latecleadera

lunes, 16 de junio de 2014

Voto a inconciencia.


Hoy por hoy con todo esto de las elecciones presidenciales  y las segundas vueltas (¿nos hicieron la vuelta dos veces??) y las próximas elecciones de gobernadores y alcaldes, y las elecciones que ya  tenemos encima de las candidatas del bambuco en el Huila, la mora en Mesitas Cundinamarca y la ruana en Nobsa Boyacá. Quise por pura y sucia curiosidad consultar a ciencia cierta qué era eso de la política  de la que tanto hablábamos.  Como era de esperarse en estos tiempos tormentosos, consulte en la Wikipedia y que curioso lo que encontré:

“es una rama de la moral que se ocupa de la actividad, en virtud de la cual una sociedad libre, compuesta por hombres libres, resuelve los problemas que le plantea su convivencia colectiva.”

Cada día se aprenden cosas nuevas y en mis treinta y tantos años aun creía que la política era la ciencia y el arte de robar descarada, pero decentemente. Y mira que no, que estaba equivocado, que era toda una rama de la moral;  me imagino que como ahora hay segundas vueltas y cada nada hay comicios electorales y todo aquello, debe ser muy repetitiva la cosa, entonces podríamos considerarla algo así como una rama de la doble moral.

Siendo así la cosa, me monte en el carro y me fui a cumplir con el sagrado derecho del voto. durante cerca de dos horas recorrí la carretera llena de huecos y resaltos, que administraciones de políticos anteriores (personas dedicadas a la política, esa que es rama de la moral) habían dejado en el olvido,  y mientras esquivaba cráteres, lagartijas suicidas y escuchaba soda stereo en la radio, pensaba ¿y por quien se supone que voy a votar? Por un lado estaba el presidente santos, el que si le cae harina en la cara quedaría como el payaso asesino de la cosa. El mismo que había dicho “ese paro agrario no existe” y ya lleva en la cuenta como dos (que recuerde), el que por primera vez hizo marchar hombro a hombro a médicos especialistas y auxiliares de enfermería ante las amenazas de una reforma y deforma en la salud, el que les devolvió la primita de 8 millones a los congresistas, al que si se descuida le meten una cosa toda rara llamada reforma a la justicia, el que se orino en los pantalones y se cayó de la bicicleta, el que permitió la continuación de la explotación petrolera en las cuencas de los ríos y la construcción de represas a cualquier precio en estas tierras opitas, el que casi nos manda a darnos en la jeta con los venezolanos cuando estaba de amigo con el patrón Uribe. Y por el otro lado estaba Zuluaga, un man que hasta hace pocos meses no sabía que existía, pero que luego, según comentaron algunos, si existía, pues fue por sus gracias que  nos jodieron lo de las horas extras y recargos nocturnos, pero luego salió siendo el pupilo del patrón Uribe, su emulo, pues hablaba como él, se expresaba como el, pensaba como él, salía en los afiches de campaña con él, y era como el pero sin ser él.  Pero como la cosa era con Zuluaga y no con Uribe, omití todo lo del patrón (que si es bien largo) y me centre en osquitar.  Solo llego a mi mente lo que la gran mayoría de los colombianos sabíamos: que la señora loca de las naranjas si votaría a todo corazón por Zuluaga pero la abuelita de la miscelania no,  bien podía su sobrina ir a comer mierda (ver nota “colombianos orgullosamente groseros”)
de modo que mis dos referentes electorales me dejaban en las mismas.  Luego me acorde del proceso de paz, al cual santos se aferraba y Zuluaga decía que si pero que luego no, pero después como que si. Lo que me gusta del proceso, que por fin se abre una puerta para la paz, y lo que no me gusta, que a las farc nadie les cree. De modo que las promesas de paz de ambos candidatos me sonaban a castillos en el aire, lo único seria preguntarle al  guerrillero que está en la montaña, que opina  de todo esto, pues a final de cuentas él es el que me va a joder la vida si se le da la gana, los de la Habana no.

Llegue al puesto de votación nervioso, sudando frio y con cólicos abdominales, ¿por quién voto? Si tan solo estuviese Nairo o Pekerman en el tarjetón, por mi diosito que les tacharía la cara con una X. pero no, solo estaban estos dos vergajos como decía mi abuela, y eso era como escoger entre un machucón de huevas o levantarse una uña con una astilla.  Dios mío ayúdame, animas benditas del purgatorio ilumínenme. De pronto cual epifanía democrática llego a mi mente la frase de un compañero de trabajo.  “por mi fuera no votaría por ninguno de esos hp (honorables políticos) pero si santos pierde, mi hermana se queda sin trabajo”  así que para evitar desgracias en aquella familia, decidí votar por santos, y justamente cuando tenía el marcador en mi mano, vi la cara que le acompañaba, me acorde  que este bellaco era el que casi nos jode a los que no la pasamos bajando porquerías de la internet con eso de la ley lleras.  Y ante la confusión, le dibuje dos ojitos y una boquita triste al blanco y le puse la X encima.

Por suerte el jueves juega de nuevo Colombia, y si dios quiere ganaremos y todo será mejor.



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