Algo bueno que me dejó el encierro de la pandemia, fue la costumbre de escaparme todos los fines de semana fuera de la ciudad, de las clínicas, los carros, la algarabía y la gente en el sentido más general (el infierno son los otros, escribió cierto filósofo). En otra oportunidad escribiré sobre las implicaciones fisiológicas y metafísicas que implica perderse por horas en tierras agrestes y solitarias, ahora solo dejo este video como una pequeña muestra de lo que es alejarse del camino.
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