latecleadera

jueves, 4 de febrero de 2016

El día en que los gorilas hablaron



 Todos los días en internet  aparecen ciertos bucles de información que vaya uno a saber si maquiavélicamente motivados por sus creadores, haciendo uso de la más fina ingeniería social o simplemente producto  de la conducta morbosa y curiosa de la sociedad terminan en algo llamado “tendencia en redes” o llanamente “virales” a tal punto que tienen su propia sección en los noticieros como un preámbulo a la sección de farándula.  La mayoría  simplemente son imágenes que despiertan compasión o dolor acompañadas de un “dale amen” y que son un fiel indicativo de la labilidad emocional de quien lo comparte rozando peligrosamente en la estupidez, otros son videos graciosos o indignantes, algo así como los 5 minutos de fama a los  que todos en algún momento tendremos derecho,  y otros serán post informativos,  que entre más conspiranoicos y más adviertan sobre la premura en su lectura  antes que sean eliminados por fuerzas del orden,  más rápido atraerán personas a su lugar; la ventaja con estos es que para que se vuelvan tendencia tienen que ser leídos, lo malo es que casi siempre tienden a desinformar.

Hace días veía como muchos de mis contactos compartían un video en el cual un gorila nos entregaba un “urgente mensaje” que  parecía, hablaría sobre algo del daño ambiental.  Lo salté y esquivé un  centenar de veces, temiendo entrar a un enlace de grupos mesiánicos milenaristas de la nueva era,  hasta que pudo más la curiosidad y con el consuelo  que solo duraría minuto y medio me aventuré. 

 
Al parecer es un video de una fundación protectora de animales o algo semejante,  donde un gorila haciendo uso de lenguaje de señas y al mejor estilo narrativo de nativo americano de una película del lejano oeste, luego de presentarse, darnos un breve repaso de lo que es la conexión con el espíritu de la tierra y decirnos que nos ama, lanza una exhortación  para detener el daño a la madre tierra, la necesidad de repararla y el poco tiempo con el que contamos.  

No fue tan apocalíptico ni amenazante como me suponía, hasta cierto punto era algo simplón e infantil, pero hombre, ¡lo estaba dando un gorila lo mas de carismático! y eso ya era mucho que decir… demasiado… extremadamente particular.

Era clara su edición, al mejor estilo de “hola soy German” se hacían cortes y cambios de cámara, pero lo importante era que quedaba la esencia del mensaje:  somos unos cabrones que están acabando la naturaleza,  se nos acaba el tiempo para detener esto  y hasta los animales ya lo están advirtiendo.

A todas luces el video era un producto publicitario  que utilizando un gorila buscaba darle dramatismo y realismo al contenido.  Pero finalmente solo era eso, un comercial, que bien pudo utilizar una ardilla, un títere o al capitán planeta.

Pero me asombró el hecho de leer algunos de los muchos comentarios en los cuales,  quien compartía el video y lo hacía “tendencia” daba por sentado que en efecto el gorila en cuestión nos daba este mensaje,  como Klaatu en “ultimátum a la tierra”.


En este punto me percate de una dicotomía, nos impactaba el video por dos aspectos, su mensaje y quien daba el mensaje, si el gorila hubiese “dicho”: pájaro vuelo en piedra roja deliciosa manzana, creo que no hubiese pasado nada.  Un gorila nos impactó por su mensaje, y ya, sobra decir,  por un discurso que todos conocemos y al que nadie es ajeno.  Pero parece que nadie se impactó por el hecho de que un gorila pudo dar un mensaje.  El simple hecho de que un simio tuviese la capacidad de estructurar una idea y luego poder  expresarla a otra especie pasó por alto.  Y esto sí que sería relevante, mucho más que el mensaje en cuestión.

Descubrir que otra especie animal cuenta con la capacidad de abstracción y expresión de ideas tal como lo muestra el video implicaría un rotundo cambio en nuestra concepción sobre el lugar que ocupamos en la tierra. Si un mono “habla” o mejor aún, se comunica por medio de un lenguaje estructurado con nosotros, implica un cambio radical en la arquitectura social en la que se fundamenta la humanidad;  las religiones  tendrían que replantear su discurso salvador, para ellas los animales solo son “elementos” concedidos por el creador para que los utilicemos, por su propia naturaleza no pueden ser salvos ya que carecen de pecado, pero tampoco alcanzaran a comprender la gloria del Señor, están como relleno de la obra creadora.  En el  conocimiento del bien y del mal, como reza la fábula bíblica, radica el pecado, ¿qué papel entonces jugarían estas nuevas especies? Y ¿hasta qué punto sería moralmente correcto utilizarla para nuestra beneficio?  Los sistemas políticos y de desarrollo  tendrían que ajustarse ante una nueva realidad.  La sociedad (la mayoría) se fundamenta en el derecho que implica el  ser humanos, y lo que nos hace humanos es esencialmente la inteligencia, pero ¿si otra especie comparte esta inteligencia? y no me refiero con ello  a las conductas  presentes en todas las especies como lo son  el amor, la amistad, la alegría, el miedo, la moral, la risa, el juego,  la responsabilidad, el uso de herramientas y el lenguaje rudimentarios entre otras, que se expresan en mayor o menor intensidad en todos los animales especialmente en mamíferos (incluidos nosotros claro está).  Pero una inteligencia como la de este simio,  para poder llegar a su discurso necesita  adquirir un medio para lograr expresar sus ideas, unos conocimientos previos para entender la situación de su entorno, la capacidad de análisis de estos, la proyección de estos y sus consecuencias inmediatas y tardías, un sentido ético de lo que se está haciendo, una concepción espiritual de su entorno, de sí mismo y de ha quienes va dirigido su mensaje  y una sintaxis adecuada para expresarlo, en esencia requería ser humano en todo el sentido de la palabra.  Si este video fuese cierto nunca más se podría mirar con los mismos ojos a cualquier simio o a cualquier mamífero, una parrillada no tendría el mismo sabor.  Sería acercarnos vertiginosamente a una  realidad  distópica como la que se expone  en la serie “el planeta de los simios” más información aquí.


¿Qué tan real es el video?

El gorila en cuestión es una hembra de 45 años llamada koko, vive en california y es  de los gorilas que más ha despertado el interés del  mundo.



Fue criada desde que era una bebe  por una psicóloga   la doctora Francine Patterson,   quien la “adoptó” y cuido a causa de una enfermedad y de paso la utilizó como  participe de un proyecto sobre  lenguaje de animales  junto a otro gorila (ya muerto)  Experimento que  completa tres décadas (trabajar con estos animales es una vocación,  compromete toda la vida y  en el peor de los escenarios requiere sacrificarla,  como el caso de la primatologa Dian Fossey  asesinada por cazadores de gorilas en Ruanda en 1985) esta mujer se dio a la tarea de encontrar la forma para que  koko pudiese  comunicarse y expresarse tanto lingüísticamente como sentimentalmente. Durante  estos años  aprendió cerca de 1000 señas, de un lenguaje modificado para sordos y reconoce cerca de 2000 palabras en inglés, mucho más que muchas y muchos quinceañeros que conozco. Koko desarrolló la capacidad de entablar charlas mezclando distintos gestos, al parecer tiene conciencia de sí misma y tiene la capacidad de expresar abiertamente sus sentimientos; desde manerismo maternos, reírse de sus acciones (la risa que tanto odiaba el antagonista de “el nombre de la rosa”  que tan humanos nos hacía y que restaba divinidad al Señor Jesuscristo)


expresar tristeza, una empatía por los gatos  y sus dotes de artista. Según las malas lenguas su CI variaba entre 70 y 90, nada lejos del humano promedio, aunque creo que solo son argucias mediáticas, sobre el animal ha caído una montaña de sensiblería barata.  Está aun en debate si las acciones referentes al uso del lenguaje, (pues las otras no nos diferencian de los simios,  nos hacen  iguales) solo corresponde a mecanismos de respuestas condicionada  intensificadas por la “humanización” de la conducta del observador,  según esto,  koko sabe que determinado gesto implica una acción, y en el mejor de los casos una recompensa, y con base en ello puede armar palabras para satisfacer a su interlocutor.  Otros afirman que utiliza los gestos como un lenguaje verdadero, creando asociación de estos para expresar ideas.  Pensaría que es parte y parte, es un gran simio, lo cual le da un sustrato suficiente para desarrollar retos intelectuales básicos, pero también es un simio, y esto le limita ampliamente para desarrollar discursos estructurados.  Veamos por qué.

El primer y mayor obstáculo para que koko hable,  es que anatómicamente carece del órgano para hacerlo,  un simio es incapaz de hablar (que no implica que no se pueda comunicar) por el diseño de su aparato fonador.  No está dentro de su manual de instrucciones el habla, y eso es una gran limitante.  


El pensamiento avanzado requiere del lenguaje para desarrollarse, ya que este permite crear símbolos, sobre esos podemos abstraernos, relacionar conceptos y generar ideas.  Es un paso necesario, muchos pondrán el caso de los sordomudos, pero sobra decir que ellos solo carecen de un instrumento,  la base neuronal ya está formada por lo cual cualquier medio alterno, como las señas o gestos, suplirán a este;  los simios carecen de este elemento por lo cual la abstracción y generación de símbolos complejos es  difícil.   Por otro lado está el cerebro, el cerebro humano oscila entre los 1300 y  1500 gm,  el de los simios entre 300 y 500 gm.  El excedente de los humanos se enfatiza en la corteza,  y esta tiene una respetable parte destinada a la función del habla (área de  Broca y Wernicke) y actividad motora manual (el famoso homúnculo sensorial), 


parece que esto fue dado por el gen HAR1f  detectado  en las semanas séptima y novena de la gestación, en la parte del cerebro embrionario que da lugar a la corteza cerebral. Es un  gen que a grandes rasgos nos hace humanos, un gen presente en todos los seres vivos, que presenta una ínfima variabilidad entre muchos animales a pesar de los millones de años de separación evolutiva.  Hubo sólo dos diferencias entre las secuencias de 118 bases de la región HAR1 en el pollo y en el chimpancé;  entre el hombre y el chimpancé se encontraron 18 diferencias a pesar del  corto tiempo de separación evolutiva ( de uno 6 millones de años), por otro lado,  a diferencia de muchos animales que nacen con su cerebro relativamente  maduro,  razón por la cual son más independientes y fuertes al nacer, por razones evolutivas el hombre necesito nacer antes de tiempo, de lo contrario no cabría por el canal vaginal, de este modo un cerebro inmaduro quedó  expuesto a sensaciones y estímulos externos mayores, que a la vez crearon una mayor complejidad neuronal.

Koko no  dio el mensaje ecologista,  ese sería el mayor descubrimiento científico de los últimos siglos, solo fue una serie de tomas de la gorila  expresando deseos, luego se pegaron,  se editaron, se escribió el guion y se lanzó al internet,  un bonito y creativo mensaje, solo eso. 

Por otro lado, como me gustaría que koko se sentara a mi lado y me recriminara todo esto que he escrito.  Pero no creo que pase, tal vez en un futuro muy lejano un Cesar se levante y proclame los  derechos de los de su especie,  pero esto también es antropomorfizar mis sueños.  La inteligencia es algo innato del ser humano, un accidente evolutivo, tal vez koko no se refería a la tierra, se refería a esta última,  queda muy poco tiempo de inteligencia.



viernes, 22 de enero de 2016

TETRADA DIVINA parte 1. Osiris, dios de la muerte.



Atiborrado por la mercadotecnia religiosa,  en la soledad de la noche una frase que en viejas épocas recitaba llegó a mi mente, la voz del poeta retumbó en mi cabeza:

  “ayer, Jesús afinó mi guitarra y agudizó mis sentidos, me inspiró
 Papel y lápiz en mano, apunto la canción y me negué a escribir
 Porque hablar y escribir sobre Jesús es redundar, sería mejor actuar
 Luego, algo me dijo que la única forma de no redundar es decir la verdad
 Decir que Jesús es acción y movimiento, no cinco letras formando un nombre
 Decir que a Jesús le gusta que actuemos, no que hablemos
 Decir que Jesús es verbo no sustantivo”

Me salté el paso de la guitarra porque las cuerdas están rotas, el lápiz no lo encontré,  le pregunté a mi hijo y me trajo uno sin punta, el sacapuntas estaba perdido… “me negué a escribir”.   Luego repetí “sería mejor actuar”.  Abrí el portátil pero algo me dijo que hablar y escribir sobre Jesús es redundar y la única forma de no redundar es decir la verdad,  decir que Jesús es acción y movimie…. Un momento ¿Qué mierd…?  Maldito cáncer poético este el de Arjona,  después de escuchar dos o tres de sus canciones es posible terminar hablando como yoda,  además, aunque quería hablar sobre Jesús, lo último que deseaba era que algo agudizara mis sentidos y me hiciera recitar frases tipo Chopra o el padre Lineros.   Comprendí que para hablar de Jesús antes  había que hablar de algo más. 



Afine el teclado, desempolve tres libros, y se me ocurrió una tétrada, una tétrada divina,  que al mejor estilo de “festival de robots” serie animada ochentera (más información aquí) serviría de preámbulo para cualquier comentario sobre el redentor  de la humanidad.  Por lo tanto  y sin más preámbulos, vamos de lleno con nuestro primer dios.




Después de Ra, Osiris es el principal dios del panteón egipcio.   La cosmogonía egipcia como toda religión, nace de la concepción y relación de la naturaleza con el ser humano, probablemente partiendo de un animismo y fetichismo primitivo, después,  la exaltación de fenómenos naturales, animales o personajes locales  importantes  para luego formar un sincretismo con la organización política y social, más tarde,  el mismo poder del estado sería quien reorganizaría el concepto de divinidad y sus personalidades.  

Sin profundizar mucho en el tema, diremos que el culto de Osiris  se fue estructurando entre el 3000 y el 2500 AC  ascendiendo paulatinamente de ser un dios agrario local al dios funerario y de la fertilidad dominante  del reino.  Por la propia dinámica del ideario religioso egipcio, es usual que con los años los atributos de los dioses primigenios o locales se mezclen entre sí creando superposición de historias y caracteres, y en el mejor de los casos nuevas personalidades celestes.



En el principio estaba Ra dios del cielo, dios del sol y padre de los dioses, el cual  al enterarse del amor incestuoso (pero no raro) de la diosa Nut (el cielo) y el dios Get (la tierra)  y por ende de su inevitable  embarazo, le  lanza una maldición: 

“Así nunca Nut pueda dar a luz niño alguno ni en el transcurso del mes ni en el transcurso del año”. 

Ante esto Get  pide ayuda a  Thot señor de la sabiduría, con el cual Nut también había tenido sus amoríos, este se ingenia un plan para  escapar de la sentencia del dios padre. Busca a la luna y la reta a una partida de un  juego de mesa, ella acepta con tan mala suerte que pierde, el premio es 1/72 parte de su luminosidad diaria, razón por la cual pierde parte de su brillo imposibilitándose el  ser tan brillante como el sol,  con estos “momentos de luz extra”   Thot fabricará cinco días más, distintos de los 30 días de cada uno de los doce meses;  Dejándolos  al final del año, días en los que el poder de Ra no tiene efecto.



Ya libre Nut del mandato celeste da a luz en el primer día a Osiris el bondadoso, el segundo día nacerá Horus (el viejo), el tercero  Set el malvado,  antes de tiempo  y rasgando un costado de su madre, el cuarto Isis y el quinto Neftis quien sera la esposa de Set.  En este punto ya las cosa se complican, especialmente en lo referente  a  Horus, en unos relatos este es hijo de Isis y Osiris, en otros es hermano, pero en el mejor de los casos es las dos cosas, hijo y hermano de ambos. Según algunos,  el amor entre Osiris e Isis era tal que aun estando en el vientre de su madre se unieron y de esta unión nació Horus, en este caso llamado Horus el viejo.   Pero sigamos.


Después de nacer, Osiris se casa con Isis y con los años es declarado rey de Egipto.  En aquellas épocas la tierra estaba repleta de humanos salvajes y primitivos,  Osiris fue el dios civilizador por excelencia, el primer gran faraón, quien enseñó la agricultura, el arte de la fabricación del vino, quien instauro la ley y el culto adecuado a los dioses.   Una vez terminó su labor edificadora en  Egipto,  dejó  el reino a cargo de su esposa y viajó a tierras remotas a continuar su labor, mientras, Set el malvado, ya urdía sus planes para deshacerse de su hermano y tomar el poder del reino. 



Al parecer su odio se remontaba a un curioso episodio en el vientre materno, cuando Osiris con o sin intención  le da una patada… de allí la frase “es que no aguanta ni una patada”,  otros dicen que estaba harto de su poder, que consideraba injusta su elección como faraón, título que según sus cuentas le correspondía a él, en resumidas cuentas, lo carcomía la envidia.   


De modo que con 72 conspiradores ejecutó  su plan; en forma secreta  adquirió las medidas exactas de Osiris y con base en ellas construyó un cofre ricamente decorado con oro, piedras preciosas y dibujos, luego, cuando Osiris regresó  a su reino,  celebró  un gran banquete de bienvenida.  Al estar todos  algo pasados de copas, dijo que  regalaría el precioso cofre a quien  encajara perfectamente en él, todos los invitados pasaron por allí pero ninguno amoldaba su forma al cofre,   cuando fue  el turno a Osiris (con una ingenuidad fraternal)   entró y vio que era preciso para su cuerpo, maravillado dijo: “¡encajo! y será mío para siempre” a lo que Set respondió “tuyo es hermano, y de hecho será para siempre”.  Cerró la tapa del cofre, la clavó ayudado  por sus secuaces,  lo cubrió de plomo fundido y luego fue arrojado al Nilo,   Osiris moriría dentro y se convertiría en el rey del inframundo.


Isis al enterarse de lo ocurrido, cortó su cabello, rasgó sus vestiduras y fue en busca de su esposo con el fin de darle sepultura acorde al estatus de un faraón.   Recorrió el mundo por días y días sin resultado, hasta que unos niños en la rivera de un rio le  indicaron que por uno de los brazos del Nilo  habían visto pasar el cofre rumbo al mar.  En el camino vio flores de meliloto, consagradas a Osiris,  y esto  la alegró pues indicaba que iba por el camino adecuado.  Finalmente llegó al puerto de Byblos donde se hizo pasar como una  mujer solitaria y triste, que en la playa y como medio de distracción, realizaba peinados y perfumaba  a las doncellas del palacio, la reina al ver la  perfección su obra, solicita su presencia  y pone  a su  cuidado  a su hijo menor, débil y enfermo. 

¿Y qué paso con el cofre?  Encalló en una de las costas  de la ciudad de Byblos,  quedando atrapado en  un tamarindo, el cual poco a poco lo fue integrando en su tronco  hasta quedar convertido en un fuerte y majestuoso árbol.  El rey al pasar por allí y ver este árbol decide cortarlo y llevarlo para que le sirviese de columna principal al  techo de su palacio.

Regresando con Isis, esta aceptó el trabajo encargado por la reina, asegurando que haría de aquel niño un hombre fuerte y poderoso, pero para lograrlo lo tendría que hacer a su modo y sin la intromisión de nadie. La madre acepta  y entrega el niño a la diosa.  Isis no le da  de comer, simplemente le deja chupar un dedo de su mano, lo cual es suficiente para que el niño se recupere y crezca  saludable.  Isis se  encariña del niño  y opta por convertirlo en inmortal; todas  las noches amontonaba algunos troncos,  les prendía fuego y  arrojaba al niño sobre ellos con el fin de quemar sus partes mortales y dejar solo su cuerpo inmortal.  La madre asombrada por la rápida mejoría de su hijo y por el misterio que encerraba aquella mujer, decide una de las noches espiarla, pero  al ver como el  niño era lanzado al fuego grita  y se lo arrebata de las manos a Isis, ante lo cual la diosa no tiene otra opción que develar su identidad.  Todos quedan atónitos,  y piden sus favores, ella simplemente quiere la columna de madera que había en el palacio, el rey la entrega. Isis abre el tronco y encuentra el preciado cofre, lo toma y devuelve el tronco al palacio, iniciando nuevamente  su viaje de regreso,  esta vez acompañada de uno de los hijos del rey (no se especifica cual, probablemente aquel que casi fue inmortal).  Durante el viaje y cuando la diosa confirma que está sola, destapa el cofre y besa a su esposo muerto, pero es interrumpida por el niño que se había despertado a observar lo que pasaba, Isis lanza una mirada  con tanta furia al niño por este acto de impertinencia que en el acto produce su muerte.



Finalmente llegaron a casa, Isis esconde el cofre en un bosque y parte en busca de su hijo Horus,  el  cual había dejado al cuidado de un hombre lejos de las manos de Set,  pero corrió con la  mala suerte que este justamente estaba cazando por esos lugares y descubre el cuerpo, entró en cólera y descuartizo el cuerpo en catorce partes,   las cuales dispersó a lo largo del Nilo para que fueran devoradas por los peces y los cocodrilos.   A su regreso  y al ver lo sucedido Isis nuevamente inicia la búsqueda de su esposo, deambulando por el Nilo en una balsa de papiro apoyada  por  su hermana Neftis,  quien le  obsequia siete escorpiones que la custodiaran.  Una a una fue encontrando las partes de su esposo, las cuales no habían sido tocadas por los cocodrilos conscientes de su divinidad, y en cada sitio en el cual hacia un hallazgo allí se erigía un santuario con la figura de la parte recuperada para que le rindiesen culto.  La única parte del cuerpo que no pudo ser recuperada fue el pene que había sido devorado por unos peces.   De  regreso a su palacio, con sus artes mágicas  diseña un nuevo falo  y con la ayuda de Anubis (hijo de una aventura entre Neftis y Osiris,  y  a quien Isis había rescatado, alimentado y cuidado luego que su hermana lo escondiera al darlo a luz temerosa que Set lo matara, convirtiéndose de este modo en el fiel compañero de Isis) maestro del embalsamiento,  convierten el cuerpo descuartizado en la primera momia,  


Osiris resucita y en este estado post mortem vital se une con Isis y de esta unión engendra a Horus (el joven) luego Isis se esconde en los pantanos donde  da a luz y entrega el niño al dios Toth para que este lo eduque y prepare para el encuentro con Set y su reivindicación en el trono arrebatado. Al parecer después de esto, el cuerpo de Osiris es escondido  en un lugar donde nadie pudiese  encontrarlo.

Al crecer Horus desafiará a su tío Set, luchará contra él y en esta lucha perderá uno de sus ojos “el ojo de Horus” obsequiado posteriormente a su padre, pero también logrará cortarle los testículos a su contrincante y desterrarlo del reino, reivindicándose como el heredero del faraón Osiris.


Osiris no pudo regresar al reino de los vivos, continuó su reinado en el inframundo,  se convirtió en el rey de los muertos, el dios funerario supremo, aquel que juzga a todos en el más allá;  él fue la primera momia, el primer faraón, el dios civilizador, el señor de piel oscura o verde, como la tierra o como la muerte.

Como aclaración, existen diversas versiones de la historia, dependiendo de la fuente que las narre; unas cosas dicen las fuentes griegas,  otras las egipcias, unas cosas se dicen en determinada dinastía,  otras cosas se dicen en otra dinastía; hay que recalcar que son cerca de 3000 años de  historia del pueblo egipcio desde sus inicios hasta su caída.  Y en 3000 mil años una historia puede cambiar.  Las mayores variaciones radican en la paternidad de los hijos de Nut;  para algunos los cuatro o cinco son hijos de Get (la tierra) para otros están divididos entre Get, Ra y  Thot.  Para algunos son solo cuatro los dioses que nacen (Osiris, Isis, Set y Neftis) para otros son cinco (con Horus)  aquí es donde se arma el meollo.  Horus es el dios más complejo del panteón egipcio,  recordemos que cada dios es una representación de una fuerza natural, sus variaciones son el carácter de dicha divinidad y sus ciclos son sus historias de vida,  Horus  en alguna de sus acepciones es el sol naciente, en otras ya es el sol pletórico.  Existen dos variantes,  Horus el viejo o el grande,  que nace de Nut junto a Osiris, Isis, Set y Neftis, pero que a la vez es hijo de la unión in útero de Osiris e Isis (hijo y hermano a la vez) y es quien derrotará a Set, este es el mismo Horus que Isis dejará en la isla de Buto,  cuando inicia la primera búsqueda de su esposo difunto escapando del poder de su hermano, aunque aquí curiosamente se interponen las dos versiones, la del Horus viejo nacido de Nut y la del Horus niño hijo de Isis (aun no nacido),  al parecer  y según algunas versiones,  este  Horus  se enfrentará una primera vez con Set y perderá la vida.  Luego de la reconstrucción y resurrección del cuerpo de Osiris, Isis quedara embarazada  y parirá a Horus el niño,  la nueva versión de Horus el viejo, que se convertirá en este nuevamente, luego de  crecer y adquirir el conocimiento del dios Toth  y quien vencerá finalmente a Set.



 Osiris es aquel que nos aguarda cuando abandonemos esta vida y nuestro corazón sea pesado en la balanza de Anubis, es quien decidirá si nos depara la dicha o el fin definitivo en las fauces del monstruo Ammyt, la devoradora de muertos.


 “¡Salve, dios grande, Señor de la Verdad y de la Justicia, Amo poderoso: heme aquí llegado ante ti!
¡Déjame pues contemplar tu radiante hermosura!
Conozco tu Nombre mágico y los de las cuarenta y dos divinidades que te rodean en la vasta Sala de la Verdad y Justicia, el día en que se hace la cuenta de los pecados ante Osiris; la sangre de los pecadores, lo sé también, las sirve de alimento.
Tu Nombre es: “El Señor del Orden del Universo cuyos dos Ojos son las dos diosas hermanas”.
He aquí que yo traigo en mi Corazón la Verdad y la Justicia, pues he arrancado de él todo el Mal.
No he causado sufrimiento a los hombres.
No he empleado la violencia con mis parientes.
No he sustituido la Injusticia a la Justicia.
No he frecuentado a los malos.
No he cometido crímenes.
No he hecho trabajar en mi provecho con exceso.
No he intrigado por ambición.
No he maltratado a mis servidores.
No he blasfemado de los dioses.
No he privado al indigente de su subsistencia.
No he cometido actos execrados por los dioses.
No he permitido que un servidor fuese maltratado por su amo.
No he hecho sufrir a otro.
No he provocado el hambre.
No he hecho llorar a los hombres, mis semejantes.
No he matado ni ordenado matar.
No he provocado enfermedades entre los hombres.
No he sustraído las ofrendas de los templos.
No he robado los panes de los dioses.
No me he apoderado de las ofrendas destinadas a los Espíritus santificados.
No he cometido acciones vergonzosas en el recinto sacrosanto de los templos.
No he disminuido la porción de las ofrendas.
No he tratado de aumentar mis dominios empleando medios ilícitos, ni de usurpar los campos de otro.
No he manipulado los pesos de la balanza ni su astil.
No he quitado la leche de la boca del niño.
No me he apoderado del ganado en los prados.
No he cogido con lazo las aves destinadas a los dioses.
No he pescado peces con cadáveres de peces.
No he obstruido las aguas cuando debían correr.
No he deshecho las presas puestas al paso de las aguas corrientes.
No he apagado la llama de un fuego que debía de arder.
No he violado las reglas de las ofrendas de carne.
No me he apoderado del ganado perteneciente a los templos de los dioses.
No he impedido a un dios el manifestarse.
¡Soy puro! ¡Soy puro! ¡Soy puro! …”


(Confesión negativa – el libro de los muertos-.  Plegaria del difunto ante Osiris en el momento del juicio de los muertos)