latecleadera

viernes, 30 de mayo de 2025

Rin rin renacuajo vs el renacuajo pichador

 



Cierto día, mientras esperaba con paciencia la hora de ir a trabajar, por cosas del destino, un pequeño grupo de neuronas octogenarias despertaron de su sopor y trajeron el recuerdo de un curioso poema de las épocas escolares.

Gracias a la intercesión y buena voluntad de una de las tantas profesoras de primaria, (creo que la profe Argenis) tuve a mi disposición un entrañable libro con los poemas más reconocidos de Rafael Pombo, libro que leí y releí cientos de veces y cuyas ilustraciones quedaron enmarcadas en lo más profundo del arquetipo artístico interior.  El poema con más likes de aquellos años ochenteros era sin lugar a dudas el renacuajo paseador, con su rima pegajosa, su moraleja que aun hoy en día rige algunos preceptos morales en mi conciencia y la horrible imagen del sapo tragón, analogía arcana del infierno y sus castigos. 

Para los no entendidos en el tema transcribo acá el macabro relato:

 

El renacuajo paseador

 

El hijo de Rana, Rinrín renacuajo,

salió esta mañana muy tieso y muy majo

con pantalón corto, corbata a la moda,

sombrero encintado y chupa de boda.

—¡Muchacho, no salgas! —le grita mamá

pero él hace un gesto y orondo se va.

 

Halló en el camino, a un ratón vecino

y le dijo: —¡Amigo!— venga usted conmigo.

Visitemos juntos a doña Ratona

y habrá francachela y habrá comilona.

 

A poco llegaron, y avanza Ratón,

Estírase el cuello, coge el aldabón,

da dos o tres golpes, preguntan ¿quién es?

—Yo doña ratona, beso a usted los pies.

 

¿Está usted en casa? —Sí señor, sí estoy,

y celebro mucho ver a ustedes hoy;

estaba en mi oficio, hilando algodón,

pero eso no importa; bienvenidos son.

 

Se hicieron la venia, se dieron la mano,

y dice Ratico, que es más veterano:

— Mi amigo el de verde rabia de calor,

démele cereza, hágame el favor.

 

Y en tanto que el pillo consume la jarra

mandó la señora traer la guitarra

y a renacuajo le pide que cante

versitos alegres, tonada elegante.

 

—¡Ay! de mil amores lo hiciera, señora,

pero es imposible darle gusto ahora,

que tengo el gaznate más seco que estopa

y me aprieta mucho esta nueva ropa.

 

—Lo siento infinito —responde tía Rata—,

aflójese un poco chaleco y corbata,

y yo mientras tanto les voy a cantar

una cancioncita muy particular.

 

Mas estando en esta brillante función

de baile, guitarra y canción,

la gata y sus gatos salvan el umbral,

y vuélvese aquello el juicio final

 

Doña gata vieja trinchó por la oreja

al niño Ratico maullándole: “¡Hola!”

Y los niños Gatos a la Rata vieja

uno por la pata y otro por la cola.

 

Don Renacuajito mirando este asalto

tomó su sombrero, dio un tremendo salto.

Y abriendo la puerta con mano y narices,

se fue dando a todos noches muy felices.

 

Y siguió saltando tan alto y aprisa

que perdió el sombrero, rasgó la camisa,

se coló en la boca de un pato tragón

y este se lo embucha de un solo estirón.

 

Y así concluyeron, uno, dos y tres

Ratón y Ratona, y el Rana después.

Los gatos comieron y el pato cenó,

¡y mamá Ranita solita quedó!

 

Pero lo curioso de todo este enmarañado literario, era que en el bajo mundo escolar, ese que era dirigido por trúhanes de la peor calaña de los grados quinto y por algunos de sus esbirros de cuarto grado, de alguna forma habían logrado adquirir una versión prohibida y maldita de dicha fabula, escrita al parecer en un momento de delirio alcohólico de don Pombo, o en su defecto, realizada por algún puberto de bigote incipiente y hábitos masturbatorios.   La cosa es que era un secreto a voces, de que muchos de los estudiantes que no se caracterizaban por sus buenas calificaciones, portaran en sus billeteras, al lado de los calendarios de mujeres con poca ropa y de las credenciales, (trofeos de sus victorias amorosas) una hoja doblada con caracteres posiblemente en lengua negra, que rezaba el poema maldito

No entraré en detalle sobre cómo llegó a ser posesión mía, pues fuí un nerd toda la escuela y el colegio, y mi primera novia la tuve cuando ya casi me graduaba…pero el diablo es puerco y los caminos de dios son torcidos. 

El 80% del conjuro descrito en la hoja me lo sé de memoria, solo una pequeña parte tuve que tomarla de oscuras y pérfidas páginas de magos macabrosos de internet.

 


EL RENACUAJO PICHADOR

 

El hijo de puta Rin Rín Renacuajo

salió esta mañana arrecho el vergajo,

 

con pantalón corto, condón a la moda

la verga parada y el culo de boda.

¡Marica no salga! le grita mamá,

Pero él se hace el pendejo y arrecho se va

Halló en el camino a un huevón vecino

y le dijo: ¡Marica!, Venga usted conmigo!

visitemos juntos a doña ratona

habrá francachocha y es muy culiadora.

 

A poco llegaron avanza el huevón

toque pues la puerta no sea maricón.

Preguntan: ¿Quién es?

 

Yo doña ratona, beso a usted los pies.

Estaba en mi oficio de lavar condones

pero eso no importa, culiar es mejor.

Se hicieron la paja, se dieron la mano

y dice el huevón con la verga en la mano:

Mi amigo el de verde gime de emoción

échele otro polvo hágame el favor,

Con gusto se lo echo pero comprenda usted

que se arrecha primero y se bota después.

 

De tanto ajetreo me siento maluca,

se me salen los pedos y me rasca la cuca,

béseme la tetas, deje usted la lucha,

Quiero que me meta la verga en la chucha

Ay de mil amores se la metería ahora,

pero es imposible clavarla más… señora.

 

Tengo las huevas secas como una estopa

y me pesa mucho esta verga floja.

Ahora me voy pues doña ratona

porque usted no es buena pichadora

si le toco las tetas se siente maluca

y usted lo que quiere es que le bese la cuca.

Y ahora sí arranco con mi buen amigo

que me lo mamará un rato en el camino.

 

Y llego a su casa Rin Rín Renacuajo,

con el ánimo arriba y su verga abajo

Rin Rín se descuida, su mamá lo aporrea

y después de tres días le da gonorrea.

 

RAFAEL POLVO