latecleadera

viernes, 25 de julio de 2014

Cincuenta sombras de Grey Vs Batman


Como son las cosas, quería escribir algo sobre Batman, por sus 75 años, pero con el tejemaneje de “cincuenta sombras de Grey” me dio por comentar alguito sobre esto.  La primera vez que vi ese libro estaba en manos de una compañera de trabajo que usualmente tiene dos o tres tuercas sueltas.  Inmersa en su lectura, soltando risitas impúdicas de vez en cuando, con las pupilas dilatas y dios sabe que otro signo fisiológico de interés.   Por encima uno podría considerar que se trataba de un libro de terror o suspenso:  caratula oscura con imágenes a claroscuros, cincuenta sombras rondando por ahí;  como podrían ser los trece fantasmas de la película, los siete pecados capitales, las mil y una noches, los siete enanitos de blanca nieves y porque no, los doce apóstoles.  Y todas esas sombras rondando a una tal Grey, que podría ser un ciborg, un vampiro, un detective de la época victoriana  o un héroe renacentista.   No podía estar más equivocado.  Tome el susodicho ejemplar y empecé a repasar las primeras páginas, luego las segundas, las terceras, las del medio, las tres cuartas y las ultimas y no encontré nada que a modo de atropina dilatara mis pupilas.  La historia se asemeja  algo a la historia de Marimar y Sergio, solo que el sonido de las olas y el cantico de los pajaritos al amanecer, que remplazaban las escenas de alcoba fue cambiado por prolijas descripciones eroticosadogimnasticas.  La trama de siempre, el tipo rico y apuesto le cae a la jovencita ingenua y virgen (¿vírgenes post universitarias? Eso me suena a ciencia ficción) para terminar - como diría un amigo-  y omitiendo palabras y frases de alto calibre y contenido sexual, en aras de evitarle disgustos a las hipotéticas pero poco probables señoras que lean  esto… para terminar dándole como rata en balde. Curiosamente en algunos apartes  me sentí chismoseando el chat de Facebook de cualquier parroquiano promedio con su amiga morronga.  Y ya. 
Yo pensaba que debido al escándalo y propaganda que se le había armado a dicha trilogía, pues al que no le gusta el caldo se le dan tres platos, encontraría la obra que se  equipararía al Ulises de Joyce, a los versos satánicos de Rushdie, o al guardián entre el centeno de Salinger,  pero no, solo vi la continuación de la saga de crepúsculo, solo que en el ámbito empresarial y por qué no, la evolución de Cuauhtémoc.   Gracias a cincuenta sombras de Grey, me di cuenta que yo era  un miserable depravado, que el reguetón solo había embrutecido a las nuevas generaciones y que la poca censura en series y películas de la tv solo había adormecido sus sentidos.  Si había personas que se escandalizaban y ruborizaban con este libro, eso solo era síntoma de una nueva enfermedad y no solo en nuestra querida patria sino en todo el mundo.  La mojigatería,  hordas de mujeres (y hombres también)  a la espera de encontrar su macho alfa que les diera sopa y seco.  Es más,  si salgo a la calle y quito las variables, “apuesto” y “dueño de muchas empresas” veo a montones de greys caminando plácidamente por los andenes, ostentando esa parte de la anatomía que representa toda su capacidad de dominio,  virilidad y pasión, y no me refiero al pene, me refiero a la barriga.  Y de paso veo a multitud de anastasias, al lado de su grey  y con cara de poco bestseller.

Si eso es lo que ahora se llama literatura erótica, prefiero quedarme con la del pasado, la que venía en la  revista SUECA, la de versión bolsillo para estudiantes de bachillerato, debidamente embolsada como cd pirata para evitar ojos curiosos y sin dinero, eso sí era erotismo…muy perturbador y engañoso por cierto. O las coloridas y bien ilustradas historias de la revista MACHO, cuando el afro era la moda. O en caso extremo la sección “juan sin miedo” del ESPACIO y los consejos de la revista VEA.
Para terminar en estos días salió el tráiler de la película,  sé que no la voy a ver, es poco probable que se asemeje a garganta profunda o Tarzan el hombre porno, tan solo esperare que alguien  la vea,  me la cuente rápidamente y que Batman me perdone…





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