latecleadera

domingo, 23 de abril de 2023

Mefistofélicos

 


Ya casi completo dos meses sin escribir en el blog, pero, es que aparte de la inherente pereza que con inusitada frecuencia se presenta por estas épocas, también puedo decir a mi favor que parte del tiempo libre que me queda lo he estado utilizando en el desarrollo de un nuevo proyecto (otro) que junto con el canal de YouTube del blog, una cuenta de tik tok exclusiva para material mitológico (esta aplicación ya me está sacando el malgenio con la saturación de contenido basura y memoria en dispositivos), las discusiones con desconocidos aleluyos, terraplanistas, conspiranoicos, ultraderechistas, progres, feministas y otro 98% de la comunidad facebokera, el tramite y proceso para publicar un libro en Amazon (yo tengo el primero, desgraciadamente costoso por aquello del envío), las ilustraciones de no sé qué cantidad de cosas que tengo pendientes,  el asunto de las abejas y cuatro o cinco cosas más que ya ni me acuerdo, pues me mantienen algo ocupado, aunque no tanto como otra gente que procrastina menos y se enfoca más en sus metas y obsesiones.

Onírico (voces de una luciérnaga al anochecer - fragmento)

 


La criatura yacía al borde del mar inmenso, azul, transparente y profundo.  Sus pies inmersos en el agua fría y limpia se enterraban en la arena carente de vida, conjugada con conchas y guijarros verdes y rojos, otros cristalinos y brillantes.  Buscaba el sonido gutural  de algún ser no semejante, desconocido y confiable, que le llevara lejos de la humedad perpetua en la cual vivía.  Levantó su rostro gris al firmamento sin fin y vacío, custodiado por cúmulos hechos cirros, lejanos y brillantes en sus contornos por un astro llamado sol por hombres inexistentes; anhelando la muerte salvadora que lo arrebatase de su prisión de placer diáfano y celestial, que lo aniquilara en mil almas transeúntes en los universos esporádicos que surgían al chapotear las gotas ocasionales en la quietud oceanal de su mundo.