latecleadera

jueves, 29 de enero de 2015

disfunción eréctil e infertilidad secundaria a Chicungunya.



Últimos estudios realizados al 80% de infectados por chicungunya en las instituciones de salud encargadas del manejo de la epidemia en Puerto Rico, encontraron  una clara  relación causa efecto entre la  aparición de la enfermedad y problemas de disfunción eréctil en hombres de 20 a 40 años.  Estudios anatomopatologicos  evidenciaron en el 85% de los casos,  lesiones causadas por el virus en la capsula de mielina de rama dorsal del nervio  pudendo, encargado del mecanismo de  erección,  llevando esto a una lesión posiblemente irreversible en la función eréctil del pene, de igual forma se encontraron lesiones de aspecto multiquistico en los ovarios del 64% de las mujeres infectadas en edad reproductiva,  con un alto nivel de virus encapsulados en membranas fosfolipidicas,  como consecuencia de ello se prevé una tasa de infertilidad cercana al 78% en este grupo de mujeres.

El ministerio de salud de Colombia a la cabeza del doctor Gaviria,  conformó un grupo técnico científico encargado de estudiar una serie de casos presentados en la ciudad de Neiva,  donde se han evidenciado lesiones de tipo necrótico en el pene   en 5 pacientes hospitalizados  por dicha infección, buscando hallar la relación con dicho virus y su adecuado manejo.

Como se pueden dar cuenta, es grave la situación que acabo de exponer, dado que toda ella es una completa mamadera de gallo, tiene el mismo nivel de evidencia y fiabilidad que todos y cada uno de los comentarios ridículos que escucho todos los días, en lo referente a esta enfermedad.
No pensaba escribir nada al respecto, pero ya me resulta tan irritante la situación, en la que con cuanta persona que me encuentro,  y en la cual necesariamente sale el tema de le epidemia, esta, luego de pedir asesoría medica exprés, termina  toda la charla con un escéptico  ¿pero eso si será verdad?

En un principio pensé que dicha actitud solo sería propia de uno o dos despistados, producto de mala información o falta de información, pero con el pasar de los días, y gracias al Facebook y twitter las ideas conspiranoicas fueron brotando como nubes de mosquitos en charco de casa abandonada;  de esta manera un extraño escepticismo fue naciendo en todos, la duda- la sagrada duda-  aplicaba para todo aquello que “lo oficial” postulaba, pero desaparecía  ante cualquier teoría estúpida que se exponía, de modo que la misma pregunta ridícula  que en el peor de los casos pasó a ser una afirmación,  la he escuchado de abogados, docentes universitarios, madres comunitarias, ingenieros, periodistas, taxistas, amas de casa y claro… personal de salud.

Como en toda teoría conspirativa, siempre se culpa al estado, multinacionales, industria farmacéutica, OMS, illuminati y reptilianos de las causas de  todos nuestros males, (cabe aclarar que el estado si tiene gran parte de responsabilidad en esto, a mi parecer,  dada su respuesta ineficiente y lenta ante una epidemia que a todas luces se veía nos iba a golpear duro).  Las multinacionales y farmacéuticas  no serán unos angelitos de dios, pero tampoco se le puede achacar cuanta cosa suceda, igual si ocurre, como toda empresa que se respete es probable que busquen ganancias, o las obtengan sin querer queriendo.   Los iluminatis y reptilianos…que dios nos proteja. 
Bueno aquí van las más conocidas teorías que circulan por todos lados.



1-      Entre los post de la virgencita de Guadalupe, yo amo a Jesús y las chicas súper borrachas aparece una foto de un tipo de espaldas con la piel repleta de manchas, y un encabezado que proclama que el tal chicungunya no existe,  que  solo es una intoxicación masiva por plomo presente en el medio ambiente,  que la enfermedad se llama saturnismo y que todo la bulla de la epidemia del mosquito solo es una trama para vender la cura que ya las multinacionales tienen lista llamada “asetaminofen”.

 El que lanzó esta idea en efecto tal vez si presentó saturnismo. A vuelo de pájaro esto es  la intoxicación por plomo, que se puede presentar de manera aguda o crónica;  la aguda se da cuando el organismo se expone a concentraciones elevadas de dicho metal  y sus efectos, la mayoría  graves,  con daño profundo a nivel neurológico  pueden desencadenar en coma o muerte.  La enfermedad crónica se produce luego de una exposición lenta a dicho elemento, el cual llega al cerebro, riñones e hígado, también se acumula en el sistema óseo,  produce  lesiones a nivel neurológico   principalmente,  siendo estas de mayor relevancia en los menores de edad, cuando ya se ha acumulado suficiente aparecen los signos en las encías (reborde oscuro) e iris.  Los síntomas varían dependiendo de la exposición y el paciente, y pueden ser  desde alteraciones en aprendizaje, lesiones neurológicas, problemas de hipertensión, anemias, problemas renales, entre otros.  Como se ve el cuadro clínico de ambas enfermedades es algo diferente,  y como ahora está de moda achacarle al plomo cuanta mancha, brote o desmayo se presenta, no falta el internauta con  fallas de aprendizaje que a todo mal lo etiqueta como “secundario al plomo”.  Aunque sé que no  nos caracterizamos por cuidar nuestras fuentes hídricas y que en ellas arrojamos cuanta porquería se puede, esto no es indicativo de alteración por plomo, tampoco recuerdo que nos hayan rociado con plomo en los últimos meses, ni que los restaurantes se hayan confabulado con las multinacionales para aplicar a cada plato su letal dosis plúmbica, otra cosa es que alguien accidentalmente se haya tragado una batería o en el peor de los casos le hayan metido contra su voluntad una bala de plomo, esa  si es peligrosa.  Luego el autor que como ya hemos visto posiblemente sí estuvo expuesto a altas dosis dadas las estupideces con las que sale, suelta su perla máxima al decir que la cura para ello es el “asetaminofen”.  Pobre pastillita, pasó de ser la villana, la que nadie quería, la que los médicos no sabían sino formular y formular para todo, paso a ser la cura mágica. Y lo que más coraje da es ver que bajo el post aparece un sinfín de “me gusta”  y comentarios como: “malditos” “compartamos esto” ”por la defensa a nuestra salud” y más estupideces apoyando ese descalabro mental.  Sería bueno que todos aquellos que piensen que estamos ante una intoxicación masiva de plomo dejaran un día de ver  la rosa de Guadalupe  y vieran el capítulo de Cosmos donde se explica claramente la lucha contra el plomo por parte de Clair Patterson.


2-      Un inminente doctor  proclama a cuatro vientos que el virus del chicungunya es un virus creado en laboratorios gringos y que estos lo han distribuido a lo largo y ancho del mundo esperando que la infección sea global, para luego ellos vender la vacuna que ya tienen lista.

El hecho de que este tipo sea médico o psicólogo o lo que sea (experto en socio biología de la mente ¿?) no resta que sea un charlatán. El tipo que niega de todo, desde el ébola, el sida, las vacunas y cuanta infección aparece, que es de los seguidores del gobierno reptiliano y demás babosadas, sale con el cuento de que tiene las pruebas para demostrar  que el virus es un producto de ingeniería norteamericana,(muestra una serie de patentes )que fue creado en el 2006 y que ya tienen lista la vacuna y que todo es un complot con las farmacéuticas para vendernos a precio de oro dicha vacuna que de paso también nos va a alterar el ADN.

Peligroso el muchacho, primero porque al parecer tiene sus títulos universitarios,  lo cual hace que no sea ignorante respecto al tema, lo que  da a pensar que todo esto lo hace a conciencia no por simple ignorancia.  Olvida este ilustre personaje que el virus no fue “creado” en el 2006, se sabe de él desde 1952 cuando  causo una epidemia en Tanzania, aunque algunos afirman  que ya desde  1770 se documentaban casos con características clínicas semejantes.  Olvida el “dotor”  que los virus presentan “ciclos de vida e infección” que durante décadas ha azotado al áfrica (si no nos enteramos de los cientos de africanos que todos los días se mueren de hambre como vamos a saber o como nos va a interesar una fiebre más o una fiebre menos en ellos) que se extendió por Asia, en el 2007 visito Italia,  en el 2010 a  Francia y en el 2013  llego a costas americanas donde felizmente sigue haciendo de las suyas.  Las pruebas que muestra son solo pruebas de su mala fe, pues dichas secuencias víricas o moléculas  son experimentos que buscan “inactivar” el virus, (en efecto la vacuna) y claro está que se han probado vacunas en la población , y se tienen que probar, y este proceso dura años (pregúntenle a Patarroyo) por eso pensar que una farmacéutica se tomaría el problema de crear un virus (mezclo dos proteínas y listo ya tengo un virus) y luego crear la vacuna,  luego distribuir el virus y luego la vacuna, es algo complejo y dispendioso,  si fuese así, estas multinacionales se estarían  yendo a perdidas, pues el virus una vez infecta la persona da inmunidad de por vida, la epidemia  está a toda marcha y se maneja con pasticas de acetaminofén, ¿ ya para que carajos la vacuna? Eso solo sirve para guiones de películas de fin de semana.

3-      No hay tal virus ni nada, lo que hay es un infección que hay en el ambiente (se lo escuche a un vecino)  es la clara muestra de un escepticismo ridículo, que niega sin argumentos y justifica la negación sin evidencias.

4-      Sí existe el virus pero este no es transmitido por el mosquito, se transmite por el aire.
 La escuche de muchos al exponer que si el virus es transmitido por el mismo mosquito que trasmite el  dengue, ¿por qué  ahora todo el mundo tiene chicungunya  y no dengue?, o por qué hay una explosión de chicungunya y el dengue sigue  en sus porcentajes normales.

Fue una buena pregunta ¿Qué hacía más virulento el chicungunya que al dengue? Hay varias razones:  el chicungunya es nuevo en América, y ningún americano tiene inmunidad ante él, corrimos con suerte, es altamente mórbido pero escasamente mortal, hace unos siglos pasó algo semejante, llegó la viruela y se cargó a la mitad de la población indígena. Ojala el ébola,  se pueda controlar,  de lo contrario y dado nuestro sistema sanitario y folclorismo lloraremos muchos muertos.  Segundo,  hay menos dengue que chicungunya porque el dengue ha estado con nosotros por años, y aunque hay varios serotipos (4) se adquiere inmunidad contra el serotipo infectante.  Eso quiere decir que es probable que muchos durante nuestra vida hayamos presentado algún tipo de infección del dengue en alguno de sus serotipos, y  hemos quedado inmunizados contra este,  y que el serotipo actual circulante sea el que ya hemos tenido, lo cual nos protegerá de él, pero no del chicungunya.  Y por último el periodo de viremia del chicungunya es mayor que el del dengue,  lo cual favorece su mayor propagación.

5-      Una vez infectado nada mejor que tomar guarapo de caña para que no nos dé tan duro.
No tengo nada en contra del guarapo, me gusta y si va acompañado con empanadas y guacamole mucho mejor.  Viene de la falsa creencia  de que este ayuda a subir las plaquetas, que usualmente se vienen al suelo cuando da dengue, pero  el problema es que el chicungunya no baja las plaquetas, ni da anemia ni sangrado, cosa  que si da el dengue (de ahí la importancia de no confundirlos) de modo que aparte de calmar la sed, subir la glicemia y ocasionalmente producir diarrea,  el guarapo no tiene  mayor efecto.

6-      La cura para la enfermedad es una mezcla de miel, carbonato y limón. Que es lo mismo que tomarse una Seven Up o una limonada cóndor con miel, ¿de dónde salió la formula? Ni idea, lo único es que el voz a  voz entre amas de casa es completamente efectivo, a tal punto que  mi hijo que ya sufrió el chicungunya,  ya recibió su dosis de guarapo y el trifásico ese, y de paso, si me llega a dar no tendría problema en tomarlo también, sabe delicioso.  El problema radica en el folclorismo que ello representa, en tratar de buscar la  solución fácil y tonta a problemas complejos,  en abandonar aquellos tratamientos que está  demostrados funcionan (tanto clínicos como sanitarios) y ante los cuales guardamos una duda malsana,  y nos abalanzamos sobre terapias alternas de dudosa  justificación,  por el simple hecho de ser dichas por la vecina, o aparecer en  una imagen del Facebook;  en ese punto es  donde abandonamos toda duda, donde evidenciamos nuestra ingenuidad, nuestra completa ausencia de  pensamiento crítico, de escuchar algo y aparte de dudar, confirmar nuestras dudas. Pero  solo creemos porque si, por nuestra innata necesidad de creer, la misma que cada cuatro años nos condena a elegir a los mismos ladrones como gobernantes.

7-      Existen curas espirituales para el chicungunya, productos naturales y demás menjurjes que garantizan su cura.


Como siempre no faltan los avivatos y estafadores para todo.


Y es probable que la lista siga, que cada uno aporte su grano de paranoia a cada historia y la vuelva más truculenta, más llamativa, más macondiana, más nuestra.  Para finalmente terminar todos con fiebres y artralgias, sentados en un servicio de urgencias de una clínica cualquiera por horas y horas de inhumana espera, con la remota esperanza de que el galeno de turno nos formule algo diferente al “dolex” o el “miprufeno”, que nos ordene un examen de sangre de esos que dicen de todo y que sirven para todo, o que como mínimo nos den la incapacidad de ocho largos días,  todo ello por culpa de esos malditos gringos imperialistas que buscan mantenernos enfermos para vendernos sus productos químicos en complicidad con todos esos médicos y enfermeras del carajo.


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