Llevo meses o tal vez años posponiendo el tema, pero ante el compromiso de escribir todos los días, pues no ví una mejor excusa para hacerlo.
La ufología es de esos gustos absurdos a las cuales uno les dedica tiempo en la vida; como con el fútbol, la política, la religión, el tinto con pan o cualquier cosa de esas que forman el diario vivir.
Guarda una increíble semejanza con todo el andamiaje tanto teórico como funcional que utiliza cualquier religión, y como tal, puede tomarse con la seriedad propia del más profundo místico budista hasta con lo más ridículo que pueda llegar el discurso de un pastor evangélico.
Personalmente lo considero un fenómeno bastante interesante y curioso, que si no se toma con la precaución necesaria y su buena dosis de escepticismo perfectamente puede llevar al abismo de la irracionalidad y la locura a cualquier buen parroquiano.
Como no existe una "escuela" oficial de ufología (hay sospechosos institutos, que dictan sospechosos cursos, de sospechosos temas a sospechosos precios) perfectamente y bajo la autoridad que otorgan todas las legiones galácticas e interestelares, uno solito se puede asignar el honorífico título de UFOLOGO.
Por tal razón, yo, ni cortó ni perezoso me unjo como tal, y justifico mi sacrosanta y aceitosa designación enseñando una breve muestra de mi biblioteca de misterio, que me permite, sin pudor alguno, dar mi opinión de autoridad sobre dichos temas, bien sea en un foto virtual, en un congreso internacional, en un rincón del trabajo o en la reunión de dos o tres borrachos parlanchínes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario