Siempre que se habla de la virgen María dejando a un lado su faceta de divinidad maternal uno si o si va a terminar metido en camisa de once varas. María es la madre que todos quisieron pero no tuvieron, que tuvieron y que perdieron, o simplemente es la "mamita" en su estado mas básico y primordial a la cual acude cualquier cría humana indistintamente si tiene 1 o 100 años.
Un poco de lo mucho que se puede, se debe y se quiere decir esta en esta sesión de los mefistofélicos.
Aquí se las dejo para los que no saben de este cuento.
Sobre este tema que me apasiona en extremo, del cual paso de épocas de credibilidad y esperanza a épocas del más puro escepticismo, tengo pendiente escribir unas cuantas entradas (llevo dos muy discretas) y si dios me lo permite y las cosas siguen la tendencia y paranoia actual, un libro. Pero como la idea hoy es ir subiendo nuevamente contenido al blog, obligarme a organizar mi tiempo y terminar todos los retazos que tengo sueltos, me doy a la tarea de pasar los temas que se han tratado en el canal alterno "mefistofélicos" e ir moviendo este asunto de causas perdidas.
Como ya casi llega la media noche y mañana tengo que madrugar, copio y pego lo que escribí en la descripción de los dos videos (fueron necesarios dos dado lo interesante del tema), luego y con calma me dedicaré a darle crédito a los correspondientes participantes.
OVNIS EN EL HUILA, LOS SECRETOS DE LA CORDILLERA
Existe un pequeño valle en el departamento del Huila (Colombia) desde donde hace siglos, se presentan extraños fenómenos luminosos que han permanecido ocultos bajo el calificativo de "leyendas". En este episodio, y guiados por las historias recolectadas por un joven historiador y aventurero, descubriremos una nueva realidad, oculta entre cerros, aparatos voladores, restos arqueológicos y lugares propios de los cuentos de fantasía.
OVNIS EN EL HUILA. LA HUELLA DE LOS ANTIGUOS VISITANTES
La segunda parte del episodio sobre casos de avistamientos en la zona de Pacarní, entre los municipios de Iquira y Tesalia. Pero mucho más que hablar sobre luces misteriosas, aparatos voladores y sus ocupantes, nos adentraremos en los hallazgos arqueológicos dispersos en las montañas, la ruta del camino real y la posibilidad de que tras los bosques se encuentre un gran tesoro.
Onírico es el cuarto libro que publico, el más viejo de todos y al que menos publicidad se le ha hecho. Esencialmente porque tenía pocas ganas de sacarlo a la luz, tal vez por sus tintes románticos y algo degenerados, típicos del joven que lo escribió en épocas universitarias, rozando peligrosamente esa poesía arjoniana o esa prosa de canción indie noventera. Por irónico que parezca, justamente en este momento de la vida en donde la poesía y principalmente los poetas se me hacen irremediablemente insoportables, que bien quisiera hacerles tragar con todo y carátulas sus versos insufribles, decido sacar un "poemario" repleto de pura y física pseudopoesía, debo aclarar que lo hago movido por intereses netamente monetarios, ya que al ser lo único que tenía medianamente organizado y listo para presentar, pues se hizo de tripas corazón y se le dio forma.
Con él no se realizó el trabajo artesanal de los federicos, ni el lobby administrativo del simio tecleador, solo lo subí a las plataformas Amazon (donde aun tiene algunos errores de maquetación) y a Autoreseditores, donde si está como debe ser.
Sin quererlo y sin serlo, recibió el trato del hijo feo que nadie quiere presentar.
De todos modos, dejo el enlace por si están interesados en conseguirlo
Recuerdo que cuando niño, en algunas noches de luna nueva, los viejos se reunían en la casa vieja y sentados en los taburetes que rodeaban la mesa del comedor, mientras degustaban con calma una aguapanela caliente con pan de trigo, rememoraban las aventuras y tragedias que la vida había colocado en sus hombros, y entre todo ese discurso de anécdotas, eran infaltables las historias de los espantos que con frecuencia los asediaban, las apariciones que les evitaban olvidar que había un mas allá al cual debían llegar con el alma pura, o los endriagos nocturnos que asechaban a todos aquellos alejados del buen camino.
Los viejos ya murieron, y sus hijos en ocasiones recuerdan sus historias, también en la casa vieja, sentados en los mismos taburetes de madera y con una taza de café oscuro y pan de trigo que permite hacer llevadera la tertulia.
Cuando sea mi turno, contaré las historias que los hijos de los viejos recordaban, tal vez me invente mis propios fantasmas, o tal vez, en el mejor de los casos, rememore las escenas reales de la partida hacia tierras inhóspitas de todos aquellos espectros que deambulaban por los caminos en épocas de antaño.
Mitos del Huila, un episodio donde buscaremos desenterrar los secretos que aun se esconden en las calles solitarias de un pueblo entre las montañas.
Hace unos años escribí una entrada sobre el cura Carmine Carrato,
en ella hice una muy escueta referencia sobre el paso de este hombre en la vida
de los parroquianos de un pueblo encaramado en las faldas de una
cordillera.Pero definitivamente, para
el tamaño del personaje, aquellas letras
eran pocas.Casi nueve años después, en
el desarrollo de un proyecto de podcast y YouTube y aprovechando que uno de los
participantes del mismo era precisamente el personaje que lo
acompañó en sus últimos días devida, dimos
una larga tertulia sobre la dimensión humana (bastante humana) de aquel hombre
que muchos pretendían sepultar tras sus hábitos sacerdotales.
Ya casi completo dos meses sin escribir en el blog, pero, es
que aparte de la inherente pereza que con inusitada frecuencia se presenta por
estas épocas, también puedo decir a mi favor que parte del tiempo libre que me
queda lo he estado utilizando en el desarrollo de un nuevo proyecto (otro) que
junto con el canal de YouTube del blog, una cuenta de tik tok exclusiva para
material mitológico (esta aplicación ya me está sacando el malgenio con la saturación
de contenido basura y memoria en dispositivos), las discusiones con
desconocidos aleluyos, terraplanistas, conspiranoicos, ultraderechistas,
progres, feministas y otro 98% de la comunidad facebokera, el tramite y proceso
para publicar un libro en Amazon (yo tengo el primero, desgraciadamente costoso
por aquello del envío), las ilustraciones de no sé qué cantidad de cosas que
tengo pendientes,el asunto de las
abejas y cuatro o cinco cosas más que ya ni me acuerdo, pues me mantienen algo
ocupado, aunque no tanto como otra gente que procrastina menos y se enfoca más
en sus metas y obsesiones.
La criatura yacía al borde del mar inmenso, azul,
transparente y profundo.Sus pies inmersos
en el agua fría y limpia se enterraban en la arena carente de vida, conjugada
con conchas y guijarros verdes y rojos, otros cristalinos y brillantes.Buscaba el sonido guturalde algún ser no semejante, desconocido y
confiable, que le llevara lejos de la humedad perpetua en la cual vivía.Levantó su rostro gris al firmamento sin fin
y vacío, custodiado por cúmulos hechos cirros, lejanos y brillantes en sus
contornos por un astro llamado sol por hombres inexistentes; anhelando la
muerte salvadora que lo arrebatase de su prisión de placer diáfano y celestial,
que lo aniquilara en mil almas transeúntes en los universos esporádicos que
surgían al chapotear las gotas ocasionales en la quietud oceanal de su mundo.
Un día cualquiera, entre Junio y Julio del año 2020, la ciudad mostró un extraño aire de antigüedad, pero no la antigüedad propia de los ideales clásicos en un remoto mundo medieval ni tampoco en un mitológico estado prehispánico, sino esa sensación de envejecimiento que se pega en las paredes de bahareque en las casas de altas puertas que se niegan a sucumbir a los diseños minimalistas contemporáneos.
En cierta forma la modernidad radica en el bullicio que genera la masa humana en todas sus manifestaciones: la música a todo volumen en parlantes ubicados en los andenes, el griterío de los vendedores ambulantes, el estridor de los pitos combinados con el rugir de lo los motores de los automóviles y el murmullo omnipresente de miles de voces diluidas en un día cálido; todo esto devela la vitalidad de una urbe. Aunque si se es observador, el verdadero sonido citadino es aquel que producen los ladridos de los perros callejeros. Una ciudad a la distancia solo deja escapar las voces de los cánidos, no es el hombre quien demarca su territorio sino el perro que lo protege.
No me había dado cuenta de que ya hoy es el último día de enero, y no he subido nada al blog, y como lo que estoy escribiendo no alcanza a cocinarse antes de la media noche, dejo este video del canal mientras tanto.