latecleadera

viernes, 20 de junio de 2014

Orgullosamente opita



Hace muchos años, mi bisabuela,  mujer de sangre indígena y carácter austero, víctima de una enfermedad tuvo que ser trasladada de su rancho en el campo  a mi casa en espera de recuperación, nunca lo logro, los años cobraron factura y meses después moriría.  Pero antes que cayera en la locura senil pre mortem, que suele acompañar a todos los que se acercan a la centuria, en dos o tres palabras dejo claro lo que pensaba de las fiestas sampedrinas.  Era un 24 de junio, día de san juan (en algunas poblaciones del Huila este día es  igual o más importante que el mismo san pedro)  mi tía abuela, con quien yo vivía, había preparado un exquisito pollo, acompañado de asado huilense, insulso y  chicha de maíz;  cabe anotar que por aquellas épocas el pollo era el plato de honor, se servía solo en ocasiones especiales  y dependiendo del evento era su presentación: sancocho para paseos o como señal de gratitud y respeto ante la presencia de algún personaje importante como curas y políticos.  Arroz con pollo para matrimonios, quince años, primeras comuniones o grados. (Aun en estos días ultramodernos, no falta el gracioso que en cualquier fiesta aparece con su platico de arroz con pollo adornado con una gota inmensa de salsa de tomate fruko, dos tajaditas de pan bimbo y jugo de naranja tang).  Con cuidado llevamos a la anciana al comedor, cubierta con chales y mantas  para protegerla de los vientos impetuosos que suelen llegar en esas fechas, y  con alegría se le puso el plato al frente. Ella acostumbrada a la sopa de bando, la carne cocida, el arroz simple y la yuca, pregunto:
- ¿y esto?
 Mi tía con una sonrisa le contesto
– es el almuerzo de san juan mamita.
La vieja miro el plato meditabunda, hizo una mueca de desaprobación con su boca arrugada y dijo:
 – jumm, buen primor
Y empezó a comer en silencio.

Tiempo después entendí el porqué de su expresión.  Según narraban los viejos, en sus épocas mozas las fiestas de san juan y san pedro en el Huila eran cosa seria, ante todo, eran fiestas de campos y pueblos, con bastantes días de antelación preparaban todas la viandas y bizcochos, enterraban la chicha y el guarapo para que estuviese a punto, engordaban los marranitos que no iban a disfrutar para nada esos días, tejían los sombreros de pindo (accesorio obligatorio para los hombres) afinaban las cuerdas de los tiples y guitarras, apretaban el cuero de las tamboras y la  puerca y  me imagino, preparaban el discurso para conquistar a la futura abuela.   Cuando llegaban los días, era la francachela y la comilona (pero todo con mucha decencia dicen los viejos) los abuelos que en ese entonces eran mozos, ahítos de aguardiente fabricado en alambiques clandestinos, la barriga llena ya que al mejor estilo de un utópico país comunista,  la comida de todas las casas era la comida de   todos. Bailando bambucos y pasillos hasta acabar las alpargatas de cuero, montando los caballos carga leñas y alazanes  del diario trabajar en cabalgatas ostentosas, desenfundando ocasionalmente las peinillas para ver quién era el más machito y haciendo caso omiso a las imprecaciones del cura en el pulpito.   De las resacas de estos parroquianos nacerían historias de espantos y diablos, justicieros morales que darían su merecido castigo a estos  degenerados del carajo y que terminarían siendo los cuentos de terror de las próximas generaciones. 

De la forma como dio a entender mi bisabuela aquel día, el almuerzo y la algarabía incipiente en las calles del pueblo solo eran la sombra del Woodstock  de sus épocas mozas, ¿que rememoraría la vieja en aquel momento? Me cuesta imaginarlo, y por respeto a su memoria prefiero no hacerlo. 

A mí el san pedro me alcanzo  con las benditas reinas incluidas, pero por suerte no eran lo más importante. Era usual ver el pueblo inundado (literalmente) de vendedores ambulantes a los cuales se les compraba la muda de ropa para las fiestas, eso si luego de un largo regateo. Las calles principales intransitables por los caballos briosos y sus jinetes beodos, voladores tronando sobre mi cabeza y una banda de viento armando la parranda en el parque principal. Vi muy a  mi pesar, aquel juego macabro de la descabezadura de gallos. El ritual de la matanza de marranos era algo de locos, en vísperas de san pedro, poco después de la media noche, el pueblo se despertaba por los chillidos de los animalitos, algo aterrador, pero que sepa, no dejo traumado a nadie.  Luego al amanecer el olor a carne asada inundaba todas las casas.  La preparación de la comida  era todo un evento social y familiar, allí, en las casas viejas y grandes, los hermanos dispersos por el mundo se volvían a reunir, ya se pueden imaginar la algarabía de diez  o más hermanos con sus esposas e hijos, riendo y tomando licor, adobando la carne y metiéndola al horno de barro, espantando los perros golosos,  dejando a los niños corretear por todos lados y a los más grandecitos acolitándoles  sus primeras escapadas al mundo cruel del romance. En las noches Los entablados populares con orquestas  famosas y de medio pelo, plan de cacería buscando la victima lo suficientemente ebria para acceder a peticiones non sanctas, los borrachitos de siempre formando pleitos y los dos o tres heridos por puñal o machete que le daban ese toque picante a las festividad.  El día principal  era la coronación de las reinas de san juanero, donde lo que importaba era el baile y nada más, las preguntas ya se sabían y las respuestas también: ¿a quién admira? ¿Qué es lo que más le gusta hacer? ¿Cuál es su personaje favorito?  Las respuestas variaban entre el papa Juan Pablo segundo, la madre Teresa de Calcuta, dios, mi papa y mi mama, Jesucristo, Gabriel García Márquez y la más culta Simón Bolívar.  Todas sin excepción gustaban de la lectura y de pintar. Al final ganaba cualquiera por los motivos que fuera, y siempre, siempre, se habían robado la corona, ocasionalmente había cruce de palabrotas entre comadres y vecinas pero de ahí no pasaba a más.  Cuando todo se acababa, un lunes, era la despedida de los tíos y los primos, el desenhuese de las conquistas de las noches previas, las confesiones de las puritanas que habían pecado más de la cuenta, las largas jornadas de trabajo para reponer lo que se había gastado y el anhelo de que llegase pronto el nuevo junio.



Hoy algunas cosas han cambiado; nos inundan los sombreros vueltiaos, el vallenato de la nueva ola (que ya debe ser vieja) y el reguetón, aunque grupos culturales de una manera sorprendente están logrando devolver el estatus original a los bambucos y rajaleñas.  Los desfiles presumen ser malas copias de los de Barranquilla y  Pasto.  el reinado roba todo, asfixia, condiciona y limita, el sanjuanero pierde su encanto y se transforma en una melodía insoportable de tanto escuchar (después de una jornada  de elección donde se toca y se baila en más de 50 oportunidades ya es intolerable) y lo peor es que solo existe el sanjuanero de Anselmo Duran, todo lo demás desaparece, todos los otros bambucos se aminoran, el tradicional en ocasiones pasa a ser una mofa.  El oficial tan pulcro, tan estilizado, tan de la elite ya ni se baila, se camina;  poco se de baile, pero en la escuela lo poco que me enseñaron o que quise aprender era una paso alegre y elegante, el conocido bambuqueo, una extraña mezcla de saltos y volteretas que nunca aprendí, pero que me fascinaba, hoy solo se ve algo caminado, algo raro, algo más que aquellas señoras y señores de alta alcurnia también desean acabar, como quieren acabar nuestro dejo característico, que para algunos pasa a ser vergonzoso (no conozco al primer paisa o costeño que se avergüence de su acento)en aras de modernizar las fiestas de san juan y san pedro, de convertirlas en émulos deformes de reinados de belleza, de centro nacional e internacional de la farándula, de volverla la fiesta y el festival de los festivales, solo queda un hibrido simplón de todo y de nada, una fiesta  más de pueblo ¿será porque precisamente eso es lo que es? la fiesta del pueblo opita, la que no necesita de reinas insulsas ni festivales estruendosos. Somos descendientes de los bravos yalcones, andakies, paeces, tamas y pijaos, hijos de españoles rudos de mente pastoril, el recuerdo vivo de generaciones de campesinos curtidos bajo el sol ardiente del valle del magdalena. Si alguien quiere desfiles soberbios, reinas de belleza artificial y grandes artistas bien puede ir a cualquier parte de Colombia a disfrutar de ello, aquí lo que tenemos es asado y mistela, bambucos y rajaleñas, opitas a mucho honor celebrando la memoria de nuestros antepasados.


Anoche, viendo por la tv uno de los tantos desfiles y cabalgatas, torcí la jeta  al mejor estilo opita y con el típico acento cantadito que nos caracteriza, dije:

-jumm, buen primor.


lunes, 16 de junio de 2014

Voto a inconciencia.


Hoy por hoy con todo esto de las elecciones presidenciales  y las segundas vueltas (¿nos hicieron la vuelta dos veces??) y las próximas elecciones de gobernadores y alcaldes, y las elecciones que ya  tenemos encima de las candidatas del bambuco en el Huila, la mora en Mesitas Cundinamarca y la ruana en Nobsa Boyacá. Quise por pura y sucia curiosidad consultar a ciencia cierta qué era eso de la política  de la que tanto hablábamos.  Como era de esperarse en estos tiempos tormentosos, consulte en la Wikipedia y que curioso lo que encontré:

“es una rama de la moral que se ocupa de la actividad, en virtud de la cual una sociedad libre, compuesta por hombres libres, resuelve los problemas que le plantea su convivencia colectiva.”

Cada día se aprenden cosas nuevas y en mis treinta y tantos años aun creía que la política era la ciencia y el arte de robar descarada, pero decentemente. Y mira que no, que estaba equivocado, que era toda una rama de la moral;  me imagino que como ahora hay segundas vueltas y cada nada hay comicios electorales y todo aquello, debe ser muy repetitiva la cosa, entonces podríamos considerarla algo así como una rama de la doble moral.

Siendo así la cosa, me monte en el carro y me fui a cumplir con el sagrado derecho del voto. durante cerca de dos horas recorrí la carretera llena de huecos y resaltos, que administraciones de políticos anteriores (personas dedicadas a la política, esa que es rama de la moral) habían dejado en el olvido,  y mientras esquivaba cráteres, lagartijas suicidas y escuchaba soda stereo en la radio, pensaba ¿y por quien se supone que voy a votar? Por un lado estaba el presidente santos, el que si le cae harina en la cara quedaría como el payaso asesino de la cosa. El mismo que había dicho “ese paro agrario no existe” y ya lleva en la cuenta como dos (que recuerde), el que por primera vez hizo marchar hombro a hombro a médicos especialistas y auxiliares de enfermería ante las amenazas de una reforma y deforma en la salud, el que les devolvió la primita de 8 millones a los congresistas, al que si se descuida le meten una cosa toda rara llamada reforma a la justicia, el que se orino en los pantalones y se cayó de la bicicleta, el que permitió la continuación de la explotación petrolera en las cuencas de los ríos y la construcción de represas a cualquier precio en estas tierras opitas, el que casi nos manda a darnos en la jeta con los venezolanos cuando estaba de amigo con el patrón Uribe. Y por el otro lado estaba Zuluaga, un man que hasta hace pocos meses no sabía que existía, pero que luego, según comentaron algunos, si existía, pues fue por sus gracias que  nos jodieron lo de las horas extras y recargos nocturnos, pero luego salió siendo el pupilo del patrón Uribe, su emulo, pues hablaba como él, se expresaba como el, pensaba como él, salía en los afiches de campaña con él, y era como el pero sin ser él.  Pero como la cosa era con Zuluaga y no con Uribe, omití todo lo del patrón (que si es bien largo) y me centre en osquitar.  Solo llego a mi mente lo que la gran mayoría de los colombianos sabíamos: que la señora loca de las naranjas si votaría a todo corazón por Zuluaga pero la abuelita de la miscelania no,  bien podía su sobrina ir a comer mierda (ver nota “colombianos orgullosamente groseros”)
de modo que mis dos referentes electorales me dejaban en las mismas.  Luego me acorde del proceso de paz, al cual santos se aferraba y Zuluaga decía que si pero que luego no, pero después como que si. Lo que me gusta del proceso, que por fin se abre una puerta para la paz, y lo que no me gusta, que a las farc nadie les cree. De modo que las promesas de paz de ambos candidatos me sonaban a castillos en el aire, lo único seria preguntarle al  guerrillero que está en la montaña, que opina  de todo esto, pues a final de cuentas él es el que me va a joder la vida si se le da la gana, los de la Habana no.

Llegue al puesto de votación nervioso, sudando frio y con cólicos abdominales, ¿por quién voto? Si tan solo estuviese Nairo o Pekerman en el tarjetón, por mi diosito que les tacharía la cara con una X. pero no, solo estaban estos dos vergajos como decía mi abuela, y eso era como escoger entre un machucón de huevas o levantarse una uña con una astilla.  Dios mío ayúdame, animas benditas del purgatorio ilumínenme. De pronto cual epifanía democrática llego a mi mente la frase de un compañero de trabajo.  “por mi fuera no votaría por ninguno de esos hp (honorables políticos) pero si santos pierde, mi hermana se queda sin trabajo”  así que para evitar desgracias en aquella familia, decidí votar por santos, y justamente cuando tenía el marcador en mi mano, vi la cara que le acompañaba, me acorde  que este bellaco era el que casi nos jode a los que no la pasamos bajando porquerías de la internet con eso de la ley lleras.  Y ante la confusión, le dibuje dos ojitos y una boquita triste al blanco y le puse la X encima.

Por suerte el jueves juega de nuevo Colombia, y si dios quiere ganaremos y todo será mejor.



viernes, 13 de junio de 2014

Superman tan real como usted y yo



Hace muchos años tuve una acalorada discusión con algunos de mis compañeros de escuela  frente a los muros del hospital, donde jugábamos a los pistoleros y ladrones.  Entramos en franco debate y formamos dos grupos; en una esquina esta yo (el burro por delante dicen los viejitos) David y Wilson y en la otra esquina estaban Kiko, Dilmer y Abelardo; los seis, versados académicos de 7 u 8 años. ¿La manzana de la discordia? Un tema trascendental, de importancia vital, prioritario ¿existía Superman? Mi grupo era pro superhéroe y el otro vulgares negacionistas. ¿Cuantos minutos u horas permanecimos allí exponiendo puntos de vista, citando textos filosóficos y pensadores del renacimiento, postulando teorías y encontrando fallas lógicas y falacias en lo que se decía? no lo recuerdo, lo que si recuerdo es que en algún momento del debate vi en los ojos de Wilson (QEPD) cierto atisbo de duda.  David cual pastor  en domingo de evangelización fue fiel hasta los tuétanos. Yo como principal defensor de la existencia del hombre de acero, no podía darme el lujo de permitir que uno de mis adeptos se cambiara de bando como vil político de provincia. En silencio me encomendé al espíritu santo y a las animas benditas (que siempre ayudaban a mi  tía cuando algo se le perdía) y por si hacia falta, también invoque en silencio el poder de Grayskull.  Como era de esperarse, los poderes sobrenaturales nunca dejan pasar la suplica de un niño, vino a mi mente la prueba reina que derrumbaría todos los argumentos de mis opositores, algo tangible, veraz, irrefutable,  y lo mejor, estaba justo en la mesa de la sala de mi casa.  Dije “tay” (no se de donde viene la palabrita, si es de origen quechua, hebreo o celta, pero en mis tierras cuando un niño quiere parar un juego grita a todo pulmón “tay tay” y todos dan un receso) Salí corriendo a mi casa y regresé a los pocos segundos con algo en la mano.  Era un libro (bueno en realidad una revista, pero en el contexto del debate era como un libro) donde quedaba demostrada la existencia de Superman.  Con ceremonialidad busque la página reveladora... y allí, a todo color, estaba el hombre de azul y rojo volando sobre la ciudad de Metrópolis con su mirada fija en un horizonte de peligro. Pero eso no era todo, también reseñaba la actividad que estaba a punto de realizar:  proteger el mundo de las fuerzas oscuras del capitán Zod y sus secuaces, y  para rematar  daba la hora, fecha y canal donde se  documentaría tan prodigiosa hazaña.  

El nombre del libro en cuestión – revista TV guía-.  


Un oscuro silencio embargó a kiko, Abelardo y Dilmer; no tenían nada que decir, si algo salía en los diarios era verdad y punto.  Con el rabo entre las piernas aceptaron que Superman existía, que venía de kriptón, que tenía visión de rayos X, volaba por los cielos, con su súper fuerza nos protegería de todo mal,  perdonaría nuestras culpas y nos acompañaría  en la televisión. Amen.



Ahora,  con unos años encima, debo decir que Superman me causa sentimientos encontrados, primero porque el tipo es uno de esos moralistas, republicano, alienado del carajo  al que nadie le puede hacer nada ni le puede decir nada ya que tienen todos esos superpoderes que lo vuelven invulnerable a todo.  Segundo, porque es de esos superhéroes que se acomodan a todo, algo así como un senador o congresista, siempre del lado del estado, uno pensaría que tiene acciones en alguna EPS o amarrado algún contrato de carreteras.  Tercero, porque un tipo que anda en calzoncillos rojos, con una pijama azul ajustada y un mantel en su espalda es un tipo raro…muy raro.   Pero por otro lado, no me puedo perder ninguna de sus películas ochenteras:  Superman I  y II dos películas tan malas que de lo mismo malas son buenas, la III tiene una escena bárbara que es cuando una maquina atrapa una mujer y la robotiza.


sin contar con el dilema existencial que se formula al existir en un mismo lugar un Superman bueno y uno malo,  la IV hasta hace unos meses no sabia que existía.  De  “Superman retorna” lo mejor es no hablar y la ultima “Superman el hombre de acero” fue buena, aunque creo que estimuló mas la mente calenturienta de unas cuantas mujeres y a los hombres de a pie, los que no tenemos superpoderes pero si una superbarriga nos dejó como un zapato. 

Sin quererlo mi cerebro fue y sigue bombardeado por la creación de Jerry Siegel y Joe Shuster, desde las épocas del hombre calvo en los años 30, el hombre rudo de los 40, el pacifista de los 60, el culebrón que luego se inventaron con las tierras paralelas y los multiuniversos, el cuasi metrosexual Superboy ochentero, el ufológico Clark Kent de smallville, la superchica (superbuena) el súper perro, la liga de la justicia y la súper muerte a manos de Doomsday y su resurrección posterior.


Es innegable, Superman existe, Nietzsche puede descansar en paz. Lo tenemos en todos lados.

domingo, 8 de junio de 2014

Colombianos orgullosamente groseros (no apto para puristas, niños y mujeres embarazadas)



Hoy sin querer, se me escapó de las manos una de las puertas de la casa y terminó aplastando uno de mis dedos;  la palabrota salió de mi alma, de lo más profundo de mi ser y mejor que un gramo de acetaminofén (el que tanto critica la gente) alivió mi dolor.

En este mundo de eufemismos el lenguaje vulgar es apelativo de anatema, pero curiosamente solo lo es en los medios de comunicación, allí la palabrota es innombrable, en los escritos el insulto de la plebe es intolerable.  En la vida diaria, en la charla cotidiana es el complemento perfecto para todo, sirve de saludo, de despedida, confirma lazos de amistad y en  último caso crea un pronombre más.

¿por qué son  tan detestadas? ¿Qué grupo financia esa cruzada anti palabrotas? uno de los grandes enigmas de la humanidad.

Las hay de muchas formas y colores, largas y cortas, con  mayúsculas y minúsculas, agudas y graves, nacionales y extranjeras.  Y son estas últimas las que como en todo este ambiente de globalización, también tratan de entrar en nuestra mente y usurpar el espacio de nuestras castizas amigas.

Crecí viendo películas y programas de tv donde las expresiones que bien podrían ser de insulto y ofensa, eran el pan de todos los días. Pero eran palabrotas raras.  Robín decía a Batman: -¡santos frijoles saltarines batman!- o –rediantres batman-.  No faltaban los ¡caspitas! o ¡recorcholis!  Otro superhéroe decía:  ¡chanfle!  Y en películas como Rambo, rendir no retroceder para tras nunca jamas  I,II,III, IV, V, VI , en el furor de la batalla, en el peor momento de la tortura (cuando la cámara no enfoca lo que se supone están aplastando) o en el momento final de la gran venganza salen a relucir palabras como:  ¡malditos, lo pagaran!  ¡Miserable muere!  ¡Imbécil ten tu merecido!.  Luego, con los años se permitieron unas más subiditas de tono como malnacido,  infame,  perra  o bastardo y finalmente al desaparecer la censura,  escuchar a diestra y siniestra la concha de tu madre, chingados del demonio, jodete , bitch, shit y la archiconocida fuck you en todas sus formas y presentaciones.


Somos conocidos por muchas cosas, por ejemplo por ser el país más feliz del mundo, el de las mujeres más bellas (aunque noticias que circulan por internet sobre solteronas serbias y ucranianas pondrían en entredicho esto) el  país del café, las esmeraldas, las flores y la cocaína, el país con el segundo mejor himno nacional, con las  mejores virreinas, con la mayor cantidad de reinados, hasta hace pocos días teníamos a gabo, ahora nos queda Shakira, Nairo  y la selección de futbol. Somos el país con el primer puesto en patinaje, tejo y rana y tenemos las capitales mundiales de la salsa, el vallenato y el bambuco. Podríamos nombrar también que ocupamos un tercer puesto en biodiversidad y el segundo en especies de aves (los lagartos, ratas, chulos, víboras y micos del gremio político han aportado  un buen porcentaje en esto).  Y ahora, podría decir sin sostenérselo a nadie, que somos el país con el mayor y el mejor uso de palabrotas del planeta. (Los mexicanos dirán que es México, los españoles que España y los Suazilandeses dirán que es Suazilandia)


Curiosamente la gran mayoría de los insultos radican todo su poder en su clara connotación sexual. Aunque también existen insultos de tipo intelectual como tonto y bobo pero estos peligrosamente se pueden transformar en frases de cariño en boca de chicas románticas,  como “mi bobito lindo” o “que tontito eres, yo te quiero” (quién no recuerda la canción tonto de Miriam Hernández) también están los estúpidos y ridículos que son improperios que lanzan mujeres iracundas cuando se les dicen piropos subidos de tono o académicos y eruditos cuando refutan argumentos de imbéciles.

Los insultos de verdad, la palabrota, el madrazo, la frase que se esconde con un pitido en cualquier parte, es el que sale del alma, el espontaneo, el que busca cumplir su cometido primigenio, insultar y maldecir, pongamos ejemplos:

-MIERDA: producto de desecho del metabolismo humano (el migajón o el popo de perro no cuentan) esta se puede dar de comer, se puede acumular en cerros y ubicar un marco espacio-temporal especifico (vaya como mierda, cómase un cerro de mierda o váyase para la mierda).

-GÜEVON o su variante GÜEVA:  una deformación de la palabra hueva que vendría siendo el femenino de huevo, que vendría siendo una analogía de testículo. ¿Por qué es una ofensa? Ni idea, esa glandulita sí que es importante para  los hombres (curiosamente las mujeres también la utilizan, me imagino como analogía a ovarios poliquisticos) será que cuando se tiene la testosterona y los estrógenos por las nubes  terminamos en actos un poco estúpidos.

-La VERGA: utiliza toda su fuerza lingüística y fonética bien sea para inducir el insulto (usted si es una verga, o ese tipo care verga) o como respuesta a otro insulto (mejor chúpeme la verga) y tiene que ser verga, no pene, ni pipi. No me imagino gritándole a un conductor iracundo: ¡por qué mejor no me chupa el pipi!.

-PAJUELO:  aparte de ser el apellido de un futbolista también es el apelativo que se le asigna a todo aquel que por razones masturbacionales no rinde adecuadamente en una actividad.  (Mano usted si es mucho pajuelo)

-MARICA: muy a pesar de la comunidad LGTB, sigue siendo una de las palabrotas más utilizadas, puede ser sinónimo de tonto (mucho marica no hizo eso) cobarde (hay tan mariquita le da miedo) homosexual (hay tan marica ella ¿? Y el problema es cuando se le dice marica a un marica, el insulto se anula)  otros usos no necesariamente insultantes son como saludo (que mas marica, o que hay de nuevo marica)  o como remplazo del punto y la coma (estábamos en el bar marica y eso vieja vino marica y estaba rebuena marica)

-MALPARIDO: aún guarda toda su energía insultante aunque no es claro en su origen.   ¿Se refiere a productos de partos difíciles o cesáreas?   para que cumpla bien su función lo mejor es usarlo fuera de un contexto clínico y vetarlo para los profesionales de ginecología (enfermera por favor le aplica la vitamina k al malparido de la  paciente de la cama 10)

-GONORREA:  es de las palabrotas de exportación gracias a la virgen de los sicarios y a la vendedora de rosas, se puede anular fácilmente con penicilina, de modo que si se la nombran simplemente  haga uso de sus aptitudes histriónicas y en el mejor paisa posible responda “suerte... aquí tiene su penicilina”.  Si por el contrario tiene una secreción purulenta por su uretra es probable que no sea un gonorrea si no que tenga gonorrea y lo mejor es que vaya al médico.


Gorzofia, gurrupleta y bazofia puede que sean mutaciones de alguna venérea (exceptuando bazofia que la aprendí de los Simpson)

Y por último la señora, la madre de todas, la que por alguna razón esta codificada en nuestro adn, pues es de las primeras palabras que gracias a tíos díscolos o abuelos alcahuetes aprendemos. La archiconocida hijueputa (o jijueputa o jueputa), variante de la españoleta hijo de puta.  Pero aquí en Colombia no nos entrometemos con las putas, estas en sus variantes eufemísticas: damas de compañía, prepagos y fufurufas, quedan en sus respectivos sitios: en burdeles, whiskerías y algunos canales de tv. 

Hijueputa aplica a todo, se combina con todo, y puede ofender a todo, es como el agua, sirve para todo. Si nos va mal es culpa de la hijueputa vida, si un martillo nos cae en el pie es el hijueputa martillo, si nos suben los impuestos es el hijueputa gobierno, si gana Santos es el hijueputa santos y si gana Uribe es el hijueputa Uribe.   En fin, hijueputa representa todo lo que nos molesta, nos incomoda, es algo que nos hace colombianos.  Y para reforzar el porque somos el país con la mejor vulgaridad posible, la podemos potencializar y repotencializar, puede ser ese doblehijueputa dolor  o ese tetradoblehijueputa profesor, la triplehijueputa vieja  o la catrehijueputa cuota, o como dijo un amigo de colegio, la recontratriplecatredoblehijueputa tarea.

Ya quisiera ver yo a Steven Seagal gritando a un grupo de mafiosos:  “salgan recontratriplehijueputas malparidos, que les voy a dar plomo por el culo”  

viernes, 6 de junio de 2014

La madre de los masones, ateos y comunistas



Siempre que voy  a la casa vieja  encuentro algo que despierta mi interés, desde un nuevo brote en cualquier orquídea hasta  la nota curiosa en una hoja amarilla de un periódico de ayer.

Revolcando en cajas vetustas, nuevamente tuve en mis manos aquel pequeño libro, con su cubierta corroída por los años,   con una imagen  borrosa pero de  donde aún se podían sacar algunos detalles. 

Era un viejo libro que desconozco como y cuando mi tía abuela había conseguido; en aquella casa siempre había libros y folletines, aunque nadie los leyera (exceptuando la hojita de lecturas bíblicas que entregaban todos los domingos en la misa).  Junto con el catecismo rosadito, dos revistas VEA, tres revistas de Kaliman, la biblia, una versión de bolsillo de un misal, las tiras cómicas del domingo y las reflexiones del padre Claver para todos los días, formaban las lecturas de recreo y digestión de mi niñez (aun no comprendo como no termine en el brazo armado de algún grupo de ultraderecha o de acólito ministerial al lado de Regina 11, definitivamente eso de la flexibilidad cerebral si es muy cierto…o no tanto, terminé como médico..) su nombre "SIRACUSA, la incógnita de nuestros azarosos días"  Escrito en la década de los cincuentas por un cura neurótico y loco que veía conspiraciones por todos lados.  Pero a un niño que le importa eso,  solo me dedicaba a ver las cientos de fotos de vírgenes (en su sentido sacro, como las estatuas de yeso de los templos, las otras vírgenes el reguetón se encargó de extinguirlas) distribuidas por todo el mundo, en donde a cada imagen le colocaban el encabezado de -La madre de dios, y madre de…- y ahí se etiquetaban chinos, esquimales, rusos y egipcios entre otros. (Esta era una de las que más  llamaba mi atención, una mujer con tocado de plumas, túnica corta, de rodillas y en el fondo las pirámides y la esfinge) y  se daba una breve reseña de cada una de ellas. Recuerdo que había algunas maternales, otras con cara de anciana, otras altivas y dios me perdone esta herejía, pero había algunas sexys (y eso que era un simple mocoso que todavía no sabía de dónde venían los niños), algunos capítulos trataban sobre las apariciones marianas como Lourdes y Fátima, el resto del libro se explayaba en discursos apocalípticos y milenaristas (no recuerdo haber visto  La madre de dios y madre de Los Mayas).  Eran lecturas aterradoras, incendiarias, que exigían al lector una fiel y contundente respuesta, casi militar, ante las amenazas allí postuladas. Ante mis ojos aquellas letras se desdibujaban y formaban al dragón de tres cabezas del final de los tiempos, multitudes lanzaban ayes de dolor (esa palabra la aprendía de ahí) por su impía conducta ante el severo juez celestial, nos advertía sobre la necesidad de tener a mano el cirio bendito como única fuente de luz y verdad ante la inminente llegada de los tres días de oscuridad (puedo apostar que aún debe existir algún trozo de  cirio en alguna caja, por si las moscas)  después de todo esto, llegaría el inminente holocausto nuclear (¿James Cameron y William Whisher no se inspirarían acaso en este libro?) y la salvación de los justos por parte del cordero redentor que quita todos los pecados del mundo. 

¿Y quien tenía la culpa de toda esta carnicería?  Los tres ejes del mal, los tres pilares del maligno: la masonería, el comunismo y los ateos.  En estos tres miserables grupos recaía la culpa de todas las desgracias de la humanidad.


¿Qué son masones? Pregunté a mi tía atareada en la cocina.

 –Son gente mala.- respondía. 

¿Qué son comunistas?

-Son gente mala como Fidel Castro que es comunista.-respondía. 

¿Qué son ateos?

–son gente mala que no cree en dios,  y no pregunte más cosas y  vaya y me trae una libra de azúcar a la tienda. –respondía.  Y así quedaron las cosas, para mí esos tres, sin saber que eran, quedaron como los malos del paseo, como los decepticons de los Transformers.

Pasaron los años y conocí los comunistas, (excluyendo al profesor de colegio que decían que era ateo) en la universidad, mechudos, con camisetas negras de megadeth y fumando marihuana. Luego conocí los comunistas de la guerrilla en las montañas de Colombia, con botas pantaneras, pistola al cinto y mirada esquiva.  Luego los comunistas de Cuba, la Cuba de Fidel, trabajando hombro a hombro a mi lado, formulando lo mismo que yo formulaba.  Nunca pude diferenciarlos bien del  resto del mundo. Comían lo que yo comía, reían de lo que yo reía  y manejaban la misma moneda símbolo del salvaje capitalismo que yo manejaba.  Si ellos formaban parte de uno de los pilares logísticos con los que satanás gobernaría el mundo.  Veía mal a satanás.

Luego conocí los ateos, (en palabras de algunos conocidos internautas, creyentes de una no creencia, que no es lo mismo  pero es igual) y cada  vez  que me veo la cara en el espejo y pienso que yo hago parte del segundo pilar con el que el diablo pretende dominar el mundo, sonrió y rezo un padre nuestro por él, pobre diablito esta jugando la partida equivocada. 


Y a los masones los conocí por ultimo, luego de engullirme libros de conspiraciones y secretos de estado, de confundirme con Fulcanelli y Humberto eco, de ver el zeitgeist por YouTube y escuchar a Wendy sulca, tuve ante mí a los adoradores de Baphomet, herederos de los secretos templarios y los misterios de Hermes Trismegisto, los conspiradores contra el orden establecido cumpliendo  a cabalidad las normas del buen ciudadano, muchachos buena gente, humanistas a mi corto parecer.  Lucifer que bruto eres.  Le hubiese sonado mejor la flauta con furibundos adeptos del PIN,  del Centro democrático o del Opus dei.

 En una de los tantos viajes  que haga a la casa vieja, si me queda tiempo y no lo olvido, anexare una última página a aquel singular libro, una que diga. ”La madre de dios y madre de los ateos, los comunistas y los masones”  y en el último renglón, a modo de complemento,  “la incógnita de nuestros azarosos días… sigue sin ser despejada”

miércoles, 4 de junio de 2014

Lluvias y tormentas de estrellas.



Hace muchos muchos años existió en la tierra un hombre al que dios en su infinita sabiduría decidió probar.  Llamando a filas  ángeles, arcángeles, serafines, querubines, tronos, potestades, virtudes, dominios y ángeles caídos, a cada uno  le encomendó la tarea de hacerle imposible su efímera vida en este valle de lágrimas.  Este hombre amante de la estadística y los números (por tal razón no es Job, si alguien pensaba que era el) sentado en un rinconcito de su hogar, transcribió una a una todas las leyes que hoy por hoy rigen nuestro diario vivir.  Tardó años en esto y cuando ya vio terminado su trabajo salió de su escondite, se dirigió a una video tienda, alquiló las 13 temporadas con sus 3500 capítulos de padres e hijos, y cuenta la leyenda  que en el capítulo 2033 su cuerpo maltrecho no aguanto más y se volatilizo ante la mirada estupefacta de sus verdugos celestiales. Nadie sabe dónde fue a parar; algunos físicos teóricos formulan hipótesis basándose en algunas pruebas del acelerador de partículas de suiza, donde dicen que entró a un universo paralelo, posiblemente en la séptima dimensión…donde toca el trombón.  

Este hombre era Murphy, el de las leyes de Murphy (otros afirman que era un capitán de la fuerza aérea de los USA que por allá en  los años cuarenta, ante la incompetencia de alguno de sus subalternos dijo aquella frase  “si algo pueda salir mal, saldrá mal”  pero estas solo son conjeturas).   ¿Y a qué viene todo esto?  A las famosas lluvias de estrellas,  aquel fenómeno meteorológico que ocurre unas pocas veces al año, que sirve de relleno en las noticias y que a pocos nos importa.

Todos en algún momento de la vida en un descuido hemos visto cruzar por el firmamento en una noche despejada una estela  de luz bien sea blanca, azul, roja o amarilla, un fulgor luminoso que no dura más de dos segundos,  que como niños de preescolar nos hace exclamar entusiasmados ¡acabó de pasar una estrella fugaz! ¿La vio? y depende de la compañía las respuestas serian: 
-si es un niño  ¿Dónde? ¿Dónde?
- si es la esposa, novia o amante -¿y pediste un deseo? 
- Y si es un amigote – hay tan mariquita-.  
De todas formas no deja de ser algo curioso y agradable y según algunos entendidos en el tema, augurio de buena suerte. 


De modo que cuando nos enteramos que tal noche habrá una fantabulosa lluvia de estrellas, los más fanáticos cuadramos la agenda, nos alistamos para la trasnochada (pues nunca es temprano, siempre es de la media noche en adelante) les comunicamos la noticia a los integrantes de la familia que quieran o no serán participes del evento, y muy a las 10 pm con  equipaje en el baúl del carro, botellitas de agua, paquetes de todito y chitos  se inicia el viaje al lugar de observación astronómica, idealmente un desierto lejos del bullicio y la luz de la ciudad.    Una vez allí, luego de cruzar kilómetros de carreteras solitarias, so riesgo de ser víctimas de la patasola o la madremonte (palabras textuales de una  amiga en uno de aquellos viajes) se arma el sitio de observación, se le informa al niño que llegamos. Pero este en lo más profundo del sueño, hace caso omiso a todo. Y pacientes con la mirada puesta en lo alto, maravillados por el manto estelar sobre nuestras cabezas, esperamos la caída de los primeros meteoros.  Y es en este preciso momento en donde entra a participar Murphy.

El muy infame también postulo sus leyes para la astronomía,  aquí les dejo algunas:

-Un lugar de observación no tendrá más de dos de las condiciones siguientes: Cielos oscuros, horizontes sin obstáculos, suelo firme, o servicios.

Las combinaciones de las anteriores, para cualquier sitio y noche dados, serán exactamente las opuestas de las que serían más útiles para el mayor número de personas.

-La distancia al lugar de observación es directamente proporcional al número de piezas importantes que habrás olvidado llevar.

-La calidad del cielo [incluyendo tiempo, número de nubes, etc...] variará de forma inversamente proporcional al día de la semana que sea; es decir la mejor época de visión caerá invariable en una noche de trabajo, limitando el tiempo disponible para disfrutarlo.

-Durante los más raros acontecimientos astronómicos, tales como tránsitos, ocultaciones asteroidales, o un cometa que pase cerca, le enviarán indudablemente fuera de la ciudad en viaje de negocios, o sucederá un acontecimiento importante de la familia. Cuando no esté sucediendo nada en su vida, nada nuevo sucederá en el Cielo.

-En el caso de que no estuviera fuera de la ciudad, o dedicado a actividades familiares de naturaleza aplastantemente banal, y además el cielo estuviera despejado, el acontecimiento transcurrirá a uno o dos grados de la Luna Llena.

-La posibilidad de que se enciendan luces, linternas, faros, luces interiores o pilotos traseros es directamente proporcional al número de obturadores abiertos y al número de observadores que hayan empezado su adaptación a la visión nocturna.

-Los oculares sufren una atracción magnética irresistible hacia el cemento, a diferencia de los tornillos y tuercas pequeñas que sufren una atracción magnética irresistible hacia la hierba alta.

-Todos los apagones suceden en noches nubladas o de Luna Llena.

-La cantidad de nubosidad es directamente proporcional al deseo del astrónomo de observar.

-La cantidad de nubosidad es directamente proporcional a la disponibilidad del astrónomo para observar.

-La cantidad de cobertura nubosa es inversamente proporcional al porcentaje iluminado de la Luna.

-Bajo cielos parcialmente nublados, las nubes cubrirán exactamente esos objetos que tenga más ganas de observar, dejando otras áreas totalmente libres de nubes.

-De las diez noches de mejores condiciones de visibilidad del año, tendrá que asistir a algún acontecimiento nocturno dentro de casa al menos durante ocho de ellas.

-Según vayan mejorando las condiciones de visibilidad, irán aumentando las demandas de su cónyuge para que vuelva a la cama.

-En invierno, la temperatura es siempre al menos 10 grados menor que aquella para la que se había vestido.

-Durante el verano, la cantidad de mosquitos es siempre un diez por ciento superior a lo que se ha previsto -y para lo que se haya untado con repelente-

-Ley de la Observación Selectiva: La siguiente supernova surgirá en una galaxia que usted observó en la anterior noche despejada.

-Ley de la Declinación Selectiva: El acontecimiento astronómico más interesante del año ocurrirá en una declinación que estará por debajo del horizonte de su lugar de observación.

-Ley de la Vegetación Selectiva: El árbol del vecino se desplazara siempre hacia el lugar exacto necesario para ocultar el objeto que quiere ver.

-Ley del Césped (Variante astronómica): Un elemento óptico que cae lo hará siempre con la cara convexa hacia abajo, excepto si se halla tapado o se tira con el propósito expreso de probar esta ley.

-Ley de la Visión Lateral: El meteorito más brillante de la noche caerá detrás de usted, siendo visible solamente a la gente con quien usted esté hablando en ese momento. (esto se cumple para todos los observadores, incluyendo aquellos con quién estaba usted hablando).

-Principio de la Radiación Lunar: Los observadores de cielo profundo hallaran que las noches más claras serán aquellas en las que haya Luna Llena, cuando la radiación lunar es suficiente para eliminar las nubes y la calima.

-Enigma de la Luz Solar: Con la única excepción de los eclipses solares totales, los diez acontecimientos astronómicos más interesantes del año ocurrirán cuando el sol esté sobre su horizonte, a menos que esté lloviendo.

 De modo que aquella nube lejana en el horizonte, cubrirá el 90% del firmamento en la hora pico de caída de meteoros.  Y así ocurrirá una y otra vez en el transcurso del año,  a excepción de la vez en la cual no se fue, en esa noche, hasta naves extraterrestres se avistaran. Pero como en astronomía nada está dicho, siempre habrá una próxima vez, y si no se ven estrellas fugaces, planetas o nebulosas, al menos si se podrá disfrutar de un agradable paseo familiar a altas horas de la noche. 

Para los interesados les dejo aquí el calendario de “inviernos estelares”

Julio 5 –  Ocultación de Marte por la Luna visible en México, América Central,         Colombia, Venezuela , Ecuador, Perú y Bolivia

 Julio 7 –   Conjunción de la Luna y Saturno

 Julio 28 –   Lluvia de meteoros de las Delta Aquaridas

Agosto 2 –   Conjunción de la Luna, Marte y Saturno

 Agosto 4 –   Conjunción de la Luna y Saturno

 Agosto 12 -  Lluvia de meteoros de las Perseidas

 Agosto 17 –   Conjunción de Venus, Júpiter y el Cúmulo de La Colmena en Libra

Septiembre 27-  Conjunción de la Luna y Saturno

Octubre 8 –   Eclipse total de Luna visible en América, Asia y Australia

 Octubre 21 –   Lluvia de meteoros de las Orionidas

 Octubre 23 –  Eclipse parcial de Sol visible en América del Norte

 Octubre 25 –  Conjunción de la Luna y Saturno

Noviembre 17 –  Lluvia de meteoros de las Leónidas

Diciembre 13 –  Lluvia de meteoros de las Gemínidas

 Diciembre 22 - Lluvia de meteoros de las Ursidas

martes, 3 de junio de 2014

Espiritus chocarreros...que los hay los hay.



Del chavo del ocho podrán decir muchas cosas, que es tierno, que es tonto, que ridiculiza al latinoamericano, que fomenta la violencia contra la niñez, que es sano y divertido y por supuesto, no podía faltar, que es obra de mentes perversas con contenido satánico  oculto tras bambalinas (esto según un video de YouTube). Pero aparte de todo esto, yo diré que el chavo también tiene capítulos de terror… si de terror como el que se tiene al ver películas tipo el embrujo, actividad paranormal , crepúsculo o cualquier película cantada de Disney.

Rememorando veo al pobre chavito, ya entrada la noche, jodido de hambre pues nunca comía, (solo se alimentaba de ilusiones), sentado sobre unas cajas de madera en el patio de la vecindad, al lado de la perversa chilindrina, que con toda la teatralidad del mundo narraba historias de fantasmas y muertos (curiosamente me recuerda mucho mi niñez, sentado en los andenes del pueblo en compañía de mis tíos que narraban  con toda la teatralidad del caso historias de fantasmas y muertos) y es allí en ese ambiente oscuro, solitario y con una  brisa fría  en donde salen a relucir los espíritus chocarreros,  y el pobre chavo presa del pánico cae en sus ataques de garrotera.

Gracias al trabajo perseverante de los canales nacionales y extranjeros, el chavo ha entrado a nuestras vidas de una forma o de otra, bien sea los fines de semana en las mañanas, o los fines de semana en las tardes, o de lunes a viernes  en la mañana, haciendo competencia con Jota Mario, o por épocas en las tardes antes o después de la telenovela de moda que nadie ve… en fin a cualquier hora del día y cualquier día si busco con cuidado es posible que vea a chespirito dando vueltas por algún lado.  Y no me molesta, hoy, igual que hace 10 años o hace 20 años me sale la sonrisa espontanea ante las ocurrencias y chistes flojos  de cualquiera de sus personajes.  Bien pueden los humoristas estrato 7 de los comediantes de la noche sentarse a llorar o el “paspi” del suso cerrar su boca ante el maestro de maestros.

Así que volviendo al tema, diría que en todos esos capítulos en donde el chavo por obligación tenía que escuchar las historias de la chilindrina o de doña Clotilde (la bruja del 71) sobre espíritus andariegos y asustadores, un frío  corría por mi nuca y de reojo miraba sobre mi hombro, temiendo de la nada saliera un espíritu chocarrero. 


Pero ¿Qué era un espíritu chocarrero? A ciencia cierta no lo sé, siempre pensé que serían formas difusas del tamaño de una persona, volando por entre los tejados, riendo perversamente, tirando cosas a su paso y por supuesto, chocando tarros para hacer más bullicio ¿? (es probable que  la mente calenturienta de niño confundiera chocarrero con chatarrero y de ahí en adelante al pobre espectro le tocó andar con latas y tarros al traste para hacerse notar).  Luego ante las dudas decidí consultar al profesor google y este me dijo que lo más semejante a un espíritu chocarrero era un poltergeist, pero esto no me gustó,  primero porque de chocarrero a poltergeist hay una gran diferencia lingüística…la lengua se me enreda más fácilmente pronunciando eso del poliéster o polgeiser o como se diga; chocarrero tiene la che, de leche, de chino, de chupe y de chute, y la rr de carro, serrucho (tan de moda) y rrosita la más bonita.  El polgiester ese es muy gringo, siempre se lo pasa metido en casas, rompiendo platos, encendiendo televisores a la hora de estilo RCN y dejando los inquilinos algo atolondrados  y con tendencias si no asesinas al menos suicidas;  los chocarreros solo asustan y ya, como cuando suena el celular a las 3 de la mañana.  Los polkgeiser siempre terminan en manos de médiums, curas anglicanos, o tipos musculosos armados hasta los dientes
 los chocarreros no tienen enemigos, muy de vez en cuando la bruja del 71 los invocaba y ya. Y por último los polgestier son producto de inocentes brutalmente asesinados y por algún familiar maniaco o vienen de cementerios indios o de cementerios de mascotas, o de cementerios de mascotas indias.  Los chocarreros no se saben ni de dónde vienen ni para donde van, algo así como un bachiller académico promedio.

En fin, prefiero en este caso hacer como mucho fanático religioso, cerrar mis ojos y tapar mis oídos y recitar: los espíritus chocarreros existen, salen de noche, asustan los niños que no se van a acostar temprano y tienen tarros colgados que hacen mucho ruido, por eso se llaman chocarreros.

Algo que si me extrañó fue no encontrar referencias de estos seres en el libro del chavo del ocho, que lastima, hubiese resuelto uno de los grandes interrogantes de la humanidad, tan importante como la teoría de campo unificada o la máquina de movimiento perpetuo.  Algo que deja entrever es que el profesor Jirafales  como que si “coronó” a doña Florinda… no una, varias veces,  y no lo digo yo, lo dijo el chavo.