latecleadera

sábado, 21 de enero de 2017

Globos de papel

COMO CAPTURAR UN GLOBO
"como capturar un globo"  fredy polo

Anoche  soñé  con  aparatos metálicos voladores, algunos semejantes a las tapas de las  ollas  que utiliza mi mamá para guardar el agua con la que hace el almuerzo y el desayuno.  Otros eran redondos como pelotas, pero ninguno de ellos se dejaba tocar,  siempre se lo pasaban volando, saltando  y cayendo del cielo, sin saber cómo ni por qué, solo aparecían y desaparecían. 
La mañana fue de  lluvia lenta, esa que cae a poquitos, que no alcanza a formar arroyuelos  por las calles (de esos   por donde bajan las  envolturas de  dulces que se encuentran tiradas en el suelo, para luego seguir flotando y haciendo carreras como barcos.)  Tampoco es la lluvia que forma  lagunas en mi patio  poco después de taparse las cañerías.  Esta era  esa lluvia que solo hace dar frío, principalmente en los pies si se anda sin medias y zapatos. 
Cerca del mediodía cuando  la llovizna cesó, fui a casa de  mi abuela;  allí todo estaba desordenado, mis tías aún no habían hecho el aseo y lo tenían todo patas arriba.  Decidí  quedarme en el antejardín, disfrutando del sol que  estaba alto y calentaba agradablemente la piel.   Mientras estaba parado  haciendo nada, alcé la vista  y cosa increíble
¡¡¡Vi una bola de colores con una llama en el centro que iba volando lento  sobre la casa!!!
 Inmediatamente llamé a mis tíos y les dije que había algo volando sobre nosotros; solo Gonzalo me creyó,  y corriendo en compañía de Felio   llegaron  a mi lado para confirmar lo que  les decía.
La bola de colores se había alejado bastante y sobrevolaba  las montañas que están  frente a la casa.  Al principio no la veían, pero yo  había estado atento a su trayectoria y  les di su ubicación.
 “es un globo” me dijo Felio. 
De inmediato pensé que yo quería uno de esos para jugar todos los días,  para colocarlo en mi habitación y  dejar que diera vueltas sin descanso a toda hora, luego le colgaría algunos juguetes  y dejaría que volaran por toda la casa.  El problema estaba  en qué  hacer para conseguir ese globo; yo lo había visto primero, por lo tanto era mío.  
Gonzalo sacó un espejo  pequeño, de esos que traen dibujos o fotografías en la parte de atrás,  según me dijo, si uno lograba reflejar los globos  estos se caían.  Lo intento y lo intento y más de una vez vi el globo reflejado, eso sí de tamaño tan  minúsculo que casi no se distinguía, pero nada, seguía elevándose y alejándose, hasta que al final pasó sobre una montaña donde unas vacas curiosas levantaban sus cabezas y se perdió a lo lejos. 

Fue una lástima, tal vez con un espejo más grande si hubiese caído cerca y lo habríamos  recuperado, un espejo como el que está en la habitación de mi mamá,  aunque dudo que ella permitiera  sacarlo,  solo sé que ahora estaré preparado y siempre tendré un espejo a la mano, por si los globos siguen apareciendo como los platos  metálicos de mis sueños.

"Federico corre bajo la lluvia"  inedito


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