fredy polo |
La bruja risueña de los campos soleados
Regaliz, Regaliz la llamo aquel niño,
trae el delantal cubierto con las manos
rebosante de miradas, dulces y setas del camino.
Visita mi puerta y mueve sus dedos pequeños
al compás de murmullos y el croar de las ranas,
golpea sus zapaticos y despierta mis sueños
ocultos en la madera de las viejas puertas planas.
¡Mago despierta del silencio de agonía y muerte!
la bruja antes llamada Regaliz aun quiere verte,
borra el conjuro de la puerta sagrada y blanca
que el sol y la alegría fuera se estancan.
/Silencio profundo en oración virgen/
él mira con ojos pálidos y fríos carentes de maldad,
ella ingenua, inocente de todo aquel bien
trae su labio humedecido en el océano de la verdad.
Entra amiga mía, mi consuelo
entra a la sombra de los arboles ancestrales
entra y camina sobre el suelo de hojas secas y frágiles
entra al recinto de la brisa fría y suave.
Saltando alegre cual gacela entra la brujita
su cabello negro recibe el aroma y juguetón se agita,
la nariz grande y puntiaguda indiscreta a la luz brilla
y con mirada tierna y picarona toma la que cree su silla.
los duendes ocultos aun duermen,
/ya viejos son/
esencia a selva virgen y bosque antiguo te obsequio,
retumban los truenos y el día casi termina,
espero que mi hogar te sirva de cálido refugio
no es lujoso,
/humilde y sagrado/
es tanto tuyo como mio
"onírico 1998" inédito
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