latecleadera

sábado, 19 de diciembre de 2015

Andrómeda 40 veces desnuda



Hay una escena que se repite generación tras generación, desde tiempos inmemoriales, una imagen que posiblemente ha enmarcado una conducta humanamente estereotipada, una imagen que hoy más que nunca causa escozor entre grupos feministas y que antaño invocaba descabelladas conductas de hidalgos y paranoicos caballeros de un lejano lugar de la mancha del cual no quiero ni acordarme.


En lo profundo del subconsciente humano, al mejor estilo de un arquetipo junguiano,  reposa la figura de una hermosa  mujer, virginal y pura, y como tal obligada a posar de manera impúdica y brutal, exhibiendo su inmaculada tersura atada a una roca erosionada por la fuerza del mar. A lo lejos el terror oscuro brota de las furiosas aguas mientras en el cielo, el volátil héroe levanta su espada presto a salvar la doncella.


Andrómeda siempre ha despertado algún tipo de fascinación, su nombre, nombre de princesa, ha servido para bautizar galaxias, canciones, operaciones militares, grupos de rock y un afeminado caballero zodiacal.  Aunque revolcando en la etimología parece que significa “el hombre que se cura a sí mismo”  que para ser el nombre de una princesa queda algo forzado,  tal vez por eso, y muy a pesar mío, no he visto a ninguna Andrómeda Natalia Perdomo, o Andrómeda disley González… aunque si hay muchas Penélope… pero eso ya es otro cuento. Otros dicen que significa “la que reina sobre los hombres”, lo cual pareciera más congruente, pero cuando uno ve a una mujer desnuda encadenada  a una peña como que se rompe la congruencia; es que con la etimología pasa como con la religión, cada quien la acomoda a su gusto.

Andrómeda hace honor al dicho que reza que la suerte de la fea la bonita la desea,  y es que la pobre muchacha corrió con la desgracia de ser bonita, muy bonita, y tener una mamá lengüisuelta, y claro, vivir en una época en donde los dioses se enojaban por todo y andaban metidos en todas partes. 

Hija del rey Cefeo y de la reina Casiopea, está,  en una ocasión le dio por decir que ella y su hija eran  más hermosas que las nereidas, sensuales ninfas marinas, por lo cual, Poseidón, señor del océano, como castigo por la ofensa, envió al monstruo ceto a destruir al reino;  para evitarlo solo había una opción, ofrecer en sacrificio a la bestia a la princesa. Nadie se opuso, nadie movió un dedo para evitarlo, ni siquiera su prometido, así que la pobre mujer fue llevada a las afueras de la ciudad, atada a una roca cerca al mar y dejada a su suerte, en espera a que la bestia marina (no el kraken, ese es escandinavo) diera buena cuenta de ella.  Me imagino que se la merendaría, pero conociendo los gustos extraños de los seres mitológicos es probable que cetus al ver a su víctima desnuda e indefensa pensara otra cosa.  Pero esto nunca llegó a suceder, pues coincidencialmente a esa hora pasaba volando (literalmente volando) el héroe Perseo, luego de matar a la Gorgona y convertir en piedra al gigante Atlas, camino a su hogar para proteger la buena honra de su madre.  El joven desde lo alto vio la escena y con espada en mano lucho contra el monstruo marino hasta derrotarlo, liberó la doncella y como precio por el rescate pidió su mano a sus padres, que tampoco ofrecieron resistencia, el único que dijo algo en contra fue su antiguo prometido, que ya sin monstruos de por medio se sintió valiente;  pero Perseo estaba de afán  y quería dar buen fin a esa relación previa e hizo lo que todos en algún momento hemos querido hacer con los exnovios de nuestras parejas,   sacó lo cabeza de la Gorgona y lo convirtió en piedra a él y a sus amigos.  Este Perseo era de lo más práctico.  Luego  la hecho al hombro  y se fue con ella para su hogar, donde tuvieron siete hijos (para que no quedaran dudas de que era su esposa) seis hombres, los llamados perseidas, de los cuales nacerían los persas y otro personaje famoso, hércules. Y  una mujer, Gorgofone,  que a pesar de tener un nombre  horrible, se casó, enviudó, se negó a morir quemada junto a su difunto esposo y de nuevo se casó.



Ya con la historia de esta mujer despejada, simplemente me limito a dejar la visión que muchos famosos pintores han tenido de esta peculiar mujer y su destino…el de ser bonita.


Beaumont

Burne jones

Carle van loo

Cavalier d´arpino

Chasseriau



Dore

Dore

Emile bin

Frederic leighton

Fresco romano

Frost

Furini

George Antoine Rochegrosse

giorgio Vasari

Giuseppe-Cesari

Glendening

Guido Reni
Stellarium


Jean Auguste Dominique

John Roddam Spencer Stanhope

Kingsley

Matout

Morazzone

Moreau

Napier kennedy

Pierre-Mignard

Pierre-Picou

Pointer

Rembrandt

Roger delivrant Angelique

Rubens

Sara Page

Nick knight
Tamara de Lempicka

Thornhill

Thulden

Verones

Vlaho Bukovac

Wtewael



Fredy Polo

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