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No, no es esta Eva |
Existe un personaje que a
pesar de guardar un bajo perfil es el
culpable directo de que las cosas estén como están, es uno de esos seres mítico fantasiosos (aunque muchos creen que
fue real) del cual se desprende toda una serie de acontecimientos que indudablemente
fueron y son los motores de la realidad.
Este personaje es Eva, la primera mujer, la madre de toda la
humanidad, la que se dejó tentar por el mal y por cuya acción el género humano fue desterrado del jardín
del Edén. Para ser un personaje tan
importante es muy poco nombrado en el discurso de todas las religiones o
cultos, y cuando lo hacen siempre es para recalcar su error o como punto de
referencia algo machista de la realidad.
En mi mente queda la imagen
de una mujer algo despistada, algo propensa a lo superfluo, cuya figura rara
vez se dejaba entrever en los árboles y
arbustos en las películas de semana santa. Se la nombraba en oraciones, como una que de
niño recitaba antes de dormir:
“Dios te salve, Reina y
Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra, Dios te salve.
A ti llamamos los
desterrados hijos de Eva; a ti suspiramos, gimiendo y llorando, en este valle
de lágrimas.
Ea, pues, Señora, abogada
nuestra, vuelve a nosotros, esos tus ojos misericordiosos. Y, después de este
destierro, muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡Oh clementísima,
OH piadosa, OH dulce Virgen María! Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios,
para que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo.
Amén.”
Y como aquella idea sobre la cual se asentaría la imagen de la
virgen María. Eva era algo alejado, algo demasiado humano y hasta cierto punto un
mal recuerdo.
Y como era de esperarse de
la biblia, un libro misógino por excelencia, sobre la suerte que tuvo esta
mujer después de la expulsión del paraíso poco o casi nada se sabe, se nombran
tres de sus muchos hijos (¿tal vez 60?) y desaparece de la historia de la
humanidad. Hay una breve reseña del
tiempo vivido por Adán, 930 años, pero su compañera, la madre de todos, no entra en registros, simplemente se diluye
en los recuerdos de la infamia. Libros
ajenos narran que viviría unos pocos días después de la muerte de su
esposo, cuando esta le consiguió el aceite de la misericordia que le otorgaría el perdón celestial por sus faltas… pero
tampoco se es claro en ello.
Eva es el vivo ejemplo del
ideal femenino que muchos radicales religiosos esperan, un ser sumiso,
silencioso y secundario…. La esclava perfecta.
Curiosamente la Eva que nos llegó
y que nos vendieron no fue la única mujer, ni tampoco la primera, eso sí, fue la madre de esta turbulenta humanidad.
Sin adentrarme en referencia
bibliográficas ni en extrapolaciones culturales me limitare a contar la
historia de las primeras féminas de la creación.
Como es bien sabido Adán fue
creado al sexto día del barro sagrado e insuflado con el aliento
divino, tan excelsa creatura fue dejada
en medio del jardín del Edén para que desde allí glorificara la obra de su
creador gobernando sobre todos sus
habitantes. Pero se presentó un
problema. El sabio dios creo todas las
demás creaturas en pareja, hembra y macho (ya saben el argumento ese que
utilizan los homofóbicos vestidos de progresistas que hoy pululan por todos
lados) pero al pobre Adán lo dejó solo, y este luego de terminar la labor de darle nombre a las cosas, veía con curiosidad como todos los
animales se consumían en la dicha del
acto sexual, y sintió curiosidad, y sintió celos, y como todo señor de aquel
lugar trató de copular con cuanta hembra de cuanta especie encontraba, pero no
lo encontró grato, y aparte de sentirse diferente, pues lo que hacía no era pecado, pues el
pecado todavía no había llegado, fue de manera muy cortes a hacerle el reclamo
a su creador. Este cayó en cuenta de su
descuido y tomando barro cualquiera que encontró en el camino, diseño la hembra
del hombre, le alimento con su aliento y la llamo Lilith.
La entregó a su compañero en el jardín y por un tiempo fueron felices, pero esto no duro mucho,
aquello por lo que siempre rompen las parejas también ocurrió allí, por
problemas de cama (dudo si en ese entonces las camas se habían inventado). Cada vez que tenían relaciones sexuales Adán exigía
quedar encima de su compañera, lo cual poco agradaba a aquella, no entendía por
qué debía estar bajo Adán, por qué tenía
que soportar aquella imposición de subordinación ante el hombre si ella también
había sido formada por barro y portaba el aliento divino. La cosa fue pasando a mayores y llegó el
punto en que la mujer, la primera feminista y libertaria de la historia, no lo soporto más y decidió abandonar su
marido, como sabía que la cosa no sería
fácil, en un momento de rabia invocó el
nombre sagrado del creador, con lo cual se convirtió en un espíritu y se alejó
por su propia cuenta del jardín hacia el desierto poblado de demonios, allí en
señal de venganza por la humillación a la que había sido expuesta, copuló con cuantos pudo y engendró centenares
sino miles de demonios.
Dios envió tres ángeles
para que hicieran recapacitar a la mujer, pero esta se negó rotundamente, y
como Yahveh no se anda con cuentos,
ordenó que se diera muerte a cada uno de
sus hijos nacidos y los que habrían de nacer, Lilith consumida por la rabia
ante esta poco amable disposición y sabiendo que era inevitable, también jugo
sus cartas, prometió hasta donde fuera posible asesinar a todos los hijos que
nacieran de la prole de Adán, solo se escaparían de sus garras aquellos que
fueran protegidos por los nombres de los tres ángeles negociadores, de
allí viene la tradición de colocar
talismanes a los recién nacidos, con
ellos se busca frenar el accionar de aquella mujer, pero también cuentan que
cuando los bebes ríen mientras duermen, es que Lilith está cerca haciéndoles caritas de juego, al
final de cuentas ella también es madre.
Al ver que Adán nuevamente
quedaba solo, el Señor de todas las
cosas lo llevó a su taller de fabricación de seres vivos y allí frente al
hombre y según las especificaciones que
este le daba fue armando la mujer ideal: armó un antebrazo por acá, un hígado
por allá, las arterias por este lado, medio lóbulo pulmonar por el otro, y con
toda la maestría propia de un dios creador ensambló toda aquella visceramenta y sacó de la olla a otra despampanante
mujer, el problema fue que con tanta sangre y tanta tripa que viera el pobre Adán había quedado traumatizado y aborreció
de inmediato esta mujer…otro pequeño desliz de Nuestro Señor, no había caído en
cuenta que Adán no tenía hígado para eso de ver sangre y huesos y más
cosas. ¿Qué pasó con esta mujer? nadie
sabe, simplemente salió de la línea de producción y de la historia como
material defectuoso. Aunque en algún
momento dicho personaje se confunde con una mujer que acompañaba a Lilith desde
sus inicios y que corrió la misma suerte de su compañera.(Naamá)
Ya algo molesto por tanta
pendejada, el Señor todopoderoso hizo entrar en un profundo sueño a Adán,
probablemente también borró muchos de sus recuerdos previos, pues no era bueno
quedar mal ante sus creaciones, y con destreza de cirujano extrajo una de sus
costillas y con la maestría de un artesano moldeo con aquel pequeño hueso
tremenda mujer, que terminaría siendo
la madre de todos los hombres. Cuando Adán
despertó, me imagino que sintió algo
raro en el costado, como aquella sensación que sienten los que luego de una
noche de copas despiertan en una tina con hielo, una herida en el costado y una
carta explicándole que le sacaron un riñón.
Pero lo que vio Adán no fue un riñón embolsado y congelado sino una
preciosa mujer por la cual fue capaz de
abandonar el paraíso.
Pero claro no falta el
difamador que dice que esta historia no es así, que en realidad en un principio
y tal como lo dice la teoría de la evolución
Adán tenía un pequeño y grácil rabo, el cual fue cortado por nuestro amo
y señor y de este fue que se creó a Eva…y tiene sentido, a nosotros no nos
falta ninguna costilla, tenemos 12 y 12 a cada lado, en cambio rabo no
tenemos…es como si alguien sospechosamente nos lo hubiese arrebatado, y cuan
útil sería un rabo hoy en día cuando en ocasiones las manos no nos bastan, pero
bueno, tenemos a la mujer….(#chistemachista)
Y bueno esto no me lo invente yo, está
en los libros sagrados…amen