latecleadera

miércoles, 31 de mayo de 2017

Sin título No 5: "Las piernas llevan mi carga, mi espíritu lo dejo a la voluntad de los pies"

fredy polo

Siempre viene a mi mente el caminar.  
Camino siempre, a toda hora y en todo lugar,   camino en las mañanas antes de que el sol salga entre las montañas, cuando el trinar de los pájaros es insoportable y el firmamento es un desconocido lienzo de estrellas y planetas,  Insondables, destellantes y fugaces.  
Camino en la mañana, cuando el sol ya está alto y es cubierto por discretos cúmulos de nubes.  Camino por caminos serpenteantes que se pierden entre bosques y llanuras de hierba gigante.   Camino con el inclemente calor sobre mis hombros, desvaneciéndome en sudor, con la mirada puesta en el suelo de piedras ardientes. 
Camino en las tardes, por la sombra que dejan los arboles de troncos gruesos y ramajes frondosos  para luego perderme en terrenos de humedad crepitante, acompañado por las voces de los grillos y las  tímidas ranas.   
Camino por rocas resbalosas, por espacios asfixiantes de vida.  Como también puedo caminar por amplios senderos  solitarios, que conducen a ciudades y hogares, todos ellos desconocidos, acogedores  y cálidos.   No son para mí,   yo siempre busco el ocaso, donde las nubes se arremolinan furiosas sobre el sol descabellándose en tiras rojas y amarillas sobre un fondo azul celestial.  
Camino en pos de la primera  luz de las  estrellas,  del sonido de las aves despidiendo el día.  De la brisa que se levanta de algún lado y barre el polvo pisoteado, camino al amparo del aroma de la cena en casas al borde de mi vereda,  camino en el silencio del anochecer,  en busca de las sombras nocturnas, aquellas que se escabullen por todos lados y susurran secretos místicos  innombrables.  Las piernas llevan mi carga, mi espíritu lo dejo a la voluntad de los pies.  
Quisiera nunca parar,  nunca dejar de avanzar,  conjugar cada paso que se da en  cada metro recorrido,  todo es nuevo, todo cambia, nada es estático, todo nace y muere al poco tiempo.  
Camino porque soy de aire y la quietud asesina mi esencia.  
Y en ocasiones deseo correr, cual demente sin causa y perderme en los  espacios vacíos que va dejando la soledad.  
No quiero más la cárcel del acomodo,  no quiero el dolor de mis huesos estáticos, no quiero la repetición de los días y las noches sin fin, sin principio aparente.  No quiero ser parte del engranaje, del complejo y absurdo sistema. 
Solo quiero salir y caminar, sin que nadie me detenga, sin que nadie se interponga,  caminar hasta que los zapatos de fundan con el asfalto, hasta que los pies maltrechos sangren y desaparezcan, hasta el punto en el cual ya no necesite nada para caminar,  tan solo unas alas invisibles para alzarme en la noche y volar a la inmensidad. 

lunes, 1 de mayo de 2017

Hassam y los médicos




Revisando mi muro de Facebook y escuchando los comentarios de algunos compañeros de trabajo, me pico el bichito de la curiosidad de ver el último video del humorista colombiano Hassam,  que al parecer estaba causando indignación en el gremio médico.

No soy fan del comediante pero cuando quiero reírme de cualquier pendejada pongo sus videos o si estoy desparchado un sábado en la noche espero su presentación en “sábados felices”.

Sin mayor expectativa le di play al controversial video y… pues vi lo que se supone que tendría que ver;   una parodia muy a lo colombiano de la atención en salud: caricaturizaciones del equipo médico  (como se esperaría en este tipo de material) el desgastado cliché de “las locas” o “maricas” sin lo cual ningún chiste tiene gracia (le faltó el negro y el pastuso) abuelitos despistados sirviendo de extras y la insoportable canción de moda. Es más,  no le vi gran mérito a la producción del video,  pues era la escena típica en una sala de espera de un hospital.

El embrollo se formó al parecer porque había dejado en el aire la idea de que aparte de la responsabilidad del gobierno, gran parte del problema del sistema de salud  recaía en manos de sus ejecutores, desde el celador hasta el medico “loca” que atendía.  Un chiste flojo, algo de humor negro, y si, algo de desinformación…pero… al final de cuentas eso era lo que se supondría vería,  en realidad no esperaba la superproducción académico-filosófica que abriera un nuevo campo del saber.
Muchos médicos se indignaron (somos el país de los indignados, después del futbol es nuestro deporte nacional) y hasta donde vi, respetuosamente le reclamaron por sus distintas redes sociales.

Me sorprendí por sus respuestas, para ser una persona inmersa en el mundo del espectáculo parece que se tomó muy a pecho los comentarios (tal vez nunca había tenido tanta audiencia) y con frases descalificativas encendió más la hoguera;  expresiones como:  “creídos y maricones” “estudie otros 6 años más” o simplemente comparándoles con “ñeros” y rematando con una observación en su última presentación en sábados felices, donde sugería que si nos indignábamos nos indignáramos por algo de verdad importante, no por un simple humorista.

Quise entrar en la onda de la indignación, pero me di cuenta que Hassam no tenía la culpa,  a efectos prácticos, él, su video y los miles de seguidores-opinadores, más que reflejar el fallido sistema de salud, simplemente reflejaba al colombiano de a pie: el que cree que con su descuento de salud y pensión paga los honorarios de los profesionales de salud (el que no entiende de donde viene y para dónde va la plata nunca sabrá como lo están robando), el que cree que con dos billetes de cincuenta mil  compra la conciencia de cualquier persona,  el que primero insulta y luego exige un trato digno,  el que se siente estafado con un acetaminofén o un ibuprofeno pero que sacrifica medio sueldo en una bebida que termine en “life”,  en el bebedizo de cualquier brujo o en la pasta que formula la vecina de la esquina, el que se retira de manera voluntaria porque lo que se ordena (si dejan) no es lo que el medico considere sino lo que él cree pertinente…en fin., es una verdad innegable que el sistema  no es el mejor,  pero caer en el facilismo de inculpar a los profesionales de la salud es solo muestra de la ligereza de pensamiento, mal pandémico en el país. 

Tal vez a muchos les parezca exagerada la reacción del gremio de la salud ante un simple video, pero tal vez todo se deba a ese continuo estado  de tensión y paranoia en el cual nos encontramos inmersos quien en esto trabajamos a tal punto que ya no aguantamos ni un chiste.

Pero es que saber que de no cambiar las cosas este sistema de salud inevitablemente colapsara (por mucho que lo nieguen los ministros y el presidente) produce cierta “palpitadera en la sien”, y ser conscientes que un fallo en este sistema se traducirá en muertes en las que pueden estar   incluidas personas como Ud. y yo,  sin contar claro está, que de sobrevivir será más viable vender arepas en una esquina que seguir ejerciendo como profesional de salud en este país del sagrado corazón, dadas las garantías que ofrecen, casi que rompe el aneurisma que todos llevamos dentro,  y no sé, da cierta putería  que de las pocas personas que comparten esta ”epifanía”  y que han saltado las trabas mentales causadas por la muerte del último gran cantante vallenato o de los últimos 10 minutos que jugó James en el futbol europeo, vengan y con un video  lo mas de gracioso (porque es gracioso) a achacarle la culpa de todo a quienes de otra forma también son víctimas de este negocio llamado sistema de salud colombiano.

Tal vez deberían darle el collar de arepas a Hassan pues con sus personajes ha reflejado perfectamente nuestro país.  Un país manejado por algunos “Proculos rico”, que todos sabemos dónde están sentados y a qué horas sesionan,  administrado por muchos “Rogelios pataquiva” que construyen un puente en cinco años,  convocan marchas de principios bíblicos o en el caso de la salud,  conjuran infecciones y enfermedades desde memorandos en su escritorio,  condenan con base en lo que no entienden o roban a costillas de demandas por “fallidas”   anticoncepciones, y por ultimo sustentado por miles…no, cientos de miles…no, millones de “Güevardos” que se creen cuanta cosa les dicen.


Por último dejaré la frase que más gracia me causó “si no le gustan los médicos, estudie seis años y cúrese ud mismo”