Es frecuente escuchar de muchas personas que cuando sintonizan los canales de dibujos animados estos “muñecos de ahora” no se entienden, son grotescos,
con historias traídas de los cabellos y como es de suponerse, poco aptos para la
población infantil. Lo que me
preocupa es que todos aquellos que comentan
son mis contemporáneos, y que todos estos comentarios son típicos
comentarios de personas adultas con ganas de ser adultos mayores, y
extrapolando llego a la conclusión de
que ya estoy viejo, pero por suerte, a
pesar de las arrugas en mi cara y las canas en la cabeza, aun me siento niño
(aunque si le preguntan a mi hijo el opine lo contrario), algunos dirían
que más que niño, infantil.
Pasando por alto algunas
corrientes artísticas y técnicas de dibujo, puedo decir que los dibujos animados de hoy son increíblemente mejores
que aquellos con los que crecí. A mi
parecer la moda actual es la línea fuerte y definida, una paleta
básica, poca difuminación y escaso juego de sombras, algo que muchos podrían considerar como una
baja en la calidad. Pero eso es cuestión de gustos, lo principal y más
innovador es su contenido, su temática, la personalidad de cada personaje
(valga la redundancia). Atrás quedaron los caracteres predefinidos, moralistas,
ingenuos y apegados al sistema de todos nuestros amigos animados (resultado de
una campaña de tintes políticos que sumió al mundo del comic en una extraña
época de autocensura) Antes carecían de
ese toque de humor negro, crítica ácida y rebeldía tan frecuentes en cualquier
dibujo animado de hoy (excluimos en este caso la producción oriental, ella es
cuento aparte) a tal punto que las tiernas y conservadoras producciones de Dysney ya
siguen esta tónica, aunque un poco más recatados que sus congéneres de Cartoon Network,
Nickelodeon y MTV pero definitivamente saliendo del molde ultraconservador que reinó durante años.
Para muchos el comic y la
historieta son un subproducto de la pintura, el cine y la
literatura; un chiste mal contado para entretener masas imberbes. Por suerte esto ya se ha reevaluado y ahora se
le da el estatus y el respeto que se merecen (considerado el 9° arte). Todos estos seres imaginarios coloridos y
bidimensionales han moldeado pacientemente por espacio de décadas generaciones
de ciudadanos acorde a las circunstancias socio-políticas vigentes. El comic no
nació como un relleno para diarios y periódicos, nació de una necesidad
social. Fue en el comic en donde la
humanidad pudo plasmar a los dioses y
fuerzas sobrenaturales que peligraban desaparecer cuando el poder de la religión sucumbió
finalmente ante la revolución industrial y científica de finales del siglo XIX. Los superhéroes no nacieron por
capricho de escritores e ilustradores sin sueldo, se forjaron entre guerras
colonialistas y mundiales y se dejaron representar bajo el trazo del
dibujante.
Cada ser fantástico siguió la
corriente ideológica del bando dominante, inculcó los principios de
patriotismo, libertad y justicia en cada niño y dejó abierta la
puerta de la esperanza en el corazón de los adultos que tomaban un receso en
sus rutinarias vidas para ojear cualquier historieta. Crearon su propia
cosmogonía, apadrinaron ciudades y mundos y como profetas subyugaron tiranos
que pronto caerían. Luego saltaron
al cine y la televisión reforzando sus ideales y personalidades, de allí que al ver dibujos animados
antiguos se note lo básico de su discurso, lo obvio en sus apreciaciones y la
clara diferencia entre lo bueno y lo malo, no eran épocas de ambivalencias y
pluralismos, la supervivencia de un sistema estaba en juego.
Doy un salto y me ubico en mi
infancia, el colonialismo ha finalizado, la era espacial ha iniciado, las
guerras mundiales han demostrado lo increíblemente peligrosos que podemos
llegar a ser, la guerra fría gasta sus últimos años y una tensa calma recorre
el mundo. Los personajes del comic, como la conciencia suprahumana de la que
habla Carl Jung, se amoldan a las circunstancias, trascienden los límites orbitales
y extienden su dominio a remotas galaxias, su discurso moral sigue intacto pero adiciona tenues monólogos
existencialistas y algunos pocos
conflictos éticos ante situaciones que exigen algo de reflexión. Mientras tanto, nosotros correteabamos por las calles
imitando sus palabras y acciones, amoldando nuestro destino a los designios de
sus salones de la justicia, gobiernos galácticos o estados mayores. Nos
convertimos en sus soldados, sus apóstoles, sus hijos. Ahora ademas del héroe, por obligación existe un antagonista igual de importante, en ocasiones tan poderoso o aún más, su problema es que falla siempre por
jugadas ridículas del destino o situaciones erróneamente calculadas; ninguno de
los dos se destruye, siempre hay un frágil equilibrio, dos bloques de poder en
disputa por el dominio del mundo pero sin que ninguno de un paso adelante o uno atrás (la guerra fría).
Luego llegan las hormonas y la adolescencia y todo aparenta pasar a segundo plano, pero es una ilusión, ya la semilla de los dioses añejos esta en nuestra mente, somos lo que nos han enseñado.
Luego llegan las hormonas y la adolescencia y todo aparenta pasar a segundo plano, pero es una ilusión, ya la semilla de los dioses añejos esta en nuestra mente, somos lo que nos han enseñado.
El nuevo milenio nace y el mundo respira con esperanza, la solución
definitiva se sabe no es solución y no sería definitiva sino fatal, las profecías
del rezago de los dioses antiguos- llamada religión- no se cumplen, la ciencia
nos muestra un mundo potencialmente perfecto. Es una época de descanso,
palaciega; los grandes señores decaen, se opacan, ya no hay mucho que defender; nacen las historias de dibujos que son copias burlescas del hombre normal en
situaciones normales, qué mejor que aprender a reír de nosotros mismos, es
justo y necesario. Johnny Bravo se pavonea
frente al espejo, Jaimico se toca el culo y se pasa el dedo por la nariz para
ver a que huele, Pinky pretende dominar un mundo en miniatura, Superman desaparece, los antiguos superhéroes
son vistos como reliquias del pasado, solo Batman aflora entre escenarios
rocambolescos y villanos
histriónicos.
Pasan los años y nos damos cuenta que todo no es color rosa,
el mundo no se convirtió en el paraíso tecnológico que soñábamos, vemos la
tierra dar estertores como preámbulo de una
tortuosa agonía, conservar el
planeta y sus recursos se convierte en un eslogan para las nuevas
generaciones, algo impensable décadas antes.
El mundo no se unifica en una sola conciencia política y espiritual, se
fragmenta y cada parte se excluye, la muerte ronda silente, la tecnología nos
deshumaniza, ahora no somos hombre
y máquina, sino hombre y una cosa-algo virtual; solo los muy optimistas conservan la
esperanza y muchos se postran ante el dios que quedó en manos de las
iglesias.
Pero los señores de antaño renacen más poderosos, sabios, generosos, ya no solo son superhéroes, no necesitamos héroes, necesitamos superhumanos: Batman abandona su traje de luces y asciende como el caballero oscuro, Superman deja a un lado sus calzoncillos rojos y abanderados y levita omnipotente bajo un sol encandilador, los Vengadores escapan de sus tumbas, universos y mansiones y aun con sus notorias diferencias crean una sola fuerza, el hombre araña entra en dilemas morales, Neo habla cara a cara con el arquitecto, Leónidas lanza de una patada a un pozo sin fondo al mensajero de Jerjes y el Dr Manhattan volatiliza a Rorschach por un bien mayor. El discurso moralista es casi imperceptible, la fuerza es brutal, nuevos ideales se levantan: Optimus Prime cabalga sobre un dinosaurio arrasándolo todo, parece que ya estamos cansados de todo. Wolverine revuelca las entrañas de su pasado tormentoso. La esperanza y el paraíso ya no son la opción. Anakin se separa de Obi wan y se une al lado oscuro. Mientras en la tele, Finn el humano so excusa de proteger princesas busca batallas en reinos oníricos en compañía de Jake, simplemente porque quiere luchar; Ben 10 es multiforme, no siempre adaptado a las situaciones; Mark Lilly de ugly americans vive en un infierno organizado tratando de acoplarse a ese ambiente lo mejor posible. Phineas a pesar de ser débil, con su inteligencia demuestra lo contrario, los padrinos mágicos se mofan de los padres estúpidos de Timmy. Homero se envilece, Bart se opaca, Lisa se vuelve insoportable y Maggie nos muestra que es ella la única cuerda. Y Bob esponja… a Bob esponja le importa un culo todo.
Pero los señores de antaño renacen más poderosos, sabios, generosos, ya no solo son superhéroes, no necesitamos héroes, necesitamos superhumanos: Batman abandona su traje de luces y asciende como el caballero oscuro, Superman deja a un lado sus calzoncillos rojos y abanderados y levita omnipotente bajo un sol encandilador, los Vengadores escapan de sus tumbas, universos y mansiones y aun con sus notorias diferencias crean una sola fuerza, el hombre araña entra en dilemas morales, Neo habla cara a cara con el arquitecto, Leónidas lanza de una patada a un pozo sin fondo al mensajero de Jerjes y el Dr Manhattan volatiliza a Rorschach por un bien mayor. El discurso moralista es casi imperceptible, la fuerza es brutal, nuevos ideales se levantan: Optimus Prime cabalga sobre un dinosaurio arrasándolo todo, parece que ya estamos cansados de todo. Wolverine revuelca las entrañas de su pasado tormentoso. La esperanza y el paraíso ya no son la opción. Anakin se separa de Obi wan y se une al lado oscuro. Mientras en la tele, Finn el humano so excusa de proteger princesas busca batallas en reinos oníricos en compañía de Jake, simplemente porque quiere luchar; Ben 10 es multiforme, no siempre adaptado a las situaciones; Mark Lilly de ugly americans vive en un infierno organizado tratando de acoplarse a ese ambiente lo mejor posible. Phineas a pesar de ser débil, con su inteligencia demuestra lo contrario, los padrinos mágicos se mofan de los padres estúpidos de Timmy. Homero se envilece, Bart se opaca, Lisa se vuelve insoportable y Maggie nos muestra que es ella la única cuerda. Y Bob esponja… a Bob esponja le importa un culo todo.
Hoy pareciese
que los dioses superhumanos entran en crisis, que son ellos los que traen la destrucción, los que no soportan el
peso de su pasado ante lo crítico de la situación actual, si miramos con detenimiento el
guion de todas sus historias y por un momento nos damos la oportunidad de
pensar que la línea de vida siga su curso normal, comprendemos que nos son
ellos quienes salvan, son los villanos, los anónimos protagonistas del pasado
quienes dan el punto de equilibrio, los únicos que en su retorcida sabiduría le
escupen la verdad a sus contrincantes.
Es probable que la próxima ascensión de un héroe sea la apoteosis de un
villano redimido, malvado pero redimido.
En Colombia podemos decir que
aparte de contadas excepciones
el comic, el dibujo animado, solo lo utilizamos
para mofarnos de nosotros mismos,
estamos en ese punto en donde es tanta la vergüenza de vernos como somos
que decir que tenemos un superhéroe es ridículo, si hasta nos ridiculizamos
cada vez que postulamos uno; por el momento solo tenemos nuestra propia burla como medio de catarsis, como mecha detonante ante una situación insostenible,
ante un estado vulgar, ante una palabra que nos descalifica “colombianada”. Es probable que en varios años, cuando el
“tejido social” del que tanto hablan se
rompa desde las costuras, cuando despertemos de ese sopor mortífero en el cual
estamos inmersos, tal vez en ese momento, de los techos de las casas de algún
barrio marginal se eleve la sombra de un superhombre, de un señor de poder
latino, de un dios arcaico precolombino, de un verdadero colombiano. ¿Cómo será? No tengo ni idea, espero alcanzar
a verlo, debe estar formándose en alguna mesa perdida en algún apartamento de
interés social, perfeccionándose con cada nuevo trazo, latente, a la espera de
su hora.
Por ultimo, el
comic y toda la cultura que de él se deriva es el único y real depositario de
los dioses de antaño, los dioses verdaderos. El comic es el verdadero
evangelio, la verdadera palabra de dios, el libro sagrado perfecto, en el reposan todos los anhelos, esperanzas,
sentimientos y fuerzas que la raza humana ha ido acumulando con los milenios, es en estas imágenes multicolores donde
prevalece nuestra esencia
espiritual. En algún futuro lejano (si
es que lo hay) cuando el dios obtuso que venden las religiones actuales se
derrumbe bajo su propio peso, cuando lo contradictorio y vulgar de su ideología
se vuelva insostenible, cuando la humanidad comprenda que aquella fe que dominó sus mentes por siglos solo era una
mala jugada del destino, cuando vean el universo limpio de seres etéreos
obnubilantes, ese día bajaran la vista y sobre hojas desperdigadas en el tiempo
reconocerán sus verdaderos señores, se verán a ellos mismos, se comprenderán
superheroes, serán libres.
y por ultimo, y por políticas de la mesa directiva de latecleadera, agradezco cualquier "me gusta" "like" o comentario que dejen por estos lares, y si no les gusta... también.
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