latecleadera

martes, 12 de marzo de 2019

Federico el aventurero...un día perfecto


En los días perfectos las mañanas iniciaban con el saludo del sempiterno compañero, continuaban con el aleteo de las mariposas de verano; las horas emergían de los golpes del balón en la pared  y se aceleraban en los columpios colgados de los arboles de antaño.  las horas de los días perfectos se eternizaban en las historias sin fin con los juguetes de plástico que a la hora de dormir reposaban al borde de la cama, como ángeles guardianes del soñador que nunca habría de desparecer.


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