Nada mejor para esos días en los
cuales el tedio tiende a inundarlo todo,
días en los que la existencia se refleja en el espejo de la monotonía,
que volverse un poco neurótico…bueno algo más de lo usual. En este apoteósico estado de desequilibrio mental la vida se llena nuevamente de colores y el existir
cobra variables significados, pero lo más importante, nuestra meta en este
mundo se vislumbra a nuestro alrededor.
Aprovechando la coyuntura
podremos deleitarnos con saber que estamos subyugados al mandato oscuro de los
illuminati, o que somos seres semejantes a hormigas en un insectario de
reptilianos, niños menores de nuestros hermanos cósmicos de la hermandad
blanca, trogloditas ante la confederación galáctica, o pecadores en breve espera
del día del juicio final.
Pero sin ir más lejos tan solo
tendremos que encender la cajita mágica, sintonizar las noticias y ver que
estamos al borde del colapso. Fallaron
algunas predicciones que
científicos y visionarios daban en las décadas de los ochentas y noventas, de
un futuro (el hoy) cuasi perfecto, con las enfermedades si no erradicadas si
controladas, la pobreza en su mínima dimensión, el hambre solo un fantasma del
pasado, carros voladores que nos llevarían a las colonias lunares, casas
biosostenibles diseminadas en bosques floridos, niños jugando a la rueda en
verdes prados modificados genéticamente, robots semejantes a C-3PO con juguito de mandarina en su mano
tras su dueño de estampa europea en un campo de golf (igual al mundo post
apocalíptico que pintan en los panfletos los testigos de jehová).
En estas épocas de tribulación,
las epidemias están al orden del día; cuando no es el H1N1 que convirtió
cualquier gripa común y silvestre en tema de salud pública, todo para fomentar
el negocio del oseltamivir (no hay que olvidar que estamos en estado neurótico con
tendencias psicóticas) aparece en otro lado un brote de chicungunya (que viene
siendo lo mismo que el dengue, solo que este último no es importante porque no
vino del mundial y aunque mate colombianos como las farc no moja tanta prensa
como para convertirse en tema prioritario de los gobiernos locales, igual
mientras escribo esto, estoy con un ojo puesto a mi alrededor matando
zancudos), luego viene el ebola que mata negritos en el África (y no soy
racista por decirle negros a los negros, como algunos pretender poner de moda)
a bultos pero solo toma importancia cuando muere algún europeo buen samaritano,
sin contar las epidemias de tuberculosis,
cólera, VIH, malaria, homosexualismo secundario al pollo(según evo morales y
Natalia parís)y el tráfico de cepas de la viruela entre grupos de extrema
derecha (no olvidar lo de la psicosis)
Y en todo este caos solo nos
queda esperar la última y más temible epidemia, la de zombis, y podrán decir
que estoy loco, pero no es tan descabellado, en algún lugar del mundo puede
estar germinando la cepa viral mutante que
dará inicio al caso cero. Es que con tanto alimento repleto de productos
químicos (como todos los alimentos desde épocas inmemoriales) cultivos
transgénicos, chemtrails, vacunas para dominar la mente de los niños, grupos de
reguetón cristiano, desayunos, almuerzos y cenas de Herbalife, Candy crush y
pet rescue saga, no hay cadena de ADN que no se quiera alterar y cadáver medio
tieso que no se quiera parar.
¿Y qué hacer? Sobreviví al virus
informático Y2K, sobreviví al comunismo
de Rusia, sobreviví al apocalipsis maya del 2012, sobreviví los 8 años de Uribe
y los 4 de juanpa y está pendiente que termine el reinado de francisco en el
vaticano (que según las cuentas de san Malaquías, seria pedro el romano, el
último papa). Ante esta situación,
compraría un atril y en ella colocaría
el MANUAL DE SUPERVIVENCIA ZOMBIE, la biblia de la supervivencia ante una
hipotética plaga de muertos vivientes.
Escrito por Max Brooks, escritor
y guionista estadounidense.
En este
libro esta explicada de forma clara y sencilla, la tipología,
características y comportamientos de la
plaga, así como los métodos, técnicas y tácticas para que un parroquiano como
usted o yo logre llegar completico a la inauguración del nuevo mundo (cuando las hordas caníbales hayan desparecido) en más o menos 6 años. Hay que resaltar que el
librito este no fue cualquier pasquín tipo pablo Coello, ha sido todo un best
seller y he visto su influencia en películas como “tierra de zombies”, “guerra mundial Z” y dos o tres capítulos de “aprueba de todo” de
Discovery. Muchos pensaran que leer algo
así sería el colmo del frikismo, pero es tan útil, que bien puede cambiarse la
palabra zombie por: extraterrestres, fanáticos religiosos, ultraderechistas,
ultraizquierdistas, turbas iracundas, agentes de seguros y cobradores de
bancos, y en todos estos casos nos servirá
de guía para salir a flote y respirar tranquilos un día más.
Por si alguno se interesa aquí
les dejo el enlace, y me voy a tomar el
agüita de valeriana y las dos pasticas de carbonato de litio que tengo en la
nevera.
Indispensable, obligatorio.
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