Hoy por hoy con todo esto de las
elecciones presidenciales y las segundas
vueltas (¿nos hicieron la vuelta dos veces??) y las próximas elecciones de
gobernadores y alcaldes, y las elecciones que ya tenemos encima de las candidatas del bambuco en
el Huila, la mora en Mesitas Cundinamarca y la ruana en Nobsa Boyacá. Quise por
pura y sucia curiosidad consultar a ciencia cierta qué era eso de la política de la que tanto hablábamos. Como era de esperarse en estos tiempos
tormentosos, consulte en la Wikipedia y que curioso lo que encontré:
“es una rama de la moral que se
ocupa de la actividad, en virtud de la cual una sociedad libre, compuesta por
hombres libres, resuelve los problemas que le plantea su convivencia colectiva.”
Cada día se aprenden cosas nuevas
y en mis treinta y tantos años aun creía que la política era la ciencia y el
arte de robar descarada, pero decentemente. Y mira que no, que estaba
equivocado, que era toda una rama de la moral; me imagino que como ahora hay segundas vueltas
y cada nada hay comicios electorales y todo aquello, debe ser muy repetitiva la
cosa, entonces podríamos considerarla algo así como una rama de la doble moral.
Siendo así la cosa, me monte en
el carro y me fui a cumplir con el sagrado derecho del voto. durante cerca de
dos horas recorrí la carretera llena de huecos y resaltos, que administraciones
de políticos anteriores (personas dedicadas a la política, esa que es rama de
la moral) habían dejado en el olvido, y
mientras esquivaba cráteres, lagartijas suicidas y escuchaba soda stereo en la
radio, pensaba ¿y por quien se supone que voy a votar? Por un lado estaba el
presidente santos, el que si le cae harina en la cara quedaría como el payaso
asesino de la cosa. El mismo que había dicho “ese paro agrario no existe” y ya
lleva en la cuenta como dos (que recuerde), el que por primera vez hizo marchar
hombro a hombro a médicos especialistas y auxiliares de enfermería ante las
amenazas de una reforma y deforma en la salud, el que les devolvió la primita
de 8 millones a los congresistas, al que si se descuida le meten una cosa toda
rara llamada reforma a la justicia, el que se orino en los pantalones y se cayó
de la bicicleta, el que permitió la continuación de la explotación petrolera en
las cuencas de los ríos y la construcción de represas a cualquier precio en
estas tierras opitas, el que casi nos manda a darnos en la jeta con los
venezolanos cuando estaba de amigo con el patrón Uribe. Y por el otro lado
estaba Zuluaga, un man que hasta hace pocos meses no sabía que existía, pero
que luego, según comentaron algunos, si existía, pues fue por sus gracias
que nos jodieron lo de las horas extras
y recargos nocturnos, pero luego salió siendo el pupilo del patrón Uribe, su
emulo, pues hablaba como él, se expresaba como el, pensaba como él, salía en
los afiches de campaña con él, y era como el pero sin ser él. Pero como la cosa era con Zuluaga y no con Uribe,
omití todo lo del patrón (que si es bien largo) y me centre en osquitar. Solo llego a mi mente lo que la gran mayoría de
los colombianos sabíamos: que la señora loca de las naranjas si votaría a todo corazón
por Zuluaga pero la abuelita de la miscelania no, bien podía su sobrina ir a comer mierda (ver
nota “colombianos orgullosamente groseros”)
de modo que mis dos referentes
electorales me dejaban en las mismas. Luego
me acorde del proceso de paz, al cual santos se aferraba y Zuluaga decía que si
pero que luego no, pero después como que si. Lo que me gusta del proceso, que
por fin se abre una puerta para la paz, y lo que no me gusta, que a las farc
nadie les cree. De modo que las promesas de paz de ambos candidatos me sonaban
a castillos en el aire, lo único seria preguntarle al guerrillero que está en la montaña, que opina
de todo esto, pues a final de cuentas él
es el que me va a joder la vida si se le da la gana, los de la Habana no.
Llegue al puesto de votación
nervioso, sudando frio y con cólicos abdominales, ¿por quién voto? Si tan solo
estuviese Nairo o Pekerman en el tarjetón, por mi diosito que les tacharía la
cara con una X. pero no, solo estaban estos dos vergajos como decía mi abuela,
y eso era como escoger entre un machucón de huevas o levantarse una uña con una
astilla. Dios mío ayúdame, animas
benditas del purgatorio ilumínenme. De pronto cual epifanía democrática llego a
mi mente la frase de un compañero de trabajo.
“por mi fuera no votaría por ninguno de esos hp (honorables políticos)
pero si santos pierde, mi hermana se queda sin trabajo” así que para evitar desgracias en aquella
familia, decidí votar por santos, y justamente cuando tenía el marcador en mi
mano, vi la cara que le acompañaba, me acorde
que este bellaco era el que casi nos jode a los que no la pasamos
bajando porquerías de la internet con eso de la ley lleras. Y ante la confusión, le dibuje dos ojitos y
una boquita triste al blanco y le puse la X encima.
Por suerte el jueves juega de
nuevo Colombia, y si dios quiere ganaremos y todo será mejor.
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