latecleadera

viernes, 6 de junio de 2014

La madre de los masones, ateos y comunistas



Siempre que voy  a la casa vieja  encuentro algo que despierta mi interés, desde un nuevo brote en cualquier orquídea hasta  la nota curiosa en una hoja amarilla de un periódico de ayer.

Revolcando en cajas vetustas, nuevamente tuve en mis manos aquel pequeño libro, con su cubierta corroída por los años,   con una imagen  borrosa pero de  donde aún se podían sacar algunos detalles. 

Era un viejo libro que desconozco como y cuando mi tía abuela había conseguido; en aquella casa siempre había libros y folletines, aunque nadie los leyera (exceptuando la hojita de lecturas bíblicas que entregaban todos los domingos en la misa).  Junto con el catecismo rosadito, dos revistas VEA, tres revistas de Kaliman, la biblia, una versión de bolsillo de un misal, las tiras cómicas del domingo y las reflexiones del padre Claver para todos los días, formaban las lecturas de recreo y digestión de mi niñez (aun no comprendo como no termine en el brazo armado de algún grupo de ultraderecha o de acólito ministerial al lado de Regina 11, definitivamente eso de la flexibilidad cerebral si es muy cierto…o no tanto, terminé como médico..) su nombre "SIRACUSA, la incógnita de nuestros azarosos días"  Escrito en la década de los cincuentas por un cura neurótico y loco que veía conspiraciones por todos lados.  Pero a un niño que le importa eso,  solo me dedicaba a ver las cientos de fotos de vírgenes (en su sentido sacro, como las estatuas de yeso de los templos, las otras vírgenes el reguetón se encargó de extinguirlas) distribuidas por todo el mundo, en donde a cada imagen le colocaban el encabezado de -La madre de dios, y madre de…- y ahí se etiquetaban chinos, esquimales, rusos y egipcios entre otros. (Esta era una de las que más  llamaba mi atención, una mujer con tocado de plumas, túnica corta, de rodillas y en el fondo las pirámides y la esfinge) y  se daba una breve reseña de cada una de ellas. Recuerdo que había algunas maternales, otras con cara de anciana, otras altivas y dios me perdone esta herejía, pero había algunas sexys (y eso que era un simple mocoso que todavía no sabía de dónde venían los niños), algunos capítulos trataban sobre las apariciones marianas como Lourdes y Fátima, el resto del libro se explayaba en discursos apocalípticos y milenaristas (no recuerdo haber visto  La madre de dios y madre de Los Mayas).  Eran lecturas aterradoras, incendiarias, que exigían al lector una fiel y contundente respuesta, casi militar, ante las amenazas allí postuladas. Ante mis ojos aquellas letras se desdibujaban y formaban al dragón de tres cabezas del final de los tiempos, multitudes lanzaban ayes de dolor (esa palabra la aprendía de ahí) por su impía conducta ante el severo juez celestial, nos advertía sobre la necesidad de tener a mano el cirio bendito como única fuente de luz y verdad ante la inminente llegada de los tres días de oscuridad (puedo apostar que aún debe existir algún trozo de  cirio en alguna caja, por si las moscas)  después de todo esto, llegaría el inminente holocausto nuclear (¿James Cameron y William Whisher no se inspirarían acaso en este libro?) y la salvación de los justos por parte del cordero redentor que quita todos los pecados del mundo. 

¿Y quien tenía la culpa de toda esta carnicería?  Los tres ejes del mal, los tres pilares del maligno: la masonería, el comunismo y los ateos.  En estos tres miserables grupos recaía la culpa de todas las desgracias de la humanidad.


¿Qué son masones? Pregunté a mi tía atareada en la cocina.

 –Son gente mala.- respondía. 

¿Qué son comunistas?

-Son gente mala como Fidel Castro que es comunista.-respondía. 

¿Qué son ateos?

–son gente mala que no cree en dios,  y no pregunte más cosas y  vaya y me trae una libra de azúcar a la tienda. –respondía.  Y así quedaron las cosas, para mí esos tres, sin saber que eran, quedaron como los malos del paseo, como los decepticons de los Transformers.

Pasaron los años y conocí los comunistas, (excluyendo al profesor de colegio que decían que era ateo) en la universidad, mechudos, con camisetas negras de megadeth y fumando marihuana. Luego conocí los comunistas de la guerrilla en las montañas de Colombia, con botas pantaneras, pistola al cinto y mirada esquiva.  Luego los comunistas de Cuba, la Cuba de Fidel, trabajando hombro a hombro a mi lado, formulando lo mismo que yo formulaba.  Nunca pude diferenciarlos bien del  resto del mundo. Comían lo que yo comía, reían de lo que yo reía  y manejaban la misma moneda símbolo del salvaje capitalismo que yo manejaba.  Si ellos formaban parte de uno de los pilares logísticos con los que satanás gobernaría el mundo.  Veía mal a satanás.

Luego conocí los ateos, (en palabras de algunos conocidos internautas, creyentes de una no creencia, que no es lo mismo  pero es igual) y cada  vez  que me veo la cara en el espejo y pienso que yo hago parte del segundo pilar con el que el diablo pretende dominar el mundo, sonrió y rezo un padre nuestro por él, pobre diablito esta jugando la partida equivocada. 


Y a los masones los conocí por ultimo, luego de engullirme libros de conspiraciones y secretos de estado, de confundirme con Fulcanelli y Humberto eco, de ver el zeitgeist por YouTube y escuchar a Wendy sulca, tuve ante mí a los adoradores de Baphomet, herederos de los secretos templarios y los misterios de Hermes Trismegisto, los conspiradores contra el orden establecido cumpliendo  a cabalidad las normas del buen ciudadano, muchachos buena gente, humanistas a mi corto parecer.  Lucifer que bruto eres.  Le hubiese sonado mejor la flauta con furibundos adeptos del PIN,  del Centro democrático o del Opus dei.

 En una de los tantos viajes  que haga a la casa vieja, si me queda tiempo y no lo olvido, anexare una última página a aquel singular libro, una que diga. ”La madre de dios y madre de los ateos, los comunistas y los masones”  y en el último renglón, a modo de complemento,  “la incógnita de nuestros azarosos días… sigue sin ser despejada”

miércoles, 4 de junio de 2014

Lluvias y tormentas de estrellas.



Hace muchos muchos años existió en la tierra un hombre al que dios en su infinita sabiduría decidió probar.  Llamando a filas  ángeles, arcángeles, serafines, querubines, tronos, potestades, virtudes, dominios y ángeles caídos, a cada uno  le encomendó la tarea de hacerle imposible su efímera vida en este valle de lágrimas.  Este hombre amante de la estadística y los números (por tal razón no es Job, si alguien pensaba que era el) sentado en un rinconcito de su hogar, transcribió una a una todas las leyes que hoy por hoy rigen nuestro diario vivir.  Tardó años en esto y cuando ya vio terminado su trabajo salió de su escondite, se dirigió a una video tienda, alquiló las 13 temporadas con sus 3500 capítulos de padres e hijos, y cuenta la leyenda  que en el capítulo 2033 su cuerpo maltrecho no aguanto más y se volatilizo ante la mirada estupefacta de sus verdugos celestiales. Nadie sabe dónde fue a parar; algunos físicos teóricos formulan hipótesis basándose en algunas pruebas del acelerador de partículas de suiza, donde dicen que entró a un universo paralelo, posiblemente en la séptima dimensión…donde toca el trombón.  

Este hombre era Murphy, el de las leyes de Murphy (otros afirman que era un capitán de la fuerza aérea de los USA que por allá en  los años cuarenta, ante la incompetencia de alguno de sus subalternos dijo aquella frase  “si algo pueda salir mal, saldrá mal”  pero estas solo son conjeturas).   ¿Y a qué viene todo esto?  A las famosas lluvias de estrellas,  aquel fenómeno meteorológico que ocurre unas pocas veces al año, que sirve de relleno en las noticias y que a pocos nos importa.

Todos en algún momento de la vida en un descuido hemos visto cruzar por el firmamento en una noche despejada una estela  de luz bien sea blanca, azul, roja o amarilla, un fulgor luminoso que no dura más de dos segundos,  que como niños de preescolar nos hace exclamar entusiasmados ¡acabó de pasar una estrella fugaz! ¿La vio? y depende de la compañía las respuestas serian: 
-si es un niño  ¿Dónde? ¿Dónde?
- si es la esposa, novia o amante -¿y pediste un deseo? 
- Y si es un amigote – hay tan mariquita-.  
De todas formas no deja de ser algo curioso y agradable y según algunos entendidos en el tema, augurio de buena suerte. 


De modo que cuando nos enteramos que tal noche habrá una fantabulosa lluvia de estrellas, los más fanáticos cuadramos la agenda, nos alistamos para la trasnochada (pues nunca es temprano, siempre es de la media noche en adelante) les comunicamos la noticia a los integrantes de la familia que quieran o no serán participes del evento, y muy a las 10 pm con  equipaje en el baúl del carro, botellitas de agua, paquetes de todito y chitos  se inicia el viaje al lugar de observación astronómica, idealmente un desierto lejos del bullicio y la luz de la ciudad.    Una vez allí, luego de cruzar kilómetros de carreteras solitarias, so riesgo de ser víctimas de la patasola o la madremonte (palabras textuales de una  amiga en uno de aquellos viajes) se arma el sitio de observación, se le informa al niño que llegamos. Pero este en lo más profundo del sueño, hace caso omiso a todo. Y pacientes con la mirada puesta en lo alto, maravillados por el manto estelar sobre nuestras cabezas, esperamos la caída de los primeros meteoros.  Y es en este preciso momento en donde entra a participar Murphy.

El muy infame también postulo sus leyes para la astronomía,  aquí les dejo algunas:

-Un lugar de observación no tendrá más de dos de las condiciones siguientes: Cielos oscuros, horizontes sin obstáculos, suelo firme, o servicios.

Las combinaciones de las anteriores, para cualquier sitio y noche dados, serán exactamente las opuestas de las que serían más útiles para el mayor número de personas.

-La distancia al lugar de observación es directamente proporcional al número de piezas importantes que habrás olvidado llevar.

-La calidad del cielo [incluyendo tiempo, número de nubes, etc...] variará de forma inversamente proporcional al día de la semana que sea; es decir la mejor época de visión caerá invariable en una noche de trabajo, limitando el tiempo disponible para disfrutarlo.

-Durante los más raros acontecimientos astronómicos, tales como tránsitos, ocultaciones asteroidales, o un cometa que pase cerca, le enviarán indudablemente fuera de la ciudad en viaje de negocios, o sucederá un acontecimiento importante de la familia. Cuando no esté sucediendo nada en su vida, nada nuevo sucederá en el Cielo.

-En el caso de que no estuviera fuera de la ciudad, o dedicado a actividades familiares de naturaleza aplastantemente banal, y además el cielo estuviera despejado, el acontecimiento transcurrirá a uno o dos grados de la Luna Llena.

-La posibilidad de que se enciendan luces, linternas, faros, luces interiores o pilotos traseros es directamente proporcional al número de obturadores abiertos y al número de observadores que hayan empezado su adaptación a la visión nocturna.

-Los oculares sufren una atracción magnética irresistible hacia el cemento, a diferencia de los tornillos y tuercas pequeñas que sufren una atracción magnética irresistible hacia la hierba alta.

-Todos los apagones suceden en noches nubladas o de Luna Llena.

-La cantidad de nubosidad es directamente proporcional al deseo del astrónomo de observar.

-La cantidad de nubosidad es directamente proporcional a la disponibilidad del astrónomo para observar.

-La cantidad de cobertura nubosa es inversamente proporcional al porcentaje iluminado de la Luna.

-Bajo cielos parcialmente nublados, las nubes cubrirán exactamente esos objetos que tenga más ganas de observar, dejando otras áreas totalmente libres de nubes.

-De las diez noches de mejores condiciones de visibilidad del año, tendrá que asistir a algún acontecimiento nocturno dentro de casa al menos durante ocho de ellas.

-Según vayan mejorando las condiciones de visibilidad, irán aumentando las demandas de su cónyuge para que vuelva a la cama.

-En invierno, la temperatura es siempre al menos 10 grados menor que aquella para la que se había vestido.

-Durante el verano, la cantidad de mosquitos es siempre un diez por ciento superior a lo que se ha previsto -y para lo que se haya untado con repelente-

-Ley de la Observación Selectiva: La siguiente supernova surgirá en una galaxia que usted observó en la anterior noche despejada.

-Ley de la Declinación Selectiva: El acontecimiento astronómico más interesante del año ocurrirá en una declinación que estará por debajo del horizonte de su lugar de observación.

-Ley de la Vegetación Selectiva: El árbol del vecino se desplazara siempre hacia el lugar exacto necesario para ocultar el objeto que quiere ver.

-Ley del Césped (Variante astronómica): Un elemento óptico que cae lo hará siempre con la cara convexa hacia abajo, excepto si se halla tapado o se tira con el propósito expreso de probar esta ley.

-Ley de la Visión Lateral: El meteorito más brillante de la noche caerá detrás de usted, siendo visible solamente a la gente con quien usted esté hablando en ese momento. (esto se cumple para todos los observadores, incluyendo aquellos con quién estaba usted hablando).

-Principio de la Radiación Lunar: Los observadores de cielo profundo hallaran que las noches más claras serán aquellas en las que haya Luna Llena, cuando la radiación lunar es suficiente para eliminar las nubes y la calima.

-Enigma de la Luz Solar: Con la única excepción de los eclipses solares totales, los diez acontecimientos astronómicos más interesantes del año ocurrirán cuando el sol esté sobre su horizonte, a menos que esté lloviendo.

 De modo que aquella nube lejana en el horizonte, cubrirá el 90% del firmamento en la hora pico de caída de meteoros.  Y así ocurrirá una y otra vez en el transcurso del año,  a excepción de la vez en la cual no se fue, en esa noche, hasta naves extraterrestres se avistaran. Pero como en astronomía nada está dicho, siempre habrá una próxima vez, y si no se ven estrellas fugaces, planetas o nebulosas, al menos si se podrá disfrutar de un agradable paseo familiar a altas horas de la noche. 

Para los interesados les dejo aquí el calendario de “inviernos estelares”

Julio 5 –  Ocultación de Marte por la Luna visible en México, América Central,         Colombia, Venezuela , Ecuador, Perú y Bolivia

 Julio 7 –   Conjunción de la Luna y Saturno

 Julio 28 –   Lluvia de meteoros de las Delta Aquaridas

Agosto 2 –   Conjunción de la Luna, Marte y Saturno

 Agosto 4 –   Conjunción de la Luna y Saturno

 Agosto 12 -  Lluvia de meteoros de las Perseidas

 Agosto 17 –   Conjunción de Venus, Júpiter y el Cúmulo de La Colmena en Libra

Septiembre 27-  Conjunción de la Luna y Saturno

Octubre 8 –   Eclipse total de Luna visible en América, Asia y Australia

 Octubre 21 –   Lluvia de meteoros de las Orionidas

 Octubre 23 –  Eclipse parcial de Sol visible en América del Norte

 Octubre 25 –  Conjunción de la Luna y Saturno

Noviembre 17 –  Lluvia de meteoros de las Leónidas

Diciembre 13 –  Lluvia de meteoros de las Gemínidas

 Diciembre 22 - Lluvia de meteoros de las Ursidas

martes, 3 de junio de 2014

Espiritus chocarreros...que los hay los hay.



Del chavo del ocho podrán decir muchas cosas, que es tierno, que es tonto, que ridiculiza al latinoamericano, que fomenta la violencia contra la niñez, que es sano y divertido y por supuesto, no podía faltar, que es obra de mentes perversas con contenido satánico  oculto tras bambalinas (esto según un video de YouTube). Pero aparte de todo esto, yo diré que el chavo también tiene capítulos de terror… si de terror como el que se tiene al ver películas tipo el embrujo, actividad paranormal , crepúsculo o cualquier película cantada de Disney.

Rememorando veo al pobre chavito, ya entrada la noche, jodido de hambre pues nunca comía, (solo se alimentaba de ilusiones), sentado sobre unas cajas de madera en el patio de la vecindad, al lado de la perversa chilindrina, que con toda la teatralidad del mundo narraba historias de fantasmas y muertos (curiosamente me recuerda mucho mi niñez, sentado en los andenes del pueblo en compañía de mis tíos que narraban  con toda la teatralidad del caso historias de fantasmas y muertos) y es allí en ese ambiente oscuro, solitario y con una  brisa fría  en donde salen a relucir los espíritus chocarreros,  y el pobre chavo presa del pánico cae en sus ataques de garrotera.

Gracias al trabajo perseverante de los canales nacionales y extranjeros, el chavo ha entrado a nuestras vidas de una forma o de otra, bien sea los fines de semana en las mañanas, o los fines de semana en las tardes, o de lunes a viernes  en la mañana, haciendo competencia con Jota Mario, o por épocas en las tardes antes o después de la telenovela de moda que nadie ve… en fin a cualquier hora del día y cualquier día si busco con cuidado es posible que vea a chespirito dando vueltas por algún lado.  Y no me molesta, hoy, igual que hace 10 años o hace 20 años me sale la sonrisa espontanea ante las ocurrencias y chistes flojos  de cualquiera de sus personajes.  Bien pueden los humoristas estrato 7 de los comediantes de la noche sentarse a llorar o el “paspi” del suso cerrar su boca ante el maestro de maestros.

Así que volviendo al tema, diría que en todos esos capítulos en donde el chavo por obligación tenía que escuchar las historias de la chilindrina o de doña Clotilde (la bruja del 71) sobre espíritus andariegos y asustadores, un frío  corría por mi nuca y de reojo miraba sobre mi hombro, temiendo de la nada saliera un espíritu chocarrero. 


Pero ¿Qué era un espíritu chocarrero? A ciencia cierta no lo sé, siempre pensé que serían formas difusas del tamaño de una persona, volando por entre los tejados, riendo perversamente, tirando cosas a su paso y por supuesto, chocando tarros para hacer más bullicio ¿? (es probable que  la mente calenturienta de niño confundiera chocarrero con chatarrero y de ahí en adelante al pobre espectro le tocó andar con latas y tarros al traste para hacerse notar).  Luego ante las dudas decidí consultar al profesor google y este me dijo que lo más semejante a un espíritu chocarrero era un poltergeist, pero esto no me gustó,  primero porque de chocarrero a poltergeist hay una gran diferencia lingüística…la lengua se me enreda más fácilmente pronunciando eso del poliéster o polgeiser o como se diga; chocarrero tiene la che, de leche, de chino, de chupe y de chute, y la rr de carro, serrucho (tan de moda) y rrosita la más bonita.  El polgiester ese es muy gringo, siempre se lo pasa metido en casas, rompiendo platos, encendiendo televisores a la hora de estilo RCN y dejando los inquilinos algo atolondrados  y con tendencias si no asesinas al menos suicidas;  los chocarreros solo asustan y ya, como cuando suena el celular a las 3 de la mañana.  Los polkgeiser siempre terminan en manos de médiums, curas anglicanos, o tipos musculosos armados hasta los dientes
 los chocarreros no tienen enemigos, muy de vez en cuando la bruja del 71 los invocaba y ya. Y por último los polgestier son producto de inocentes brutalmente asesinados y por algún familiar maniaco o vienen de cementerios indios o de cementerios de mascotas, o de cementerios de mascotas indias.  Los chocarreros no se saben ni de dónde vienen ni para donde van, algo así como un bachiller académico promedio.

En fin, prefiero en este caso hacer como mucho fanático religioso, cerrar mis ojos y tapar mis oídos y recitar: los espíritus chocarreros existen, salen de noche, asustan los niños que no se van a acostar temprano y tienen tarros colgados que hacen mucho ruido, por eso se llaman chocarreros.

Algo que si me extrañó fue no encontrar referencias de estos seres en el libro del chavo del ocho, que lastima, hubiese resuelto uno de los grandes interrogantes de la humanidad, tan importante como la teoría de campo unificada o la máquina de movimiento perpetuo.  Algo que deja entrever es que el profesor Jirafales  como que si “coronó” a doña Florinda… no una, varias veces,  y no lo digo yo, lo dijo el chavo.

viernes, 30 de mayo de 2014

San agustin entre charlatanes, mercachifles y marcianos





He visitado  san Agustín muy a mi pesar, en solo dos ocasiones;  la primera, en el colegio cuando cursaba noveno, en bus mochilero y vomitando hasta los hígados,  tanto de ida como de venida.

 -Eso se le va quitando a medida que crezca-

Dijo el doctor a mi tía cuando le consultó mi problema de ver un carro y ya estar mareado con una bolsita negra en la boca. Y en efecto, el sabio galeno tenía razón.  La segunda visita fue en el 2012, en vísperas del fin del mundo, tal como lo profetizaban los mayas, pero en esta ocasión,  de conductor y acompañado de mi esposa y mi hijo.

Siempre me ha gustado el sur del Huila: sus poblaciones desprenden cierto aire colonial, sus paisajes repletos de árboles con salvajinas ondulantes, su historia de orgullo y resistencia.  Y al sur, al sur, al sur como la canción, San Agustín.

Fue un viaje relámpago, planeado 24 horas antes para que nada lo cancelara, con aguacero a la salida de Neiva, desayuno de pandeyuca y avena en Gigante, la foto obligada en la ceiba de la independencia, compra de achiras en Altamira, foto con la gaitana en Timana, almuerzo en la casa de un tío en Pitalito y desembarco victorioso a las 2 de la tarde en la plaza de San Agustín. Y aquí es donde empieza todo… no reservé hotel ni nada por el estilo, llegué al pueblo, asomé la cabeza por la ventana, saqué la lengua y dejé que el viento jugara con mis orejas, luego busqué un hotel donde quedarme; los recuerdos que tenía eran vagos,  habían pasado más de 15 años desde la última vez, por suerte el poblado es pequeño;  lo recorrí lo mejor que pude y no encontré algo que me gustara.  Mi esposa me recordó que a la entrada un guía había levantado la mano al ver mi cara de despistado y yo, orgulloso y altanero me había hecho el de la vista gorda y había seguido derecho.  De modo que como las animas,  recogí mis pasos y regresé. Allí un hombre cincuentón y bonachón, de sonrisa sempiterna en su rostro indígena y portando orgulloso una chaqueta y un carné que lo acreditaba como guía turístico me llevó al hotel que, me imagino,  tenía acordado con el dueño  a las afueras del pueblo, algo modesto  pero agradable, y me enseñó el itinerario del día.  Esa tarde fuimos al parque arqueológico y al bosque de las estatuas, el museo por desgracia estaba cerrado por remodelación. Y junto a Pedro (por ponerle nombre pues no lo recuerdo) empezamos el recorrido. Aquí es donde respiro profundo y suelto mi indignación.  

La cultura de San Agustín es considerada una de las más importantes culturas indígenas de Colombia, abarca un extenso periodo de tiempo, desde los primeros indicios de uso de herramientas  cerca del  año 3000 AC, su edad de oro entre los  años  50 y 700 DC hasta su progresiva desaparición entre el 800 y el 1500. Dejaron un legado lítico y escultural simplemente abrumador, una cosmovisión y cosmogonía aún en fase de estudio, su herencia es algo que  identifica sobre muchas cosas al pueblo opita.  Y yo estaba allí, al lado del guía que aclararía todas esas dudas que llevaba encima por años, cuando junto a cada estatua, con su risa bonachona, me explicaba con la misma complejidad y profundidad de mis maestras de escuela (sin ofenderles en lo más mínimo) me votaba datos erróneos, comparaciones  traídas de los cabellos y en algunos instantes dejaba escapar algunos tópicos muy new age. Al final decidí no  pervertir mis ínfimos conocimientos arqueológicos con tanta charlatanería y me adelante con mi hijo que la estaba pasando de mil maravillas tomándose fotos con cuanta piedra veía en el camino.
Pero la tapa de todo llegó  cuando entre charla y charla con mi esposa terminó ofreciéndonos dos figuritas de oro producto de la guaquería, que curiosamente él como guía turístico y vigía del patrimonio arqueológico estaba promoviendo.  Durante un buen tramo nos habló sobre esta bella labor, sobre la fortuna que significaba encontrar un entierro, sacar sus reliquias y venderlas al mejor postor, nos comentó casos de éxito en ventas y por si acaso nos dejó la  puerta abierta en caso de requerir en algún momento alguna  antigüedad - porque aquí estamos para servirle.-


El día siguiente no fue diferente, esta vez el recorrido fue a caballo y con un guía un poco más serio, que nos explicó lo poco explorada que se encuentra la zona.

 -todas estas montañas están llenas de tumbas – me dijo,

-es más , aquí sobre el terreno en el que estamos parados hay una-

¿Y por qué no la excavan, por que no la estudian? Pregunte extrañado.  

-La gente no quiere, el gobierno tampoco, no hay plata para eso.-

 Este al menos tenía algo de inconformismo por el abandono, pero como el anterior exaltaba la labor del guaquero, desconocía gran parte de la historia de aquel pueblo, era como hablar con un abuelo sobre espantos e indios, no con un guía avalado por las autoridades, y como dato curioso y para cerrar mis interrogatorios, le pregunté en un museo campestre rodeado de cartas de tarot, esencias e imágenes de la cultura egipcia y azteca (¿?) 

- ¿estas cerámicas de aquí más o menos que antigüedad tienen? ¿A qué época corresponden?  Me miro de soslayo y me respondió:

-esas vasijas son viejas…muy viejas.                                                                 

Al día de hoy desconozco si el parque arqueológico de san Agustín solo es un sitio para ir de paseo, tomar la foto obligada al lado de tal o cual estatua, fumar marihuana al gusto y montar a caballo disfrutando el paisaje,  o si es, aparte de todo esto, un sitio serio de estudio e investigación.  Uno de los lugares emblemáticos de nuestra cultura en manos de mercachifles y palabreros. Qué podremos esperar  allí si sus propios habitantes, los descendientes de los escultores y alfareros olvidan su pasado y venden su memoria al mejor postor como prostitutas de mala muerte.

Ese fue el lunar del viaje, quisiera creer que todas esas figuritas de oro y de piedra que circulan en el mercado negro son solo falsificaciones en busca de ingenuos, y que los verdaderos tesoros están aún ocultos (como lo comentaba el segundo guía) a la espera de mentes brillantes.

El resto fue agradable, en sus restaurantes me sentí como un rey y la comida fue exquisita, había hoteles y cabañas para todos los gustos, la fiesta nocturna prometía mucho (pero con un niño de 6 años poco se puede parrandear)  sus gentes amables, caballos de paciencia infinita, escenarios de naturaleza sublime.  A san Agustín he ido dos veces y no veo la hora de ir unas cuantas más, pero esta vez sin la compañía de un guía.


¿Y los marcianos donde quedaron???  Quedaron en el pasado, cuando estos,  luego de alcanzar la plenitud de su civilización viajaron a la tierra y se cruzaron con los homínidos de aquellos remotos tiempos, eso antes (¿o después?) que cayera la segunda luna que teníamos,  que luego de chocar contra la tierra  formaría el continente de lemuria y la Atlántida.  Está escrito en las piedras, está plasmado en el lavapatas, allí se puede ver la evolución desde marcianos a simios luego a simios marcianos, luego a humanos con poquito rabo, luego a humanos más marcianos  que simios y por ultimo a nosotros tal como estamos hoy.  Eso es lo que dice este autor huilense  a mucho honor, Elias Falla Duque,  que al mejor estilo de Erik von daniken postuló su propia teoría de alienígenas ancestrales. Si lo que escribió lo hizo en serio o en broma, no estoy seguro, solo sé  que un  día vi sus otros dos libros y me dio “cosita” comprarlos.  Pero soy un hombre valiente y sé que los leeré.

nota del 2015

leí los libros...y lo que escribió no lo escribió en broma,   su ultimo desvarío fue considerar que una de las esculturas representa   un implante craneal cuya función es alterar las ondas cerebrales  para bloquear el instinto animal y abrir los canales akasicos...  y lo peor es que muchos  se creen este cuento.

miércoles, 28 de mayo de 2014

El dia que Linterna Verde salió del closet




Cierto día llegó un compañero al trabajo con un gorro quirúrgico con dibujos estampados de un conocido súper héroe del mundo DC;   Era linterna verde. El cotilleo de algunos (incluyéndome) no dejó de inquietarlo, días después reapareció con un nuevo gorro, pero  con dibujos de Superman.
¿Qué fue lo que causo tan repentino cambio en la moda quirúrgica?  Entremos un poco en contexto.
En el año 2012 por motivos que desconozco la DC  comics al son de trompetas, flautas y marimondas proclamó a los cinco vientos que uno de sus personajes principales había decidido cambiar de preferencia sexual.  El archiconocido y poco valorado linterna verde había tomado la decisión, después de viejo como en muchos casos, que lo suyo no eran las mujeres de piernas largas, derrier (¿se escribe así?? ¿O mejor le decimos culo?) Redondito, pelvis ginecoide, pechos altaneros y rostros de formas finas,  si no el mero mero macho, con aroma a sudor rancio, pelo en pecho, pistola encintada, barba tipo lija y sombrero de mariachi. En los días siguientes al anuncio en varias regiones del planeta se levantaron voces de protesta, grupos de ultraderecha saquearon y quemaron varias salas de belleza, guerrillas suramericanas fusilaron a varios de sus integrantes al ser descubiertos utilizando EGO champú contra la caspa, en Corea del norte los misiles nucleares fueron reforzados con dos libras más de plutonio enriquecido y el vaticano promulgó una bula donde condenaba el hecho, la “lucernea viridis nec molliculi”.   Por suerte en el barrio donde vivo lo más sobresaliente fue el estornudo de un perro callejero.

¿Pero que fue lo que pasó? 

Retomando la historia de linterna verde, sabemos que esté más que un nombre o personaje como tal es un título que se les da a un grupo de guardianes galácticos, algo así como la SIJIN y el ESMAD combinados. En la tierra este título ha sido portado por  seis o siete individuos, siendo los más representativos Alan Scott y Hal Jordan, este último el más importante y poderoso de todos a tal punto que por puro y físico amor  asesinó a unos cuantos “parceros” verdes, destruyó la batería de poder central (la que les votaba corriente a todas las linternas verdes y sus anillos de poder) reinició el universo conocido, se transformó en una cosa  súper híper poderosa llamada Parallax;  a veces bueno, a veces malo.  Sacrificó su vida cuando el sol se apagó ofreciéndose como combustible (algo  semejante a  unas cuantas trillonadas de trillonadas de trillonadas de toneladas de hidrogeno)  y aun así el verriondo siguió andando como un espíritu llamado Espectro, la personificación universal de la venganza.  Al final se encontró con el padre chucho cuando este aún era seminarista, confesó sus pecados, rezó dos padrenuestros y cinco avemarías y todo quedó perdonado, retomó su cuerpo mortal y siguió su vida como cualquier buen ciudadano.


El del rollo fue Alan Scott el primer linterna, esté, luego de ser linterna verde se casó con otra mohacha me imagino que súper heroína (nada que ver con psicofármacos) tuvo dos hijos;  Jade y Obsidian, este último si gay declarado.  Pero como comentaba,  Alan después de no sé cuántos años de vida de pensionado, decidió renacer de nuevo con bríos juveniles y en este caso, como todo buen linterna verde, alterando un poco el entramado del espacio tiempo regresó en una historia en donde  ya no va en compañía de su novia en aquel viaje que lo entronizaría como guardián galáctico, si no que va en compañía de su novio, que al final muere en un accidente de tren.

Vida trágica la de estos héroes, y pues diré que los prefiero así, soy un hombre enchapado a la antigua, a mí me gustan los superhéroes que cuando no están salvando vidas, finiquitando guerras, evitando invasiones extraterrestres y más, están en su guarida, atentos, expectantes a cualquier llamado de auxilio.  Eso de la vida familiar no es para ellos, eso de los problemas de pareja bien sea hombre con mujer, mujer con hombre, hombre con hombre, mujer con mujer y viceversa no les combina.  No me cabe en la cabeza ver a Superman yendo a la tienda a traer el chocolate para el desayuno o a Batman preocupado por la cita en la EPS, o a Thor dando explicaciones de por qué llegó  tarde un viernes en la noche y mucho menos a linterna verde reclamando a su pareja por utilizar sus calzoncillos.

Al Cesar lo que es del Cesar y a los superhéroes lo que es de superhéroes.

martes, 27 de mayo de 2014

Es domingo, el dia de LOS MONOS



Hay algunos domingos en los que tengo que levantarme temprano (eso de las 6:30 o 7:00) para ir a trabajar (otra de las tantas razones por las cuales iré a parar al infierno, no respetar los días de descanso) y mientras pesaroso llego a mi destino, aprovecho alguna parada de semáforo para comprar los diarios disponibles.  Donde vivo circulan los dos principales a nivel nacional: "el tiempo" y "el espectador" dos regionales principales; "el diario del Huila" y "la nación", y otros que están dando la batalla como "opanoticias" y "el extra".  Trato de evitar algunos temiendo que al tomarlos se les caiga un hígado o un fémur de tanto cadáver y herido plasmado en sus hojas; un escalofrío recorre mi espalda cuando veo sus titulares en fuente 85 y rojos como labial de prostituta pregonando a los cuatro vientos los últimos asaltos, las ultimas bandas delincuenciales desmanteladas, las ultimas “riñas” entre compadres y comadres  y una que otra violación.  ¿En dónde diablos vivo? me pregunto, respiro profundo y recuerdo que somos uno de los países más felices del planeta.

Pero volviendo al tema, uno de los motivos por los cuales me compro los 8 kilos de periódicos es  la infundada esperanza de abrir alguno de ellos y ver caer  un pequeño cuadernillo de vivos colores. La sección de comics que todo buen y respetable diario debería tener. El tiempo y el espectador limitan el espacio a las historietas y de paso a todos los niños (los niños de verdad y los niños ya grandecitos) a una sola página,  tratando  compactar todo en un rinconcito, evitando que esos monigotes le quiten dos o tres centímetros al crucigrama o al sudoku. Los regionales traen dos cartillas que más que secciones de historietas solo son los primeros pasos de las páginas sociales diseñadas para niños. Los últimos traen una vieja buenona mostrando las tetas o la publicidad de algún brujo.

Nunca supe en que momento el comic y la historieta quedaron tendidos  y moribundos para los diarios nacionales, un arte (así algunos lo nieguen) que marcó la forma de pensar de muchos a lo largo de este siglo y el siglo pasado, que hoy renace en películas de alto presupuesto en las salas de cine.


Durante la década del ochenta y los noventas y creo que algunos días del dos mil, el espectador traía un suplemento dominical, dedicado exclusivamente a los niños, la revista LOS MONOS, ricamente ilustrada, sobriamente diseñada, que entre datos curiosos, juegos mentales, reseñas de manualidades y una última página que  ofrecía cursos desde detectivismo hasta hipnotismo, nos deleitaba con las historietas de todo el mundo y todas las épocas, allí conocimos los picapiedra, Pillin y Donald, Ferdinand, Beto el recluta, don Abundio, el gafe gafado, Pomponio, Gardfield y productos nacionales tan destacables como el café y las esmeraldas como los marcianitos, tukano, los cuidapalos y otro montón de personajes que en este momento se escapan de mi memoria.  Era un espacio de diversión y cultura, algo que la niñez y la juventudez, y la adultez y la vejenez siempre han pedido a gritos.  Luz al fondo del túnel para aquellos genios con lápiz y papel que perdían horas creando dibujitos con el anhelo de verlos circulando por todo el mundo y periodistas potenciales como los reporteritos.


Según algunos eruditos "los monos" empezaron a circular en el año 1981 y desaparecieron en el 2000 0 2001, aunque yo podría jurar que en algún momento tuve en mi poder una revista de 1978, con Pomponio somnoliento junto al árbol de navidad mientras una de sus hijas jugaba dichosa con sus nuevos patines, era una revista vieja, enseñaba los pasos de un ritmo hoy desaparecido pero que por el pantalón bota campana y el afro del modelo, era bien setentero.  Tuve una buena colección que leía y releía pero que fue desapareciendo con cada año de escuela de mis hermanos, que las encontraron muy prácticas para sacar recortes para las tareas.  Al final solo escaparon del magnicidio unas diez, con rayones, apuntes, hojas sueltas y  recortadas en el mejor de los casos y otras sencillamente incompletas, cual pergaminos egipcios o códices mayas.


Si  me gano el baloto, lo primero que haré es buscar por cielo y tierra los cientos de números que deben estar rodando por todo el país, o en su defecto, contratar a todo el equipo editorial del espectador de aquellos años junto con Jorge peña, Clara Helena Cano y Efraín Monroy so pena de excomunión,  producir nuevamente una a una cada una de sus revistas. 

Mientras, esperar un golpe de suerte y encontrar algún ejemplar en el fondo de alguna caja en algún cuarto de san alejo.

domingo, 25 de mayo de 2014

El rey mono, un milenario super héroe



Hay un libro que siempre he querido leer, y no lo he hecho, no por no tenerlo  disponible, en la internet es fácil encontrarlo,  sino porque he querido tenerlo en mis manos y disfrutar cada una de sus páginas,  ojala ricamente ilustradas.  Solo he visto un ejemplar de él,  cuando era niño y en uno de los trasteos de una inquilina de la casa, mientras ordenaba sus cosas, sobre una mesa  estaba aquel voluminoso ejemplar de pasta dura caratula blanca y ricamente ilustrado con acuarelas y tinta china,  no presté atención  al título, solo me limite a mirar los dibujitos de aquellos personajes ya conocidos, rememorando todas sus aventuras.  Allí, sobre una nube voladora, atravesando bosques inmensos, agitando su peluda cola, con su báculo mágico en posición ofensiva, incrementando día a día su poder estaba mi héroe favorito...  y no, no es goku,  aunque si tiene mucho que ver con él.  Su nombre era (o es) Sun Wukong, el rey mono, personaje de la literatura y mitología china,  y el libro "Viaje Al Oeste" escrito por  Wu Cheng´en  en el año 1590. Este ser, que según algunos podría ser una variante del dios mono indio Hanuman (una de los tantos aspectos del dios Shiva y fiel guerrero contra los demonios ráksasas  en el Ramayana) tiene una hoja de vida que haría poner verde de la envidia a unos cuantos superhéroes contemporáneos,  incluido linterna verde, el mayor superhéroe de todos aunque no lo parezca.


Nació del caos primigenio, de  una roca en forma de huevo  sobre la montaña de las flores y las frutas;  con forma de simio, creció como simio en el reino de los simios, donde fue uno de sus más brillantes representantes, pero aquí empiezan las virtudes de este muchacho, como su propio nombre lo señala, (el simio consiente del vacío) fue consciente de su mortalidad estando entre sus peludos congéneres, de modo  que haciendo caso omiso a los guiños que de vez en cuando le hacia la muerte, optó por buscar la respuesta y solución definitiva a esta situación,  busco un tutor como ningún otro, el maestro Bodhi, que algo reacio dada su condición de simio, le enseñó todas sus artes, resultando un alumno excepcional, allí adquirió sus poderes como la transmutación (la técnica de las 72 transformaciones), su increíble táctica de lucha, los  84000 avatares que tenía, correspondientes cada uno a sus pelos, la técnica del súper salto,  la posibilidad de volar en una nube, algo que solo un alma pura podría realizar  y el uso excepcional de su arma, el báculo dorado, el pilar que pacifica los océanos, que muy astutamente robó  al rey dragón de los mares orientales. No contento con esto, visitó el inframundo y allí borró su nombre de la lista del destino, y cual rebelde sin causa, ante la invitación del emperador de  jade (el Zeus chino) al reino celestial,  sin permiso comió los melocotones  de la inmortalidad de la emperatriz (se presta para otras interpretaciones) y las píldoras de la indestructibilidad.  Forjó su propio destino, se igualó a los dioses letárgicos y armó un zafarrancho en el cielo.  sin resultado trataron de controlarlo, como pollo de sancocho de río, fue hervido por 49 días en un caldero mágico para destilar su poder, pero contrario a lo que se esperaba esto solo lo aumento, solo el mismísimo Buda  ante tanta algarabía le puso el tatequieto,  cuando esté,  en tono arrogante aceptó una apuesta con el pobre viejito,  al final quedó prisionero bajo una montaña  como castigo, hasta que fue puesto al servicio  del monje Xuanzang, que ayudado por la santa Guayin, la cual por medio de argucias colocó una corona de control sobre el volátil semidiós.  Inició el épico viaje hacia el oeste en busca de  libros budistas perdidos en la india, a su paso fue reclutando al cerdo Zho Wuneng  y al duende/monje  Sha Seng, compañeros de viaje  que redimirían sus faltas en aquel peregrinaje, y claro el caballo del monje Xuan, un príncipe dragón, antiguo contendiente de Wukong convertido en bestia como castigo. Cinco peregrinos, cinco héroes de la verdad y justicia en busca de la sabiduría.  Este es el libro que quiero leer.

Esta de más decir que sobre esta historia se fundó gran parte del anime oriental,  creaciones de Masashi Kishimoto  y la misma historia de Goku   tienen sus raíces en esta narración. Por lo que he leído, el rey mono es uno de los superhéroes preferidos de los chinos de la china, algo semejante al Superman nuestro de cada día.  Entre los zapatos, electrodomésticos y juguetes, también nos han llegado algunas pequeñas muestras del rey mono, como la serie de televisión emitida a mediados de los 80s, monkey magic, entretenida como toda película de karate o kunfu emitida por canal peruano, y dos o tres adaptaciones cinematográficas, protagonizadas por Jackie chan, Jet Li y otro gringo.   Si lo que dicen los especialistas es cierto y la globalización y la influencia de la cultura china va en aumento, no me molestaría en lo absoluto  tener una pequeña figurita de Son Wukong en el jardín, cual gruta del divino niño, guardián ante eventuales fuerzas del mal.

Oh siervo, hermano mio...si tu supieras....



Un día cualquiera  una señora con rostro de angustia y manos inquietas ingresó al centro de salud del pueblo en el que trabajaba  y  con voz baja  me pidió humildemente que visitara a su padre (¿o esposo? No recuerdo bien) que se encontraba en delicado estado de salud en su casa.  Eran buenos tiempos y buenos lugares, lejos de los dominios de auditores, EPS, jefes psicorrigidos y agendas contrarreloj.  Envolví el fonendo en el tensiómetro y salí con aquella mujer en busca del paciente. No quedaba lejos, era un caserío pequeño de calles empolvadas, gentes apacibles, rodeado de montañas abruptas, bosques floridos, aves cantoras, insectos multicolor, ríos cristalinos y como diría Nacho Vidal, dos o tres guerrilleros ocultos en matorrales.

Entré a la casa, una casa vieja como pocas,  subimos al segundo piso donde el anciano yacía.  La señora en tono preocupado me explicó que a don Juan (para darle un nombre) hacia pocos días lo habían operado de la próstata  por un cáncer avanzado  y  desde la noche anterior el dolor abdominal se había intensificado, quería saber si podría haber sido alguna complicación secundaria al procedimiento.  

Juan tenia mal semblante, caquéctico y estuporoso  respiraba con dificultad en la cama.  Hice algunas preguntas de rigor (debí haber realizado la anamnesis completa me hubiese ahorrado sorpresas) tomé  los signos vitales  y lo descubrí para observar la herida quirúrgica.  Temía estuviese cursando con alguna infección de sitio operatorio o sepsis abdominal.  Su abdomen excavado y de piel acartonada subía y bajaba con cada respiración,  pero no había nada, ni una sola herida. 

-¿Le hicieron la prostatectomia transuretral?  Pregunté entre duda y aseveración.

Ella, mirándome confundida por tanta palabrería técnica no me dijo nada, solo  dejó escapar una expresión de  interrogación.  

– Le sacaron la próstata por el pene con un tubito-  aclaré. 

Y  me contestó de forma contundente.  

- no doctor fue una operación de las normales-

-¿Segura?-

-Sí, segura.-

Volví los ojos al abdomen tratando encontrar la linea de la incisión o como mucho una pequeña cicatriz del procedimiento; pero no había nada, ni una miserable estría que me diera una pista. Rápidamente repasé  todo lo poco que sabía sobre urología y por ningún lado encontraba el tipo de procedimiento que se le habían realizado. 

¿A qué horas se inventaron una nueva técnica? Pensé

tendré que pasar por la vergüenza y decirle a la señora que eso era nuevo para mí, como cuando la gente llegaba con fórmulas de medicamentos de marca comercial y uno como fiel producto del sistema solo los conocía por su nombre genérico. Le miré la espalda, la región lumbar, los muslos, la ingle, y por enésima vez su región abdominal y nada, no había nada. 

La señora al verme cual mecánico pintando uñas, sonriente (¿?) me aclaró:

No doctor, es que a él lo operaron espiritualmente, el siervo Gregorio le sacó la próstata espiritualmente.


Mil cosas pasaron por mi mente, mientras mi cara de estúpido bien podría haber servido como meme de Facebook.   Respire profundo y le dije que yo de ese “campo” de la medicina  poco sabía.  

Juan  solo estaba en manejo paliativo para dolor, un cáncer metastásico había hecho de las suyas  y el pobre viejo tenía los días contados. Les di algunas recomendaciones sobre el manejo del paciente terminal y ajusté la dosis de analgesia que sabiamente “el siervo” había suspendido.  Eran personas sencillas, honestas,  que en la desesperada búsqueda de una alternativa ante lo inevitable habían caído en manos inescrupulosas.   Nunca le dije que el viejo no había sido operado, que todo había sido un macabro acto de teatro, suficiente era tener un ser amado agonizante como para también cargar la culpa de haber sido un nuevo ingenuo estafado.  Juan murió a los dos días. 

–contra la voluntad de dios no hay santo que valga- me comentó la señora.

Qué pensaría José Gregorio Hernández si hoy saliera de su tumba en Caracas y viera el circo que se formó alrededor de su nombre.  Figurita obligada en consultorio de brujos y charlatanes, él,  vestido de traje negro, bigote pulcro, cabeza coronada con un simpático sombrero y expresión alegre, acompañado de ángeles pisando culebras, divinos niños rosaditos y cristos sanguinolentos. ¿Qué pensaría al escuchar su novena milagrera auspiciada por curas y curanderos?.  Qué cara pondría al ver la mafia innominada de médiums y sanadores que haciendo uso de su buena fama, sacan pulmones, tumores, malas sangres, aires malos, lagartijas, cálculos, enderezan huesos  y extraen próstatas a moribundos mientras familiares inocentes entregan sus ahorros a hermanos y hermanas de la misma mala madre. Mercaderes de pobreza más que material intelectual.  Y para completar el cuadro y en aras de la buena rentabilidad del negocio, la santa madre iglesia, decide darle nuevos títulos post mortem que el probablemente nunca llegó a imaginar.  Como el muerto no se puede defender,  el brujo y el cura hacen fiestas en su ausencia.


José Gregorio fue un inminente médico de la sociedad venezolana de finales del siglo XIX principios del XX, científico consumado, impulsó el desarrollo de la ciencia y la educación en su país.  Católico ferviente y posiblemente un sacerdote frustrado, combinó sabiamente aquellas dos corrientes, entregando su caudal de conocimiento al servicio del más necesitado, imitando las acciones de algunos santos y cumpliendo los principios que promulgaba su doctrina. Murió en un accidente de tránsito, como peatón, cuando, me imagino, eso era cosa poco usual (quien contra la voluntad de dios)

Que bueno sería que lo bajaran de los estantes de brujos, viejitas locas y sacerdotes engreídos, y colocaran aquella figurita de traje negro, sombrero redondo y carita feliz en el sitio que le corresponde. Al lado de Galeno, Hipócrates y Esculapio en las facultades de salud.