COMO
CAPTURAR UN GLOBO
"como capturar un globo" fredy polo |
Anoche soñé con aparatos metálicos voladores, algunos semejantes a las tapas de las ollas que utiliza mi mamá para guardar el agua con la que hace el almuerzo y el desayuno. Otros eran redondos como pelotas, pero ninguno de ellos se dejaba tocar, siempre se lo pasaban volando, saltando y cayendo del cielo, sin saber cómo ni por qué, solo aparecían y desaparecían.
La
mañana fue de lluvia lenta, esa que cae
a poquitos, que no alcanza a formar arroyuelos por las calles (de esos por donde
bajan las envolturas de dulces que se encuentran tiradas en el suelo,
para luego seguir flotando y haciendo carreras como barcos.) Tampoco es la lluvia que forma lagunas en mi patio poco después de taparse las cañerías. Esta era
esa lluvia que solo hace dar frío, principalmente en los pies si se anda
sin medias y zapatos.
Cerca
del mediodía cuando la llovizna cesó,
fui a casa de mi abuela; allí todo estaba desordenado, mis tías aún no
habían hecho el aseo y lo tenían todo patas arriba. Decidí
quedarme en el antejardín, disfrutando del sol que estaba alto y calentaba agradablemente la piel. Mientras estaba parado haciendo nada, alcé la vista y cosa increíble
¡¡¡Vi
una bola de colores con una llama en el centro que iba volando lento sobre la casa!!!
Inmediatamente llamé a mis tíos y les dije que
había algo volando sobre nosotros; solo Gonzalo me creyó, y corriendo en compañía de Felio llegaron
a mi lado para confirmar lo que les decía.
La
bola de colores se había alejado bastante y sobrevolaba las montañas que están frente a la casa. Al principio no la veían, pero yo había estado atento a su trayectoria y les di su ubicación.
“es un globo” me dijo Felio.
De
inmediato pensé que yo quería uno de esos para jugar todos los días, para colocarlo en mi habitación y dejar que diera vueltas sin descanso a toda
hora, luego le colgaría algunos juguetes
y dejaría que volaran por toda la casa.
El problema estaba en qué hacer para conseguir ese globo; yo lo había
visto primero, por lo tanto era mío.
Gonzalo
sacó un espejo pequeño, de esos que
traen dibujos o fotografías en la parte de atrás, según me dijo, si uno lograba reflejar los
globos estos se caían. Lo intento y lo intento y más de una vez vi el
globo reflejado, eso sí de tamaño tan minúsculo que casi no se distinguía, pero
nada, seguía elevándose y alejándose, hasta que al final pasó sobre una montaña
donde unas vacas curiosas levantaban sus cabezas y se perdió a lo lejos.
Fue
una lástima, tal vez con un espejo más grande si hubiese caído cerca y lo
habríamos recuperado, un espejo como el
que está en la habitación de mi mamá,
aunque dudo que ella permitiera sacarlo,
solo sé que ahora estaré preparado y siempre tendré un espejo a la mano,
por si los globos siguen apareciendo como los platos metálicos de mis sueños.
"Federico corre bajo la lluvia" inedito
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