En estas aciagas épocas de narcisismo virtual, de filtros en
instagram, de manipulaciones angulares y de perspectiva de Facebook e instantáneas
morbosas en estados de wasap, no está de más preguntar sobre si en toda aquella
paranoica tendencia hedonista, los
infinitos argonautas de la belleza tienen claro cuál es el ideal que tienen que
alcanzar.
Como nuestra civilización occidental esta cimentada sobre
los preceptos de los antiguos griegos y romanos, remitámonos a ellos y
busquemos la perfección en sus cánones, tal como los seguimos en nuestras
creencias religiosas e ideologías políticas.
Marco Vitruvio Polión maestro arquitecto romano del siglo I
AC y en el cual se basarían grandes artistas renacentistas como Leonardo Da Vinci,
dice en su obra que la naturaleza
distribuye las medidas del cuerpo humano de la siguiente forma:
“4 dedos hacen 1 palma, y 4 palmas hacen 1 pie, 6 palmas
hacen 1 codo, 4 codos hacen la altura del hombre. Y 4 codos hacen 1 paso, y que
24 palmas hacen un hombre; y estas medidas son las que él usaba en sus
edilicios. Si separas la piernas lo suficiente como para que tu altura
disminuya 1/14 y estiras y subes los hombros hasta que los dedos estén al nivel
del borde superior de tu cabeza, has de saber que el centro geométrico de tus
extremidades separadas estará situado en tu ombligo y que el espacio entre las
piernas será un triángulo equilátero. La longitud de los brazos extendidos de
un hombre es igual a su altura. Desde el nacimiento del pelo hasta la punta de
la barbilla es la décima parte de la altura de un hombre; desde la punta de la
barbilla a la parte superior de la cabeza es un octavo de su estatura; desde la
parte superior del pecho al extremo de su cabeza será un sexto de un hombre.
Desde la parte superior del pecho al nacimiento del pelo será la séptima parte
del hombre completo. Desde los pezones a la parte de arriba de la cabeza será
la cuarta parte del hombre. La anchura mayor de los hombros contiene en sí
misma la cuarta parte de un hombre. Desde el codo a la punta de la mano será la
quinta parte del hombre; y desde el codo al ángulo de la axila será la octava
parte del hombre. La mano completa será la décima parte del hombre; el comienzo
de los genitales marca la mitad del hombre. El pie es la séptima parte del
hombre. Desde la planta del pie hasta debajo de la rodilla será la cuarta parte
del hombre. Desde debajo de la rodilla al comienzo de los genitales será la
cuarta parte del hombre. La distancia desde la parte inferior de la barbilla a
la nariz y desde el nacimiento del pelo a las cejas es, en cada caso, la misma,
y, como la oreja, una tercera parte del rostro”.
Que traducido más o menos queda así:
El rostro, desde la barbilla hasta la parte más alta de la
frente, donde están las raíces del pelo, mide una décima parte de la altura
total.
La palma de la mano, desde la muñeca hasta el extremo del
dedo medio, mide exactamente lo mismo.
La cabeza, desde la barbilla hasta su coronilla, mide la
sexta parte de todo el cuerpo.
Desde el esternón hasta las raíces del pelo equivale a una
sexta parte de todo el cuerpo.
Desde la parte media del pecho hasta la coronilla, una
cuarta parte de todo el cuerpo.
Del mentón hasta la base de la nariz, mide una tercera parte
del rostro.
La frente mide igualmente otra tercera parte del rostro.
El pie equivale a un sexto de la altura del cuerpo.
El codo, una cuarta parte de todo el cuerpo.
El pecho equivale igualmente a una cuarta parte de todo el
cuerpo.
El ombligo es el punto central natural del cuerpo humano. En
efecto, si se coloca un hombre boca arriba, con las manos y los pies estirados,
situando el centro del compás en su ombligo y trazando una circunferencia, esta
tocaría la punta de ambas manos y los dedos de los pies.
La figura circular trazada sobre el cuerpo humano nos
posibilita el lograr también un cuadrado: si se mide desde la planta de los
pies hasta la coronilla, la medida resultante será la misma que se da entre las
puntas de los dedos con los brazos extendidos. (Tomado de Wikipedia)
Siendo así, estimado aspirante a influencer, si una vez
sumercé ha realizado las correspondientes medidas antropométricas y su fotogénico
y photoshopeado cuerpo no encuadra en lo
descrito, permítame informarle que Ud. es feo (o fea, pues estoy hablando en
lenguaje no inclusivo, utilizando el género masculino como globalizante, pues
considero irrelevante el uso del “es” como reemplazo del calificativo androgénico
universal), es un ser imperfecto, vulgar, intrascendente y virtualmente
engañoso…está malgastando el oxígeno que bien podría ser utilizado por nosotros
los bellos; por favor abandone nuestro espacio y remítase a otra cultura que
acepte como correctas sus proporciones o en su defecto viaje al pasado.
Amen.