa curiosa, según me lo dijo, era una de mis
musas de aquellas épocas universitarias;
que chiste es la vida, una mujer fue la inspiración para dos poetas y
nunca se dio por enterada).
Inicia con un ajetreado título “tú” desglosando rápidamente su anhelo hormonal
“ojos que traspasan
Brillantes como estrellas…
Negros como la noche.
Labios cálidos y furtivos
La miel no se les compara
Dulce voz de sirenea…
(sic)”
Para finalizar 26 paginas después en:
“vivo una nueva pesadilla eterna.
Luminosa y recta, de casa planchada, muy aseada.
Una mucho peor”
Como si fuese la profecía que lleva implícita toda historia
de amor.
En el segundo libro se da la impresión de que es momento
para la oscuridad, para romper los moldes y experimentar; se altera la métrica, ya no importan los márgenes
y ni siquiera el mismo orden de la lectura, y desde ahí remotamente se empiezan a notar las letras de
algunas canciones de esas inolvidables de finales de los noventas.
“pasó una vez.
Pasó dos veces.
Y otra vez.
No me miró,
Así como yo.
Siguió pasando
Con las alas de mi ensoñación
Una y otra vez
En stop-motion
No me saludó
Ni me miró
Ni se volvió.
Sonrió”
El tercero continua haciendo advocación a la musa
perdida, ya no se siente la necesidad
del perdedor, solo la sabiduría de aquel que no gana, de aquel que adquiere la
paz a costa de la felicidad.
“las maldiciones entran por los ojos
Cuando se leen.
Los ojos se consumirán hasta carbones.
La boca se torcerá en una mueca de angustia eterna
La aspereza de la bruta roca será la piel.
La puesta del sol será el inicio de la oscuridad.
De las cosas que se temen, miedo en el rostro.
Los amaneceres tendrán un velo negro, sardónico.
¿Para
qué vivir?”
El cuarto libro es el primero con nombre “huesos puros
huesos” y parece ser culmen de los tres primeros, en él se conjugan las musas,
la métrica, la ruptura de la métrica y las evocaciones felinas de los
anteriores. Es marcada la influencia de
la concepción médica de la realidad y en él las hojas tienden a ser más prolijas y lo que
en ellas está escrito se torna más confuso y complejo.
“el tiempo lo podemos medir
Observando una mosca relamerse
Metódicamente sus patas.
El tiempo se nos escurre
Entre los dedos ágiles
La vida se nos va con sus desmanes
Es entonces cuando crujes.
El tiempo lo puedo medir
Viendo sus ojos parpadear
Es entonces cuando me fisuro
Eternamente aburrido.
Al tiempo nada lo podrá desmedir
Ni nadie lo dejará de medir
Es eternamente aburrido
Lo realmente
difícil
Es matarlo
Sin matarnos”
El quinto libro es “virus”
tal vez lo llamó así porque virus se escribe con v de cinco romano, tal vez porque es visceral, tal vez porque es como disecar un cadáver con
tijera y escalpelo, tal vez porque está
estructurado como un tratado sobre una enfermedad…me imagino que el mal debe
ser el amor, la causa de toda la
desgracia humana.
“tienes los brazos tan abajo,
Tan lánguidos, decaídos y atados a la espalda,
Que solo quiero abrazarte.
Eres tan poco libre.
Entonces me miro al espejo y qué veo:
Los brazos tan abajo, tan lánguidos, decaídos
Y atados a la espalda,
Que sólo quiero abrazarme.
Soy tan poco libre.
Y una vez que pude ver el mundo entero:
Los brazos tan abajo, decaídos, atrofiados, en la espalda,
Que sólo queremos abrazarnos.
Somos tan poco libres”
Finalmente llega el 6 libro,
“elemental” según quien lo escribió, el mejor, el más complejo, el que
conecta todo con todo, la llave que abre las causas y razones de sus
predecesores, el único, como el anillo
de Mordor.
“Elemental” más que un conjunto de poemas, es el reverso de
un inmenso álbum musical, de cuando las
canciones traían sus letras en minúsculos libritos que hacían las veces de
caratulas. Al leerlo se siente tararear
una melodía, en algunos perfectamente
puedo escuchar la voz de Thom Yorke y la oscuridad propia de Radiohead.
“elemental” es una obra musical que aún no tiene sonido.
“dejarse devorar por lo que se admira
Divino sacrificio, entregarse a lo que ocultamos
Parsiteles, ojo puro, eximio
Mártir del deseo
Heraldo del desafuero
Vos sos la tierra
Yo soy el agua
Dame una canción en un beso
Y escucho la canción.
Me gusta escucharle
Y contagiarme de su risa
Y de sus noctámbulas aficiones
Sus insomnes pequeños milagros con hormigas
Y voces claras, fugaces, medio agónicas, revelaciones.”
martes, 23 de octubre de 2018
Día veintidós. Treinta años y nada cambia
Encontré esta pequeña cartilla arrumada con algunas revistas viejas de Kalimán y mis cuadernos de escuela. No se como llegó allí, pero creería que sea el único ejemplar que exista.
Todo lo que esta en ella escrito es como un chiste macabro, una broma de la vida...después de mas de treinta años (extrapolando este valor según la edad de algunos de los que allí escribieron) nada cambia: los mismo miedos, los mismos deseos, la misma esperanza, el mismo mensaje, los mismos niños. la leo y me pregunto hasta que punto ese discurso de décadas permitirá ser rebobinado una y otra vez...a veces pienso que la cinta que lleva el mensaje ya no soportará mucho e inevitablemente se romperá...que mierda de problema cuando esto ocurra.
sábado, 20 de octubre de 2018
Día veintiuno. Nubes de tormentas invisibles, invencibles e imposibles.
"el zorro y las uvas" acuarela |
Y los días transcurren entre nubes de tormentas invisibles,
cubriendo pájaros de plumas invencibles reacios a realizar gestas imposibles.
Los días trascurren al borde de la muerte que revuelca
entrañas mientras sonríe en la cara de
aquel que creía que todo lo podía y que se hacía llamar Dios como apodo
majadero repetido por infantes octogenarios sentados en bancas de madera,
inmersos en narcóticos deseos.
Los días trascurren entre palabras que comen caricias para formar sonrisas.
Sonrisas que duermen en ojos repletos de lágrimas disueltas
en retazos de piel que ofuscan sus años a los rayos del sol matutino.
Un sol que yace en los brazos brumosos del arco de color iris que apunta a las
tormentas hijas de tormentas visibles y húmedas.
Húmedas como los pies
de la mujer amada, blanca y además pálida.
La palidez que solo la muerte deja rebozar de sus
labios secos de palabras y
sonrisas, la muerte que busca en los días
de las semanas y meses incompletos que giran en cosmológico desorden para
formar la secuencia de instantes
desencadenantes de años.
Años que labran con paciencia de roca las arrugas en los
rostros de los transeúntes ajenos a las aves portentosas, aquellas que
circundan un sol octogenario, aburrido,
explotando infinitamente en deseos de yacer al borde de una calle cualquiera,
sentado inerme en bancos de madera
viendo pasar los días que pasan entre nubes de tormentas invisibles, invencibles
e imposibles.
jueves, 18 de octubre de 2018
Día veinte. Un día tan común y silvestre que podría nunca existir.
"jardín nocturno" acuarela |
Un increíble y cotidiano día, tan común y silvestre que
podría nunca existir.
Mientras conduzco al trabajo escucho por la radio que en las vías que conducen a las poblaciones del
sur dos motocicletas chocan causando la muerte de cuatro personas. Horas más tarde me entero que una de las víctimas
es la esposa del hermano de un amigo.
El sol cae y la luna se levanta sobre el horizonte augurando la llegada de la medianoche,
termino de ver un video sobre la
historia de Campo Elías Delgado, el
asesino de los años ochenta, minutos después en un artículo perdido en cualquier sección cultural
de cualquier diario, el escritor de “Satanás” la novela que relata la historia
del asesino, dice que la masturbación es la copula con nuestros propios íncubos
o súcubos.
Fuera una tormenta se aproxima, a lo lejos escucho truenos
provenientes de cúmulos colosales. Me
recuerdan los dioses bailarines de mi infancia.
miércoles, 17 de octubre de 2018
Día diecinueve. Monólogo: no hay que ir con prisa, igual nadie llega al final.
En los últimos días el diablo se ha posado sobre mis hombros
y ha susurrado sus palabras en forma de graves y bajas melodías al oído del
mago. El mago ha permanecido callado, ha
cerrado sus labios y en extraña trasmutación anatómica ha derivado su oído a mi
oído permitiendo que mi cerebro terrenal comprenda las palabras de aquel
demonio de pequeña estatura, color rojizo, vello fino cubriendo un rostro de mandíbula
puntiaguda y prominente, labios delgados que ocultan blancos dientes, una nariz
larga de águila harpía y ojos bajo unos
arcos ciliares prominentes como solo los poseen los pensadores, coronado con
dos pequeños cuernos negros, filudos y majestuosos.
Cómo interpretar las canciones del demonio cuando estas son
iguales a las de los santos en las misas de gallo en los templos mientras el sonido del viento atraviesa las hojas de
los pinos. En ellas ya no
se dan palabras de odio más si de reproche.
Escribe, escribe y escribe
Susurra el demonio: escribe hasta la muerte, escribe de la muerte, escribe hasta que los dedos
sangren, hasta que la cabeza se perturbe de fatiga, hasta que las estrellas
caigan y el sol se levante, escribe mientras la lluvia golpea el techo y
mientras el niño y la mujer duermen plácidos en la cama. Escribe del niño aquel
y del niño que es, escribe de imaginación, escribe recordando los guerreros del
polvo, los ríos minúsculos y los escorpiones bajo las rocas, escribe de las
esferas metálicas diurnas y de los platos luminosos nocturnos, de las bestias
de la quebrada, de la historia de la bruja que ríe en el techo, de la que canta
tras la tapia, escribe de los poemas que entonan los azulejos y cardenales en
las ramas del golgota de flores blancas y rosadas al ocaso. Escribe de las
disgregaciones filosóficas de los grillos ocultos en los ángulos de las paredes
y de los sueños del perro viejo que nunca quiso conocer el mundo, de las
historias que nunca terminaban en la mesa cuando los libros eran montañas y
castillos y todo tenía que darse por feliz término al llegar la cena.
¿Dónde están los seres fabulosos? me pregunta
el diablo. ¿Dónde quedaron los terrores acuáticos que se perdían en la
profundidad del océano de paredes de cemento? ¿Quién cuenta el camino que
tomaban los gusanos luminosos a la media noche? ¿Quién invoca a las aves
nocturnas discretas y sacras? ¿Quién
cubre los rostros de los seres nocturnos en el día y dónde se ocultan los
gigantes de piedra que esperan la hora adecuada para destruirlo todo? ¿Dónde iría a parar el avichulejo aquel de
pelo grueso, ojos grandes, manos huesudas y rabo desordenado que saltaba de rama en
rama? ¿Quién va a explicar la causa por la cual los muertos decidieron salir de
sus tumbas y acabar en forma sistemática los vivos que aún no entendían lo
sucedido? ¿Quién entendía las ideas de aquellos hombres y mujeres que se
sentaban frente a sus casas cuando el mundo caía a pedazos en la nada, sin el
menor asomo de terror sin la menor imprecación a su destino? ¿Quién me dice
donde quedó la bruja regaliz y que paso con el jardín de los niños de piedra? ¿Dónde
estarán los restos del puente de tubo rodeado de guayabos sobre la quebrada de
aguas sucias? Quién va a contar qué fue
de la vida de todos aquellos que me acompañaron en el camino, antes que
terminen siendo brisas del destino, ligeras perturbaciones espacio temporales
en un universo expansivo y disipado. ¿Quién volverá a preguntarle algo a los
enanos que miraban el reloj de la torre en un día de niebla y frío? ¿Quién puede soportar al demonio en su hombro
susurrando estas cosas a toda hora?
viernes, 12 de octubre de 2018
Día dieciocho. ¿por qué Ernesto Macias llamó "niña" a la representante de los estudiantes?
¿Por qué Ernesto Macías llamo “niña” a la representante de
los estudiantes y por qué se armó tanto alboroto por esa simple palabra?
Hasta hace poco no
prestaba mayor importancia a la forma en que coloquial o informalmente se
llamaba a alguna mujer (preferiblemente joven) en cualquier circunstancia; bien podría escuchar el “oye chica”, o “señorita” o “niña” o “amor” o “linda” o “nena”,
siendo para mí lo más natural, ya que en esencia lo que se buscaba era
llamar la atención de aquella mujer que aún no clasificaba en el epíteto de “señora”
o “doña”. Pero después de trabajar hombro
a hombro con muchas mujeres en un área de
constante contacto humano como lo son los servicios de salud, me di por
enterado que no utilizar el “doctora” o “medica” o sus sinónimos y si utilizar el adjetivo “niña” era una
tremenda ofensa para todas mis compañeras,
comprendí que eso era lo más cercano a quitarle los 6 años de estudios
de un tajo y dejarlas a nivel de una
tegua en proceso de aprendizaje, y si lo
que se quería era invocar al mismísimo satanás, solo tendrían que llamarlas
como “nenas” o “amor”.
Macías se disculpó explicando que esa palabra era de uso
corriente en su región, o sea el Huila… y si, tenía razón. Pero algo se le escapó a nuestro iletrado
senador.
En el Huila cada vez que alguien se refiere a una mujer con
el adjetivo de “niña” no lo hace pensando en que es una menor de edad, en este “regionalismo”
existe una clara y a veces inconsciente connotación peyorativa. “Niñas” son las subalternas, las empleadas domésticas de las casas de los
ricos, las cocineras patirrajadas de las
haciendas, la “muchacha” de los mandados
del pueblo. En una sociedad de francas raíces
pastoriles como es el caso del Huila grande,
“niña” es la denominación que utilizaban y utilizan los dueños de la
finca, los patrones, los amos, para referirse a la servidumbre femenina. Tal vez no haya sentido de ofensa
directamente implícito en la expresión, pero si hay un claro significado de condescendencia,
de “yo soy más que Ud. y por lo mismo yo le tengo aprecio”…y en el mejor de los
casos, “si se porta y trabaja bien yo en
algo miro a ver cómo le ayudo.”
Es algo inherente al arraigo cultural del hacendado
opita, lo he visto mil veces en mi labor
de médico. En el caso de los hombres no
se nota por la educación machista propia de la región, por eso a muchos de
nosotros nos resulta invisible este apelativo,
yo nunca seré (o fui porque ya estoy lleno de canas) el “niño” en un
servicio, pero mis estimadas amigas día
a día tienen que soportarlo, y curiosamente no solo de pudientes ganaderos
sino, como todo, de cualquier
parroquiano que tratando de emular las buenas costumbres de su patrón también imita
sus expresiones.
Lo que hizo Macías al decirle a la representante estudiantil
Jennifer Pedraza “30 segundos niña y termina” fue simple y llanamente mostrar su concepción
de “patrón-peón” propia de la región,
tal vez si él hubiese pasado por los pasillos de una universidad hubiese
comprendido que lo que estaba haciendo era una reverenda falta de respeto.
jueves, 11 de octubre de 2018
Día diecisiete. la mirada de la bruja regaliz.
Después de tantos años me he fijado en su mirada
una perfecta ambivalencia
una expresión de paciencia llegando al borde la impaciencia
una noche de estrellas para ver el firmamento al compás de un merengue ochentero
el sol de la mañana cuando la bruma se levanta
un ser alado,
de esos que molestan al mago
revoloteando alrededor de su cabeza
como moscas en diciembre.
Ella lo sabía
ella sabía sobre la ascensión de las deidades prehispánicas
de allí su sonrisa.
Regaliz regaliz la llamó aquel niño,
y el adulto estúpido no lo supo entender.
Que hermosa es la locura.
La bruja. Acuarela. |
martes, 9 de octubre de 2018
Día dieciséis. Buda, Cristo, María y un dinosaurio.
Él es buda, todos los
budas de esa época eran gordos y de
color negro, no representaban ningún
tipo de idea religiosa ni mucho menos una filosofía, solo eran amuletos de la
buena suerte; generalmente se les pegaba
una moneda de cualquier denominación en su base y se colocaban en algún rincón de
la casa. Este en particular tenía una
moneda de 25 centavos (que ya no está) y su lugar era una pequeña barra de
madera que quedaba detrás de la nevera. Era
una figura intrigante -a pesar de ser una porcelana barata de malos acabados- el hecho de estar oculta, con cierto significado mágico la convertía en un
objeto misteriosamente interesante.
El cristo crucificado llegó a la casa hace muchos años,
tantos que no me acuerdo, creo que fue un regalo de uno de los muchos curas que
pasaron por el pueblo. Me imagino que
fue bendecido, pero no entronizado porque nunca me dejaron jugar con él. Hubiese sido un buen juguete: con su cuerpo delgado, su cabeza grande y su rostro de muerto
resignado habría servido de mil
maravillas para algún personaje malévolo.
Pero no, su puesto estaba encima
de la cómoda de la habitación principal, al lado de los frascos de perfume y
los regalos lujosos y minúsculos. Por años acumuló polvo hasta que la cómoda se
deshizo producto de la carcoma y terminó
en la mesa de madera incorruptible de mi habitación, para luego pasar a otra habitación, a un
nochero que a pesar del gorgojo se niega a desaparecer, allí esta, paciente, con su cruz de madera frágil, tan frágil que parece que se
deshace con solo tocarla. Hace unas
semanas mi hijo menor lo tomó y como buen niño quiso jugar con él, probablemente estrellándolo con algún
carro; como era de suponerse yo le dije que eso no era un juguete y que lo
dejara en su sitio. Por la expresión de preocupación
resuelta del rostro del mesías judío, creo que me agradeció esto.
El fósil pequeño lo obtuve de Marlio en épocas de la escuela
posiblemente producto de algún trueque. Marlio
tenía la ventaja de tener en su casa montones de cosas raras que ni por las
nubes encontraría en la mía, y entre esas figuraban los fósiles. Recuerdo que eran tres, uno se perdió,
debe estar en la casa, enterrado en algún sitio esperando otros tantos millones
de años para que algún niño curioso lo descubra y practique técnicas incipientes
de comercio con él. Como dato curioso
el tercer fósil que tuve era el fósil
más espectacular de todos los tiempos, tan espectacular que no he visto uno
semejante en toda mi vida; lo encontramos con mis amigos de escuela cuando andábamos
por las calles revueltas y en proceso de pavimentación del pueblo, escarbando
en los arrumes de piedras que había por todos lados y que servían como material que le agregaban al
cemento. Cómo terminó siendo mío no lo
recuerdo, posiblemente mis amiguetes pasaron por alto la importancia de aquella
piedra que cabía en la palma de mi mano, de color negro y de consistencia mucho
más dura que las piedra corrientes, en la cual, sobre uno de sus lados tenía la
figura de un puerco espín; con su cabeza, su dorso lleno de púas, su cola larga
y dos patas... asombroso, como si hubiese
sido tallado no por indígenas o cavernícolas sino por extraterrestres. Sobrevivió a mi infancia, sobrevivió a mi
adolescencia y aun en épocas de universidad recuerdo haberlo visto como soporte
de algún tallo torcido de un geranio, luego desapareció. Cada vez que levanto alguna piedra, cambio la tierra de alguna matera o revuelco algún basural de mi casa, guardo la
esperanza de encontrar aquella fabulosa piedrita.
El fósil de mayor tamaño no era mío, era de mis tíos, los
cuales no sabían qué era un fósil. Ellos
decían que era “una piedra de la virgen”
según me contaron, en uno de sus viajes fuera del pueblo, (que hacían con
frecuencia cuando estaban jóvenes) habían
visitado un lugar donde según decía la gente, se le aparecía la virgen María a
una niña -en este preciso momento se me escapa el nombre del lugar, pero creo
que quedaba en el cauca.- Y la parte de
la montaña (porque era una zona rocosa) donde la madre de Dios posaba su etérea
humanidad y de vez en cuando caminaba, estaba formada por ese tipo de roca (que
ellos tenían guardada en una barra de madera cerca al buda negro.) No la habían recogido, la habían comprado,
pues los fieles devotos que acompañaban y protegían a la niña vidente, a todos los peregrinos les permitían llevar un trozo de reliquia del
lugar a un muy justo precio.
Cuando la tuve en mis manos, mis tíos ya dudaban del poder
milagroso de la piedra y empezaban a creer que habían sido estafados; cuando ya estuve más grandecito, les
expliqué que eso no era una piedra corriente, aunque tampoco milagrosa, era la vértebra de un animal prehistórico, ellos asintieron sin entender muy bien a que
me refería con eso de los dinosaurios, me imagino que pensaron que era una de
las muchas cosas locas que yo decía. Igual,
después de décadas estaban completamente
seguros que habían sido estafados.
La figurita de la virgen y el niño venía en un velón que
nunca se encendió pues era el regalo de
una odontóloga muy allegada a la casa,
como era tan delicado, terminó en una mesita de centro, que terminó
arrumada en mi habitación y que servía como receptáculo de hojas y hojas con
dios sabría qué cosas escritas o
dibujadas por mí en los buenos
años. El velón sigue ahí, en la mesita,
pero ya sin papeles encima.
sábado, 6 de octubre de 2018
Día quince. Breve elogio a la muerte II
Todos los días pienso en la muerte; en ocasiones lo hago por necesidad, en otras por temor, otros días por incertidumbre y en los peores días lo hago por gusto.
Con el paso de los años aprendí a cambiar de
perspectiva. Antes disfrutaba recreando
las escenas que surgían del hecho de morir, ¿Cómo reaccionarían todas las
personas cercanas? ¿Qué tanto dolor causaría mi partida? ¿Cómo sería
mi final? Pero fui cambiando,
curiosamente aun guardaba esa concepción cristiana de la muerte no muerte, del
paso a una nueva vida, del miedo brutal y paradójico a la misma muerte y la exaltación
y el regocijo en todo aquello que le derivaba,
como todo lo que parte de aquella
lógica...un narcisismo puro.
Luego deseché todo ello y entendí la muerte como la aniquilación de mi
yo, un desmembramiento de mi conciencia, la comunión con un todo
omnipresente (tal vez influenciado por ideologías orientales), si
antes todo partía de una adolescente necesidad de reconocimiento y vanidad,
ahora todo derivaba en temor. La sensación
de vacío que experimentaba cada vez que recreaba la descomposición de mi cuerpo
y la disolución de todas esas hipotéticas envolturas astrales para transmutarme
en algo desconocido me daba vértigo. No
quería dejar de ser quien era, si existía una nada previa a mí existir por errónea
analogía matemática, no debería existir un final real. Como siempre el miedo a no ser, en esencia el miedo a la muerte.
Tuvieron que pasar años para desprenderme de los últimos susurros
del pasado que a la fuerza pretendían hacerme creer que un ser supremo lo regía
todo, para finalmente verme tal cual
animal soy, nunca desde entonces me había
sentido tan bestial, tan ajeno a la
ilusoria ética y moral humana, ya no me entendía
como persona, (una de las muchas
mentiras que todos los días se rezan para sobrellevar la carga de la
existencia.) Entenderme en el mismo
nivel del perro callejero, de la vaca a punto de ser sacrificada, del caballo pastando paciente en un potrero o
del ratón atento a no ser comido por un gato, me permitió quitarme esa venda
putrefacta de los ojos llamada humanidad y reflejarme en mi mismo tal cual
insulso e insignificante soy…me sentí libre.
Pero seré honesto, el temor a no
ser siempre persiste y en ese punto más que el dejar de ser, el temor llega del
hecho de dejar un vacío en el pedazo de mundo que habito. El temor del abandono
a los seres queridos.
Di un paso más. Luego
de comprenderme animal y después de llenarme hasta la saciedad de imágenes
propias del averno, de perderle el asco
a la sangre derramada con violencia, de
no empatizar con el dolor sin que esto quisiera decir que lo anhelara, luego de entender que el orden solo es una ilusión
previa al caos, que la justicia solo aplica en los cuentos de fantasía y que la
vida que todos llevamos es una macabra broma orquestada por ideas superiores a
nosotros en todos los modos y las formas,
luego de ver esto ya no necesite
el erótico preámbulo de la agonía, prescindí
de verme levitando cual mosca de cementerio sobre las personas que amo, me desprendí de las ruedas karmicas que disolvían
el alma en infinitos recipientes como una preparación homeopática que haciendo
justicia a su dinámica no era nada. Vi la muerte, mi muerte, como lo que era, el punto final: el fin del dolor, el fin del
deseo, el fin del amor, el fin de la
esperanza, el fin de los sueños; no como un espacio de descanso
(pues no habría quien gozara del mismo) sino
solamente como un no existir,
volver al estado previo de mi concepción
y de la concepción de mis padres y así sucesivamente, sin razones, sin causalidades metafísicas.
En mis mejores días, pienso en la muerte, en esa muerte tranquila y ajena a todo, en una muerte pura, una que da fin a luchas
de demonios internos y mensajes al oído de ángeles etéreos. Tal vez en esos días y gracias a reacciones bioquímicas
esquizotípicas en mi cerebro, logro comprender la intención del suicida, ver lo
que ve, degustar en la saliva el preámbulo del fin, disfrutar los últimos sonidos
que golpean el tímpano y sentir el cosquilleo en la piel de la parca a punto de cortar el hilo vital.
En mis mejores días,
cuando el mundo muestra su lado más insoportable, cierro los ojos y me sueño no siendo nada.
cadaver de ser onírico en proceso de resurrección. óleo sobre lienzo |
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