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viernes, 18 de octubre de 2019

Jorge Villamil, el compositor de las américas




Jorge Villamil nació en vísperas de las fiestas de san Juan y san Pedro en la finca “el Cedral” de Neiva,  y tal vez fue por esto que  ya desde el vientre de su madre  seguía el compás  de los bambucos y pasillos junto a las coplas y rajaleñas alegres y pícaras  de los campesinos de aquellas épocas.

Como la música siempre fue su eterna compañera, a los 4 años aprendió a tocar guitarra en un maltrecho tiple que uno de los jornaleros de la finca le había prestado.

Esos primeros años de vida marcarían lo que sería su futura obra musical,  rica en referencias a los paisajes huilenses y sus costumbres y algunas de ellas enmarcadas con cierto toque de melancolía.
A los 10 años fue enviado a estudiar a la ciudad de Neiva,  dos años después fue trasladado al colegio Antonio José de Sucre en Garzón para finalmente terminar la escuela e iniciar el bachillerato en el colegio Antonio Nariño de Bogotá.

Cuando terminó sus estudios secundarios, y para seguir la tradición familiar, ingresó a la facultad de medicina, curiosamente allí fue dando forma a su espíritu artístico   y dio  nacimiento a sus primeras composiciones musicales.

Luego de varios años de estudios y trabajos se graduó como médico ortopedista y traumatólogo,  irónicamente  para esas mismas fechas su padre moriría y su amada hacienda entraría en decadencia producto de la guerra bipartidista que se encontraba en su furor por aquellos años.

Aparte de ser un gran compositor, fue un reconocido médico, trabajó como  mediador entre las guerrillas y el gobierno,  y como si fuera poco participó en la creación del  festival nacional del bambuco.

Sus obras son reconocidas en todo el mundo y centenares de artistas han tenido el honor de interpretarlas; de sus más de 200 composiciones no nos es difícil reconocer temas  como espumas, el barcino, oropel,  llamaradas, acuérdate de mí y muchas más, que ya hacen parte del acervo cultural no solo del Huila sino de toda Colombia.



Jorge Villamil murió en la ciudad de Bogotá en el año 2010 luego de  una penosa enfermedad, pero hasta su último día evocó aquellas tierras opitas que siempre lo habían inspirado.

*publicado en revista güipas diario la nación 14-04-2019

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